Cap 11; Con miedo a Hospitales.

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Ya había pasado el domingo, y toda la semana estudiantil, y con eso me refiero a que ya era viernes y ni Aline ni Sam habían aparecido en el instituto. Ya estaba en mi casa y sin saber porque motivo oculto del universo, no podía dejar de leer la libretita de Aline. Nunca sería ese chico perfecto, no después de la persecución mía hacia Sam. Con los ánimos y fuerzas por los suelo, haciéndolo todo sin pensar, me puse mi chupa de cuero y baje hacia donde estaba mi madre, la cual no encontraba respuesta a mi semana sin comer. Ella apartó la vista de la televisión olvidando el canal de cocina para centrarse en mí.

-¿Piensas ir a alguna parte, Jeremías Patrick?- Odio mi segundo nombre desde YA.

-Si ma... Voy a ver a Aline...

-No sin antes explicarme porque llevas una semana sin comer ni porque me esquivas todo tipo de temas respecto a Aline y al Sábado anterior. Resoplé, y me senté al lado de mi madre. Ella con sus rizos negros y su piel muy morena con pequeñas arrugas en el rabillo de los ojos, me hacían sentir en confianza, apoye mi cabeza en su hombro, acurrucándome contra ella mientras ella peinaba mi pelo con sus pequeñas manos.

-¿Qué pasó cielo?

-Ma... Ese sábado besé a Aline y sin saber porqué ella me dio un guantazo y no sé como tomármelo la verdad, luego la acompañé en silencio de muertos hacia su respectiva cita de ese día, no me preguntes por qué les seguí porque no lo sé y bueno el tío ese va y la besa y le pegué y entonces asgjisjlfdtjgd. - Había hablado a velocidades que desconocía casi sin respirar, y mi madre asintió a todo, hasta la última palabra (Si, también el asgjisjlfdtjgd)

-Bueno cariño... Pues puedes empezar pidiéndole perdón a Aline y...

-Ella me odia.- interrumpí secamente a mi madre.

-¡Pues haz que te perdone! Os he visto inseparables durante mas de seis años ¡Seis años Jem! Y por un chico y un par de besos no creo que se vaya a acabar, conozco a Aline cielo, y no es tonta. - Para terminar su frase mi madre me sonrió tiernamente achinando sus ojos. Me acerqué a ella y le di un largo beso en la mejilla.

-Te quiero ma...

-Pues mueve el culo. - Dijo entre risas.

Me subí la cremallera de la chaqueta y fui finalmente al hospital de la zona. Una vez llegué sentí un gran escalofrío que recorrió todo mi cuerpo con rapidez. Finalmente tiré una de esas enormes puertas y entré. El olor a hospital es único y ese olor me ponía los pelos de punta. Después de ese día no volvería a entrar a un hospital si no era a la fuerza. Pregunté en recepción a una señora rubia rellenita con cara de madre para tener un poco más de calma, le pregunté con una sonrisa la sala del Señorito Sam Rollers y ella me respondió con una sonrisa "Puerta 312, es hora de visitas". Caminé buscando la puerta con terror pensando en que me iba a encontrar y por alguna estupidez sólo me podía imaginar a Aline llorando sobre un cadaver. Finalmente encontré la dichosa puerta con el 312 inscrito en ella, abrí la puerta sin llamar ¿Por qué soy tan idiota de no llamar? y me encontré con la escena que menos me esperaba de todas...

¿El Chico Perfecto Sólo Existe en los Libros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora