Eigtheen [MA20]

27

Después de una semana Marco y yo vamos volviendo a casa. La Luna de Miel fue la mejor experiencia de mi vida porque, a pesar de que él es mi esposo ahora, es mi mejor amigo y pasar tiempo con él claramente es divertido y romántico.

- Dejaré las maletas en la sala, estoy muerto, mañana acomodamos todo, ¿te parece? - dijo Marco dejando como anteriormente dijo las maletas en la sala para después acostarse en el sofá.- Ven - dijo mientras con su mano palpaba su regazo.

Sin pensarlo me acerqué y me acosté sobre él. Empezó a acariciar mi espalda mientras dejaba leves besos en mi cabeza, minutos después nos quedamos profundamente dormidos.

- _____ despierta - dice mientras me mueve ligeramente.

- ¿Qué pasa? - pregunto aún adormilada.

- ¿Qué te parece dar un paseo por las calles de Madrid? - dijo emocionado mientras acariciaba mi panza.

- Vale, deja me pongo un suéter, deberías hacer lo mismo - dije subiendo las escaleras, tome el primero que vi y baje - ¿No irás por uno tú? - pregunte al ver que Marco no se había movido del sofá.

- No, no lo creo necesario - dijo poniéndose de pie tomando mi mano para finalmente salir de casa.

Íbamos dando un paseo por las calles de Madrid, era una linda noche, el clima era perfecto y efectivamente no hacía falta llevar suéter. Caminábamos mientras hablábamos de cosas triviales, minutos después notamos que llegamos a un lugar absolutamente solo y obscuro.

- Marco, me da miedo aquí, regresamos - dije jalando su mano hacia atrás.

- Me encantaría regresar si supiera por dónde - dice algo nervioso.

- Mierda Marco, solo caminemos de regreso - digo una vez mas jalandolo hacia atrás.

- _____, tranquila, quisiera caminar para atrás si tan sólo supiera por que calle entramos ¿me entiendes? - dijo y fue cuando entendí que estábamos completamente perdidos.

Seguimos caminando un rato, los nervios los tenía de punta y Marco igual aunque aparentaba que nada pasaba. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando un hombre se paro atrás mientras otro llegaba por delante. Fue ahí cuando supe que todo esta mal.

- Hola mi amor - dijo el de enfrente mientras se acercaba a mi.

- Déjala imbécil - dijo Marco poniéndose frente a mi.

- ¿Cómo me llamaste? - dijo pegando su frente con la de Marco.

- Imbécil, ¿entiendes o te lo deletreo? - Joder ¿que mierda cree que esta haciendo?

- Marco ya déjalo - digo intentando calmar a Marco.

- No te conviene meterte conmigo - dijo.

- Ni a ti conmigo - dijo Marco y segundos después le soltó un puñetazo, hará que nos maten.

- Hasta aquí llegaste niño bonito - dijo y solo escuché como cargaron una pistola por atrás y fue cuándo recordé que eran dos y uno se encontraba atrás.

Fue ahí donde comencé a sentir mi piel quemarse, ardía demasiado, lágrimas salieron por mis ojos mientras poco a poco mi vista de nublaba y perdía fuerza en mis piernas, caí y no sentí ni vi nada mas.