XXXI «Misiones» •Parte IV•

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Martes 25 de Noviembre
10:15 AM

Hawái

—Hay una bomba en el sótano del edificio en donde se está llevando a cabo una convención política. Jefes de los altos mandos de todo el mundo se encuentran ahí así que su misión será evacuarlos a un lugar seguro y si es posible desactivar la bomba y no causar daño a la estructura —Concluyó el jefe desde una pantalla.

Clint le había dicho a Ángela que saliera cuando ya no escuchará la voz de Nick, así que esa era su señal.

Salió, exhaló y sonrió, confiada.

—Buenas, caballeros —Saludó y miró a Nat—. Y dama.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó Bruce, sorprendido.

—Más bien, ¿Cómo pudiste durar ocho horas en ese closet? —Preguntó Stark.

Ella se encogió de hombros.

—¿Eso importa? Tengo sólo un poco de dolor de cuello y muchas ganas de estar en la misión —Asintió con una pequeña sonrisa.

—No estarás en ella —Anunció Steve poniendo sus puños en la mesa, mirándola—. Te quedarás aquí con Banner, les hablaremos por si necesitamos de su ayuda, que no creo que se requiera.

—¿Qué? ¿Por qué? No vine escondida en ese estúpido closet todo el viaje en vano, estaré en la misión quieras o no, Steven —Habló enojada, frunciendo el ceño—. Te lo dije ayer y te lo vuelvo a repetir: No. Eres. Mí. Jefe.

Se cruzó de brazos con determinación.

Él le sostuvo la mirada y exhaló con frustración.

—Dije que no estarás en la misión y punto. No se discute. Ahora todos —se giró a los demás—. A posición. Quiero que Stark desactive la bomba, todos los demás nos concentraremos en evacuar el edificio. Thor los pisos altos, Natasha y Clint los siguientes y yo los últimos.

—¿Cómo quieres entrar si hay una especie de campo magnético, genio? —Preguntó Ángela mirando a la pantalla con la información de la misión.

Steve se giró a ella y lo observó. Su mirada recayó en ella, apretó el mentón, tenía razón.

—Bien, irás. Pero Natasha te cuidará —Miró a la pelirroja.

—¿Disculpa? No soy niñera —Contestó la agente.

—Y yo no necesito una —Se apresuró a contestar la chica rubia.

—He dado órdenes —Contestó Steve retirándose a tomar su posición.

Romanoff rodó los ojos y se acercó a ella.

—Está insoportable —Se quejó—. Pero no te preocupes, no le hagas caso, sé que puedes hacerlo sola.

—Sí, por suerte sé atarme las agujetas yo solita —Murmuró recordando la frase de Meg en Hércules y sonrió.

—Por cierto, me debes decir cómo te escabulliste en la nave —Murmuró tomando su posición, Ángela la siguió.

—Por su puesto, te lo diré después —Sonrió mirando el reloj, eran pasadas las diez de la mañana y estaba preparada para la acción.

Saltaron en paracaídas. Ángela se apresuró a entrar, encontrar el centro de operaciones e inhibir el campo magnético. Por suerte le demoró menos de cinco minutos.

Después comenzó a evacuar los pisos cercanos. Iba subiendo con forme acababa.
Pasaron tres minutos y Stark no daba señales. La situación seguía delicada.

I N M O R A L » Steve Rogers » |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora