Incluso Amándote. Puedo Enamorarme De Nuevo|JINMIN-JINKOOK

21

Estuve alrededor de media hora encerrado en el baño debajo de la regadera tratando de quitarme el calor de mi cuerpo pero aunque el agua fría caía sobre mi, la sensación de seguir teniendo sus dedos sobre mi piel seguía ahí. Respiré hondo cuando al fin sentí que debía salir. Jin aún debía ducharse.

Pero al salir él ya no estaba, lo busqué por toda la habitación y noté que había dejado su celular ahí, así que probablemente estaba abajo, me coloque una camiseta de mangas cortas y unos shorts cortos, pero llegué a la sala y solo estaba NamJoon ahí acomodando unas flores.

—¿Has visto a Jin?— pregunté llamando su atención.

El volteo y sonrió entonces recordé lo cálido que se sentía mi pecho al verlo hacer algo tan común como lo era sonreír
—Dijo que iría a buscar cigarrillos, no hace mucho.

Asentí, no sabía que Jin consumía tabaco, nunca he sentido ese olor en él o algo parecido de pronto comencé a buscar con la mirada a Jungkook pero tampoco se veía cerca así que un sentimiento de incertidumbre se colocó en mi, ¿Y si están juntos?.
—Jimin, ¿Cómo te trata Jin?.

Parpade confundido ante la pregunta de Nam y dirigí mi mirada hacia él.
—¿Cómo?.

—Se que Jin es mi hermanastro y aunque me niegue a aceptarlo me sentiría muy mal si él te lastima, nunca se lo perdonaría—  la mirada de NamJoon me dió algo de temor y pensé que tal vez solo era por que su relación nunca fue buena.

—Jin es amable y aunque llegase a lastimarme no sería nada más que mi culpa— respondí y abandone de inmediato la casa para salir a buscar a Jin, tenía miedo de ver algo indebido pero si lo hacia, esto me haría romper por completo esta ilusión que crecía día con día.

Jin podría estar con Jungkook, ¿Que iba a hacer si de verdad estaban juntos?

Corrí por toda la casa sin dar con él hasta que ví como alguien nadaba en el río, me acerque esperando ver a Jin pero solo era Jungkook quién nadaba como si fuese un pez, ahora que recordaba cuando eramos pequeños nos gustaba mucho visitar la playa y jugar en el mar, Jungkook aprendió a nadar mucho más rápido que yo.

—¿Qué tanto miras, tonto?— Jungkook salió del agua y hecho su cabello hacia atrás.

Sonreí quitándole una basurita del cabello —Lo bien que nadas, hacía mucho que no te veía nadar.

Me sorprendí al ver como sus mejillas se tornaron de un considerable rojo y antes de poder decir algo más me aventó agua a la cara para volver a escabullirse dentro alejándose de la orilla. Al menos Jin no estaba con él y pude ver una reacción de mi hermano que no solía ver desde hace mucho.

De pronto escuché la camioneta detenerse y corrí hacia la entrada dejando salir un suspiro cuando en efecto, Jin bajo y se detuvo tratando de encender un cigarro pero solo lo mantuvo en sus labios sin encenderlo. Entonces cuando sus ojos se toparon con los míos solo atiné a bajar la mirada, avergonzado por mi reacción de hace unos momentos, y cuando quise huir ya era tarde.

—¿A dónde vas?. Ven aquí— me encogí en mi lugar y me quedé congelado sin poder moverme.

Hasta que finalmente sentí su mano sobre mi hombro —¿Acaso vas a evitarme, cariño?.

—N-no sabía que fumas— murmuré cambiando de tema y observando el cigarro en su mano —No es bueno para tu salud.

Su mirada pasó de mi al cigarro y de nuevo a mi —No fumo. Solo quería despejar mi mente y entretenerme con algo por eso no lo prendí— Jin sonrió acariciando mi mejilla —¿Te preocupas por mí?.

—¡Por supuesto que lo hago!. Seria inhumano si no me preocupara por ti— respondí atontado debido a que su mano se posó en mi cintura apretando ligeramente.

Últimamente él invadía mi espacio personal con tanta confianza y no me disgustaba.

Jin rió dejando caer su cabeza en mi hombro y no supe que hacer, era la primera vez que él actuaba así, siempre era provocativo pero hoy se sentía tan diferente o tal vez yo quería sentir que poco a poco me acercaba más a Kim SeokJin. Yo quiero conocer ese lado dulce que seguramente debe tener —Me gusta el olor de tu perfume— me sonroje al darme cuenta de que lo que creí que pensé, lo dije en voz alta.

—¿Quieres volverme loco?— preguntó Jin apegando me más a su cuerpo —Diciendo esto y haciendo aquello, ¿No te das cuenta?. Esto se me está saliendo de las manos, no quiero pensar en ti demasiado por temor a...

Y lo hice callar.

Yo hice callar a Jin cuando uní nuestros labios juntos.

Cuando besé a Jin.

Cuando él no me alejo y me correspondió.

Cuando nuestras bocas se unieron en un fuego sin calor, en una explosión de sabores y cuando los latidos acelerados de nuestros corazones se calmaron mientras nuestros dedos se entrelazan en una paz inigualable por qué no estoy seguro pero creo que esto es lo que es el besar a la persona querida. Por qué esta vez es diferente, no hay pasión como tal, no hay lujuria pero este sentimiento de paz sigue aquí. Por qué fui torpe pero con amabilidad Jin me guío y me regocije al saber que mi segundo beso también le perteneció.

Sin lugar a dudas, estoy enamorándome de Jin.

Me detuve abruptamente al ver como Jin y Jimin se besaban bajo el gran árbol de la entrada, un nudo se formó en mi garganta y aunque tenía ganas de luchar no lo hice. Caminé sin que me notaran, aunque evidentemente no iban a hacerlo y al entrar Namjoon estaba ahí.

—¡Mi amor!— exclamó sonriente.

¿Cómo podía estar siempre sonriendo?. No, yo era esa razón que lo hacía sonreír. —Namie, ¿Qué tanto me amas?— pregunté de pronto.

—Hoy te amo más que ayer y si ayer te amaba demasiado, imagina cuánto te amo hoy— él me miró con dulzura y se acercó aprisionando me en sus brazos.

Demasiado cursi pensé pero debía admitir que era encantador.

Me gustaba la sensación que Namjoon provocaba en mi pero no miento al decir que amo a Jin, él es y siempre será mi primer amor sin embargo no sé cómo dejar de ser avaricioso en todo lo que me rodea, personas, dinero, sentimientos, eso me da miedo, ¿Podría incluso perder a NamJoon?

—Me volvería loco si algún día te vas con alguien más, por favor, amame siempre— susurro NamJoon besando mi frente.

Por qué NamJoon es paz pero Jin es ese fuego que me mantiene vivo. Y lo deseo de vuelta, nunca debí dejarlo ir.