capítulo 35 Epílogo parte 1/2

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(¿No sé la esperaban o si?) He vuelto aquí para atar uno que otro cabo suelto.




El día está gris, bueno, para mí todos los días son grises luego de su partida, desde que lo vi por última vez en aquel ataúd, los días perdieron esa chispa de alegría y color que el les proporcionaba.

Creo que su partida ocasionó cambios en cada uno nosotros, si bien nos unió, en cierto punto también nos distanció, algunos se culpan por su muerte, otros todavía sienten el vacío de su partida.

El móvil en mi bolsillo trasero comienza a sonar como loco, con cuidado tomo el aparato entre mis manos, antes de contestar.

- ¿Diga?

- ¿Karen? ¿Dónde estás?- la voz de Jace resuena desde el otro lado del móvil

- Estoy…- observo los locales a mi alrededor.- estoy cerca del local donde trabaja Shawn.

- Quédate ahí, voy por ti.- avisa.

- Espera, ¿Para qué? ¿Sucede algo?- pregunto con extrañeza.

- No, nada, es que estamos todos acá en mi casa.

- ¿Estás seguro de que no pasa nada?- insisto.

- No, Karen, no pasa nada.- su tono de voz para a ser de irritación.

- Está bien, no te enojes.- digo con diversión.

- Espero que seas obediente y te quedes dónde te dije.

- ¡Wof!- digo a modo de repuesta.

- Eso es, Fido.- se burla.

- ¡Oye!- me quejo, por el apodo.

La llamada de da por terminada, pongo los ojos en blanco, nunca cambia, vuelvo a guardar el móvil en mi bolsillo, antes de volver mi vista al local detrás de mí. Es una cafetería, en la cual, varios comensales posan sus miradas curiosas sobre mi persona. Con rapidez me adentro el local, en busca de un café para llevar junto con unos muffins, el día está frío, y perfecto para un café bien caliente.

Cuando salgo, la imagen de Jace recargado contra la puerta de su auto, es lo primero que veo, trae puesto sus lentes de sol, vaqueros ceñidos a sus piernas, una sudadera negra, con un gorro de lana a juego con la misma.
Cuando llegó hasta su lado, no tarda en rodear mi cintura con su brazo, al tiempo que deposita en suave beso en mi mejilla, le devuelvo el abrazo, rodeando su cuello con mis brazos.

- Es un gusto verte piojo.- saluda.

- Lo mismo digo, rubia.

Con una sonrisa ladina, abre la puerta de copiloto para mi, le veo alardear cuando ve pasar un grupo de chicas, antes de subirse al coche.



(…)




Una vez que Jace, estaciona el vehículo en la cochera de su casa, no tardamos nada en adentrarnos en la vivienda. Una vez dentro de la casa, la imagen de nuestro grupo de amigos es lo primero que observo, todos se encuentras en la sala, con sus móviles en la mano.

Jace rodea con su brazo mis hombros, guiándome hasta posicionarnos entre los demás, al estar más cerca, logro ver sus rostros preocupados, podría decirse que hasta pálidos.

- Hola chicos.- saludo en general.- ¿Sucede algo?- pregunto mientras me siento en el brazo del sillón donde se ubica Jace.

- ¿No le has dicho?- interroga Clarissa, al rubio a mi lado.

- ¿Decirme que?

- Karen, la señora Macgwell se a comunicado con nosotros.- Brock interrumpe.- está en la ciudad.

Por unos minutos, puedo sentir que mi corazón se salta varios latidos.

- ¿Y eso? ¿Qué no se suponía que no quería hablar con nosotros? ¿Qué le recordábamos mucho a Dylan?- pregunto con molestia.

- Eso pensábamos.- asegura la colorada.- pero al parecer, ha sucedido algo, y quiere hablar con todos nosotros.

- Por esa razón estamos aquí.- la resolución me golpea.

- Si, no te lo dijimos antes, porque sabemos que todavía estás molesta con ella.


Antes de poder responder, el sonido de la entrada siendo golpeada, logra llamarnos la atención a todos en la sala, Miley se levanta del sillón individual, y se encamina a la puerta, Jace aprovecha todo para preguntar si queremos algo de beber. El grito de Miley desde la entrada, logra congelarlos a todos, nuestras miradas viajan hacia el lugar donde proviene el grito, puedo ver cómo Miley cae de rodillas al suelo, con las manos cubriendo su rostro, sollozos provienen de la rubia. Shawn no tarda en levantarse para socorrerla, pero al ver la causa de la reacción de la muchacha, su cuerpo se queda congelado frente a la entrada.

- ¿Shawn que sucede?- pregunto, mientras con los demás nos acercamos a ellos.

Decir que mi corazón se detiene, queda corto, cuando le veo, ahí frente a nosotros, con un poco de barba naciente en su rostro, un gorro de lana cubriendo su cabello, vestido con pantalones deportivos azules, y una gran chaqueta a juego. Una sonrisa se forma en sus labios al vernos, sus ojos derraman lágrimas.

Sin previo aviso, su cuerpo cae de rodillas en la entrada, siendo envuelto entre los brazos de nuestra amiga pelirroja, quién no para de sollozar y repetir su nombre. Los demás no tardan en unírseles al abrazo familiar.
Yo en cambio, observo la escena con duda, con miedo, con el temor de que sea un sueño, y al abrir los ojos, vuelvo a los días sin el, vuelvo a un mundo sin sus palabras, sin su sonrisa, sin su manera de querer arreglarlo todo.

Un nudo se forma en mi garganta, cuando le veo elevar el rostro, cuando su mirada se conecta con la mía.

- Karen…- su voz, suena tan real, joder hacía tiempo que no la escuchaba.

- No, no quiero esto…- pronuncio en voz baja.

Todos vuelven su mirada hacia mí.

- No quiero esto de nuevo.- me niego a pasar por uno de estos sueños nuevamente.- quiero despertar, no quiero seguir aquí, no quiero verte así de real, para luego abrir los ojos, y caer en cuenta que solo fue un jodido sueño.- lloriqueo.

- Karen, es real.- habla Brock.

- No, no lo es.

Observo como su cuerpo se incorpora, le veo dar pasos lentos y precisos hasta posicionarse en frente de mí, su rostro a escasos centímetros del mío, sus manos ahuecan mi rostro entre ellas. Su tacto, joder, sus manos suaves y tibias, su toque tan dulce, su perfume, todo de el perece tan… real.

- Estoy acá.- le observo sonreír.

- Dylan…- mi voz de pierde entre sus labios.




Es el, está aquí, de nuevo en casa.

Eʟ Cʟᴜʙ ᴅᴇ Dᴇᴛᴇɴᴄɪᴏ́ɴ (Eᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora