Cap 28; Rubia como la miel.

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El contacto visual entre Sam y yo era tan fuerte que parecíamos estar conectados por los ojos.

Aline tenía los puños apretados y les miraba con la mayor de las miradas asesinas.

La rubia al lado de Sam (cuyo nombre no quiero acordarme) mantenía su mirada por encima de su barbilla.

Aline se dirigió a Sam y le abofeteó su (ya herida por mi) cara.

Él se quedo quieto mirando hacia abajo y de repente la rubia saltó encima de Aline acabando en el suelo encima de ella.

Empezaron a pegarse, y yo sin motivo y sin saber porqué, me lancé sobre Sam y empecé a golpearle mientras el intentaba devolver su ira.

¿Qué clase de escenita estábamos montando?

Aline apartó a la rubia empujándola contra un estante lleno de potes de miel. La rubia se incorporó y cogió uno de estos, lo abrió, y fue hacia Aline. Aline sin esfuerzo le arrebató el bote y empezó a verter el líquido pringoso sobre el cabello de la rubia, ahora mas rubia, como la miel.

Ella chilló enfurecida y corrió hacia donde se encontraban las leches. Aline corrió detrás de ella pero sin previo aviso ni duda corrió marcha atrás mientras la rubia lanzaba leche corriendo detrás de ella. (admito que me parecía divertido).

Sam y yo dejamos de pelearnos y comenzamos a mirarlas estupefactos (y luego dicen que los hombres son mas violentos...)

Aline cogió una bolsa de harina de dos kg y empezó a golpear la cabellera rubia y pringosa de su oponente mientras la otra gritaba y seguía tirando la leche que le quedaba.

Tras numerosos golpes la bolsa de harina reventó dejándolas a las dos blancas y sucias (nunca pensé que relacionaría el blanco con algo sucio).

Una de las cajeras venía corriendo hacia nosotros, bufando con furia.

Sam y yo intercambiamos miradas y como si nos leyéramos la mente corrimos hacia nuestras respectivas nubes cogiéndolas de los brazos y tirando de ellas para correr.

De repente nos seguían cinco dependientas uniformadas chillando para detenernos. Haciendo caso omiso conseguimos salir del supermercado, aún corriendo y entrando en un callejón donde Sam y yo nos dispusimos a gritar;

-¡ESTÁIS ASQUEROSAMENTE LOCAS!

¿El Chico Perfecto Sólo Existe en los Libros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora