𝐏𝐨𝐫 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐦𝐢́𝐫𝐚𝐦𝐞. [𝑪𝒂𝒄𝒉𝒆́]

Siete.

¿Fui cobarde? Sí.

Porque sé que tomé el celular con rapidez para luego correr afuera de ese salón con el corazón en la boca. Sentía como los bombardeos de mi corazón retumbaban en mi cabeza.

¿Un beso?

No podía, era amarrarme a algo que jamás podría tener. Pues ella evidentemente era mucho más mayor que yo y era una gran falta en el instituto involucrarse con un profesor o empleado de aquel lugar.

Corrí, corrí hasta llegar a la parada de autobuses como si ella me siguiera, estúpida, pues era evidente que ella no haría eso y al otro día tendría que enfrentarme a su mirada pues estoy segura que ahora ella me encontraba la persona más cobarde del mundo. Yo también lo hacía.

Pero haberla besado involucraba darle una parte de mi, que aún no estaba preparada para dársela a alguien, menos a una persona que en un día me ignoraba hasta el grado de hacerme debatir sobre mi existencia y al otro me hablaba como si nada. Ella en serio era demasiado extraña, sabía que no era la única que lo creía pues había escuchado algunos profesores hablar sobre ella donde decían siempre que era demasiado extraña, pues muy rara vez hablaba con ellos y casi siempre se la pasaba con ese grupo de chicos.

Pensar en eso hacia que tuviera un nudo en la boca del estómago. Recuerdo muy bien como llegué a casa suspirando por haber llegado viva y también porque una parte de mi aún estaba en el instituto, debatiéndome si estuvo mal haber huido de ahí sin haber probado sus labios.

Pero era demasiado tarde para arrepentirme por ello, ya estaba en mi habitación y ella.. no lo sé.

Dios, recordar el día siguiente del suceso aún me pone los pelos de punta. Pues, todo el camino al instituto tuve el corazón en las manos mientras movía la pierna en forma de nerviosismo.. mi padre me miró un par de veces por el retrovisor, o eso creo pues la verdad sentía su mirada en mi.. ya que al igual que yo (ya que muchos me lo dicen) tiene una mirada demasiado pesada.

Mis manos temblaban mientras que yo caminaba a la entrada de ese lugar que muchos llamaban "El infierno", aunque en ese momento yo también podría decir que lo era, puedo jurar que recuerdo como mi corazón dejó de latir al momento de verla en la entrada, con un lapicero en la mano y un cuadernillo en la otra mientras miraba el suelo.

¿Qué iba hacer? Esa fue la pregunta que más repetí en ese momento, la verdad es que quería que el suelo se abriera y me lanzará a los pies de Lucifer.

Pero pasó lo que menos creí.

Me miró, su mirada estaba en mí.
María José Garzón me estaba mirando.

Apreté los labios, mientras detenía el pasó y la miraba con atención, pero ella.. ella solo me miró con seriedad para luego girarse e irse por el pasillo.
En ese momento entendí porque muchos llamaban al instituto "Infierno" ya que en ese instante, para mí se había convertido en ello.. en mi suplicio, en mi karma, en mi infierno.