Nueve.

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Supongo que ella se alejó de mi luego de ver que no me movía en ningún momento, pues realmente estaba en shock

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Supongo que ella se alejó de mi luego de ver que no me movía en ningún momento, pues realmente estaba en shock. Era mi segundo beso dado y era ni más ni menos que con mi profesora, que repito, estuve cuatro meses ignorando.

No sé, pero corrí de ahí mientras sentía la mirada de ella apuñalando mi espalda mientras que me alejaba de aquel pasillo para luego ir directamente al baño y encontrarme con una furiosa Pau.
Vi la hora y quedaban cinco minutos para que tocaran y quise gritar un "¿Qué?" no podía creer que había tardado tanto, es una locura. El tiempo pasó volando en los labios de ella, en sus brazos y me sentí la peor amiga de la historia.

-Joder,- susurré acercándome a mi mejor amiga y tocar su hombro para ver cómo se alejaba de mi con los brazos cruzados.- Yo..

-¿Cuándo va hacer el día en que llegues temprano a algo?- me riñó y apreté los labios.

-Si sabes cómo soy ¿Para qué te enojas?- dije sonriendo para luego ver como ella también sonreía ante lo recién dicho.

-Te tengo que contar algo, lo escuché hoy de una chica; no me mires así, sabes que amo este tipo de chismes.

Rodé los ojos y esta vez yo crucé los brazos.

-Habla, chismosa.

Entonces lo que dijo me hizo querer meterme debajo de la tierra y que está vez Lucifer si me arrastrase hasta el jodido infierno.

-Al parecer, la profesora Garzón está casada.- sé que abrí los ojos a tope, me conozco lo suficiente como para saber que lo hice.- pero ayer la vieron con una chica, no vieron bien a la chica esa, porque estaba un poco oscuro el salón. Pero estaban muy cerca.

Mentira, jamás estuve cerca de ella.. o no lo recuerdo sinceramente.

Me sentí mal, porque le mentí, porque no le dije que era yo esa chica que ahora está en graves problemas porque de seguro si me vieron salir corriendo o quizás no, ya que llevaba el cabello tapándome el rostro. Miré mi chaqueta que era la misma del día anterior y me la quité de un jalón.
La metí a mi mochila mientras sentía mis rodillas temblar, tenía miedo, pánico.

Era un simple rumor, pero me involucraba de una forma indirecta.

También llegué a pensar que quizás yo no era la única con la cual había hecho aquello, solo para tapar mi culpabilidad.
Ahora que lo pienso y recuerdo un poco.

Ese día estuve metida en mis pensamientos, donde ella estaba casada, donde ella me había besado, donde ella me había visto la cara de imbécil. Joder me sentí pérdida mientras leía en la clase de literatura; mi favorita.

El maestro me preguntó si me sentía bien y si quería ir a la enfermería. Dije que no, pero aún así termine ahí, en esa camilla incómoda. Miraba el techo con atención como si fuera la cosa más interesante que había visto desde hace mucho.

Quizás fue mi imaginación, quizás si ocurrió.

Pero aun recuerdo cuando miré hacia la puerta para luego ver como la abría y entraba a la habitación donde estaba. Escuchaba las voces detrás de la madera, al parecer estaban en receso.

Quise que eso fuera una broma de mi mente, pero sentí su mano acariciar mi mejilla y supe que ella era real, que no un producto de mi imaginación.

Hablé, pero ella no se movió.

Volví hablar más fuerte y pude sentir como se tensaba para luego apartar su mano de mi mejilla con lentitud.

-¿Qué?

Musitó quizás pidiendo que volviera a repetir lo antes dicho.

-Sé que estás casada.

𝐏𝐨𝐫 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐦𝐢́𝐫𝐚𝐦𝐞. [𝑪𝒂𝒄𝒉𝒆́] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora