Survive (Libro 1 - Español)

Capítulo 12: Un miedo racional

"¿Qué van a hacer conmigo?"

La frenética pregunta provino de Jim. Después del arrebato anterior de Daryl, el hombre enfermizo e infectado había sido reubicado para descansar dentro de la RV, donde estaría a salvo de cualquier daño que pudiera surgir de los sobrevivientes en pánico. Yo, de alguna manera, me había encontrado haciéndole compañía. Con mi tobillo roto y su sangrienta cadera, hicimos una gran pareja.

"Nada", le tranquilicé. "Jim, vas a estar bien".

"No me consueles con mentiras, Aubree", dijo Jim con severidad. "Prefiero ser herido con la verdad".

Jim estaba apoyado contra las almohadas en la única cama que tenía el RV, haciendo una mueca con cada leve movimiento. Sus mejillas se estaban enrojeciendo y supe que tenía fiebre - el tipo de fiebre que se desarrolla solo por una mordedura. Las gotas de sudor goteaban por los lados de su cara y agarré un paño cercano. "Jim, vas a estar bien", lo tranquilicé.

El hombre sacudió la cabeza y soltó una risita enferma, mirándome con incredulidad. "¿Por qué mientes?". Preguntó.

"No estoy mintiendo", dije, mirando sus ojos inyectados en sangre. "Todavía hay esperanza de una cura".

"Los escuché a todos hablar sobre los planes para la CDC", suspiró Jim. "Y no creo que vaya a llegar a la ciudad. Me sorprende haberlo hecho de la noche a la mañana", murmuró. "Fue una estupidez mantener todo esto en secreto, lo sé, pero solo pensé ... no lo sé. Tal vez que sería diferente para mí, ¿sabes? Tal vez que podría ser inmune". Él se burló. "Qué idea tan estúpida".

"Cualquiera hubiera mantenido en secreto el ser mordido", le dije, y luego fruncí los labios, apartando la mirada. "Creo que yo también lo hubiera hecho", admití. "Por favor, no te sientas culpable por tratar de ocultar la mordedura. Es un miedo racional".

Jim rodó sus ojos. "Ya ni siquiera me importa eso", dijo arrastrando las palabras. "Ya no me importa nada. No tiene sentido preocuparme cuando mi tiempo en la Tierra está casi terminado".

"Detente", le ordené severamente. "Vas a llegar a la ciudad, ¿de acuerdo? Nadie te va a lastimar".

"Eso es una mentira", susurró. "Esa es la mentira más grande que hay. Les dije eso a mi esposa y a mis dos hijos, se los dije cientos de veces, pero no importó. Simplemente salieron de la nada ... Decenas de ellos ... Simplemente los sacaron de mis manos".

"Jim ...", susurré, incapaz de encontrar otras palabras para continuar. No tenía la intención de devolverle este horrible recuerdo.

Sin embargo, el hombre continuó y vi lágrimas en sus ojos mientras respiraba profundamente. "La única razón por la que me salvé fue porque los caminantes estaban demasiado ocupados comiéndose a mi familia", terminó. "Nadie me va a poder lastimar, Aubree, porque no hay nadie a quien ame vivo que pueda resultar herido".