Cap 24; ¡Aracnofobia!

1.3K 114 1
                                    

-¡AAAHHHHH!- Gritó desde arriba de repente haciéndome saltar del sofá del susto. Subí corriendo las escaleras y abrí de golpe la puerta de su habitación.

Allí estaba Aline con sólo una ancha camiseta negra de Queen encima de su cama señalándome una araña que se movía histérica por el suelo de la habitación.

Maldije para mis adentros, si algo no entendía aparte de la mentalidad femenina es la fobia a las arañas de Aline ¿No entendía que esa pobre araña estaba más asustada que ella?

Me dirigí a la araña y cogí una de mis zapatillas que estaban dispersas por la habitación. Aline me miraba ahora como un Dios (Quizá su aracnofobia no era tan mala después de todo...)

La espachurré y lancé la zapatilla lejos de mi (me daba asco, lo reconozco).

Ella saltó a mi espalda y se abrazó a mi como un koala a un árbol.

-¿Ali...?- Ella había dejado de respirar y por un largo silencio expiró todo el aire que guardaba en sus pulmones.

-Gracias...- Murmuró con algo de vergüenza mientras se bajaba de mi encorvada espalda.

La miré con fingido enfado para que se diera cuenta del susto que me había dado y pude ver como se empezaba a poner roja violentamente con su mirada inocente.

La cogí por la cintura y la atraje hacia a mi pero en vez de besarla como tanto me moría por hacer, la subí a mi hombro y la cargué como un saco de patatas.

Ella pataleaba en el aire y se quejaba mientras la bajaba rápidamente al salón (la quiero, pero es una bruta...)

-¡SUÉLTAME JEM!- Chilló.

Obedecí tirándola sobre el sofá y me lancé encima de ella cogiéndola rápidamente por las dos muñecas con una mano mientras que con la otra le hacía cosquillas. Ella reía estruendosamente mientras me gritaba que parara.

-¡Eres idiota!- Volvió a chillar con fuerza. Detuve las cosquillas pero no le solté las muñecas. Apreté mis piernas a su cadera y le dije desafiante;

-¡No te atreverás a repetirlo!

-¡Idiota!- Dijo entre risas con su mirada victoriosa y orgullosa.

-Sufrirás tu castigo...- Insinué.

Empece a hacerle cosquillas de nuevo desde la cadera a la tripa y fui subiendo y sin darme cuenta, acabe en terreno prohibido...

¿El Chico Perfecto Sólo Existe en los Libros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora