Part 16

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—Repasemos...—Bruce mostró el gran pedazo de cartón donde contenía una fotografía simple, Damian miraba el contenido de la dicha para su impresión no quería seguir con la misma historia de siempre...sus respuestas siempre serán las mismas.

—Una persona...—respondió él sin interés alguno.
—Bien...—sacando del cartón volvió a mostrar otro al muchacho quién no tardó en fruncir el ceño.
—Real.—respondió con frialdad.

Así estuvo las pruebas de Damian distinguir entre realidad y falso. Recordaba a todo detalle las fotografías que podía decirte cuales son las siguientes que le mostrarían; estando cuatro paredes sin entrenar, salir y hacer las cosas a su manera lo frustraba demasiado quería volver a sentir el sol, sentir los suaves pelajes de sus mascotas que tanto extraña y ansiaba por al menos sentir los ronroneos de Pennyworth, ver cómo la cola de Titus se movía con tal energía al ver su dueño llamarlo...

Tantas cosas que extraña y jamás lo admitiría en su santo juicio. A pesar de querer todo lo mencionado había algo más en particular que él quería, sí, Natalia...se sentía vacío, sin apoyo, un completo objeto que solo se usa una vez y luego lo destruye. Lentamente subió la vista al último cartón donde tenía el último contenido y ese era el dibujo de la castaña, quizás el dibujo quedó totalmente perfecto pero Damian preferiría mil veces la verdadera chica, no un simple pedazo de papel.

—Ella es más hermosa en persona...—confesó el adolescente con una sonrisa forzada.

—Damian...

—Tiene un cabello como el de mi madre solo que mucho más hermoso y llamativo, su piel a pesar de tener cicatrices por las batallas que se ha enfrentado tiene aún ese tacto suave...—Damian aún seguía hablando de ella, Bruce seguía siendo interrumpido por él y estaba por perder la paciencia junto con sus esperanzas a nueve metros bajo tierra.

—¡DAMIAN!—gritó finalmente haciendo un gran golpe contra la mesa y el oji Esmeralda calló profundamente sin evitar fruncir el ceño al máximo.

—Ella es real...

Bruce activó el aparato que tenía el adolescente alrededor de su cabeza causándole una fuerte corriente de electricidad, ya cansaba repetir esto, ya cansaba ver que su hijo aún tiene la misma repuesta...¿acaso en realidad se enamoró?...se ha preguntado mil veces esa pregunta, tenía una hipótesis de que tal vez su hijo se haya enamorado de una chica llamada tal Natalia y quizás ella le hizo algo. Fue una hipótesis absurda de su parte, pues Damian siempre fue un chico enfocado a sus cosas personales y dudaba mucho que tuviera esos pensamientos de amor o algo parecido. No comprendía que es lo que anda mal...¿tan fuerte fue el impacto en la cabeza? Son muchas las preguntas que tenía el detective.

—La sección de pruebas terminó.—terminando de pulsar el botón el oji Esmeralda soltó un aire pedazo acompañado de una tos, Bruce se levantó de su asiento y a pasos calmados salió de la habitación cerrando la puerta bajo código de seguridad. Alejado de aquella tormentosa escena empezó a revisar todo los resultados de hoy y los días pasados, no había nada en positivo en cada resultado y de tanto mirarlos solo hacía perder su tiempo.

La puerta de su oficina fue abierta encontrándose con Jason entrar con lentitud y silencio, traía una taza de café con un pan tostado.

—Pensé que tendrías hambre...—dejando la taza junto con el pan en la mesa notó los papeles esparcidos en el escritorio y la mayoría de ellos están arrugados.

—No tiene caso continuar esto...

Jason abrió los ojos de sorpresa a la confesión de su padre para ser exactos no estaba preparado a esa situación. Jason conoce bastante a Bruce que se le hace imposible creer que esté rindiéndose a esta batalla, una batalla por recuperar a su hijo y dejar esos malos pensamientos en el pasado. No cabe duda que el mayor no está pasándola bien y quizás el que termine loco en esta casa sea él mismo.

—No puedes...—habló Jason con el ceño fruncido.—Te conozco muy bien, Bruce, no puedes rendirte ahora...

—Jason mira el escritorio todos estos resultados son cada vez peores ya casi se cumple ocho meses y Damian no muestra signos de haber mejorado.—admitió el mayor de ojos azules con las manos entrelazadas, soltando un suspiro miró a Jay.— Lo mejor es enviarlo lejos...

—¡¿Lejos?!—gritó él con rabia.—Mira...—el adulto del mechón blanco respiró hondo calmando la total rabia que tenía con su padre.— Eres el detective que tanto le temen con tan solo respirar cerca de sus enemigos, siempre tienes una respuesta a todo...aunque sea la más incoherente del mundo pero aún así resulta ser una idea brillante. Ese mocoso que está allá abajo...—señalando la tableta que tenía al lado del codo de Bruce mostraba las grabaciones de vigilancia ahí perfectamente se podía ver a Damian caminar de un lado a otro con lentitud.— Te necesita, necesita de nosotros, Alfred, Dick, Tim y yo te apoyaremos en todo momento, te ayudaremos si hace falta. Me importa una mierda las ideas descabelladas que tengas por qué sé que darán buenos resultados, sé que siempre nos quejamos del comportamiento de ese niño engreído, sé que nos gusta fastidiarle la vida solo para verlo enojarse y intentar decapitarnos...

—¿A qué quieres llegar?

—Solo, solo te pido que por favor...traigas a ese demonio de vuelta.

Jamás había pensado que en el fondo Jason tuviera algo de afecto por el menor de la familia, incluso había notado las caras de preocupación por sus otros dos hijos a esta terrible tragedia. Había mucho que pensar, mucho por hacer y el tiempo se agotaba. Bruce no podía rendirse ahora por solo resultados que solo quitaba las motivaciones y esperanzas de seguir luchando, necesitaba más esfuerzo, más ideas, ideas que quizás puedan funcionar...el único problema era ¿Podría su hijo poder soportar más?

—Haré lo que tenga en mi alcance, Jason.

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