It Was All Just a Game

El baile de Navidad

Las semanas previas al Baile de Navidad pasaron lentamente. Harry tendría lecciones de baile después de las clases, junto con montones de ensayos que se entregarían al día siguiente, por lo que incluso pensar en reunirse con Draco estaba fuera de discusión.

Durante las lecciones, Harry se encontraba mirando al otro chico hasta que uno de sus amigos o el profesor lo volvía a la realidad.

—¿Qué estás mirando a Harry?— Diría Ron. Y solo diría que se esta pensando en el torneo, a pesar de que sus pensamientos de reflexión están centrados en Draco Malfoy.

Harry odiaba el hecho de que nunca podrían verse en público sin una mirada burda o un hechizo. Deseaba poder tener una relación, sin tener que preocuparse por el descubrimiento de la familia de Draco o por el hecho de que su imagen estuviera oculta.

Encontrar una cita para el Baile de Navidad fue lo suficientemente difícil para Harry. Ninguna chica quería ir con él, y eso enfatizaba lo mucho que quería ir con Draco para empezar.

Lo que también enfatizaba era lo mucho que quería ir con Draco cuando el rubio le guiñaba un ojo, o se mordió el labio en pociones cuando lo veía... Harry pensó que era realmente lindo.

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Fue la noche del Baile de Navidad Harry estaba en el dormitorio de Gryffindor, poniéndose la corbata cuando Ron entró.

—Hola.—Ron agachó la cabeza mirando sus horribles ropas en el espejo. Estaban atados en el patrón más feo y ningún color del atuendo parecía complementarse entre sí.

Harry, por otro lado, llevaba un clásico par de túnicas negras con una clásica camisa de vestir blanca y pantalones negros entintados. Su cabello estaba peinado hacia atrás con el gel sobrante de Hermione y lo pegó en su lugar. Sus gafas fueron limpiadas para brillar y sus dientes fueron blanqueados por un simple amuleto. ¡Se veía genial!

Pero no le importaba porque no iba a pasar la noche con Draco. Todo lo que podía hacer era pensar en el rubio. Se imaginó que tenía sus brazos alrededor de su propio cuerpo, mirando sus fríos ojos grises, oliendo su colonia. Estos pensamientos fueron embriagadores y provocaron a Harry y a cada fibra de su ser hasta que ...

—¡Oye amigo! ¿Estás bien?— Ron lo sacó de su trance. —Has estado realmente distraído últimamente. ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien— dijo en voz baja. Se miró en el espejo una última vez y bajó a la sala fuera del Gran Salón para encontrarse con su cita, Parvati Patil.

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Draco se miró en el espejo de su propia habitación. Estaba tan agradecido en tiempos como estos que los Slytherin tenían diferentes dormitorios para dormir. Daba una sensación de privacidad que las impacientes serpientes necesitaban.

Examinó su propia apariencia y el resultado lo terminó complaciendo. Su cabello estaba peinado hacia atrás, sin un solo mechón fuera de lugar. Sus túnicas fueron cosidas con un tejido verde oscuro y cosidas con hilo negro. Su corbata era un clásico negro con detalles en diamantes. En su bolsillo estaba su reliquia familiar muy especial: un reloj de bolsillo plateado, bordado con esmeraldas verdes en forma de serpiente enrollada con su cabeza en la parte inferior y su cola moviéndose libremente en la parte superior. Se había transmitido de generación en generación en la familia Malfoy.