Universe [Shawn Mendes]

Baby. [ANOTHER UNIVERSE]

“I'm already someone else's baby”

Sus tacones golpeaban con fuerza el suelo de cada escalón que ella subía sosteniendo con fuerza el varandal para evitar caer o torcer su tobillo; no había tenido tiempo para ponerse algo mas cómodo y sencillo, después de aquel mensaje su corazón saltó a mil por hora y lo único que quería era llegar donde él para ayudarlo y asegurarse de que estuviera bien.

Golpeó con desesperación la puerta con el número 46 esperando a que abrieran.

—¡¿Shawn?! — sus nudillos se tornaban mas rojos a cada golpe — ¡Shawn!

La puerta se abrió dejando ver al castaño vestido con una camisa de algodón color gris, unos pantalones negros que se ajustaban a sus musculosas piernas al igual que las mangas cortas de su playera. Estaba descalzo y con el cabello despeinado, miraba a Mercy con ojos brillantez, se veía tan hermosa en ese vestido rosa, ajustado a su pequeña cintura.

—¿Estas bien? — preguntó ella antes de lanzarse a sus brazos y estrecharlo fuertemente con un gran alivio.

Shawn aprovechó el momento para tirar de ella hacia dentro y cerrar la puerta con seguro.

—¿Qué te sucede? Y-yo te veo bien...— Mercy lo examinó de arriba a abajo sin encontrar el problema.

—No estoy bien, mi amor — Mercy intentó alejarse de él al escuchar sus últimas palabras pero los brazos de aquel fuerte hombre lo evitaron — no puedo estar bien cuando el amor de mi vida está por casarse.

—Shawn-...

—No, deja de decir que no sientes nada por mi — su mano cogió su barbilla para obligarla a verlo directo a los ojos — todo lo que vivimos juntos, dieciséis años juntos, mi amor, desde la preparatoria, ¿no significaron nada para ti?

—Nuestra historia de amor ha terminado, Shawn — se alejó de él — son hermosos recuerdos.

—No...— negó sintiendo como su corazón sé partía cada vez más — ¡yo te amo, Mercy! ¡Sé que tu también me quieres! ¡Dejaste tu fiesta solo para venir conmigo! — ella le dio la espalda — ¡te importo!

—¡No más! ¡Ya no me importas! — gritó ella encarnándolo — se acabó, Shawn.

Ella estaba a punto de irse, tenía la manija de la puerta en su mano, solo debía girarla y todos aquellos años que fueron los mejores de su vida quedarían encerrados en su corazón para siempre.

—¿Cuál es el truco?

—Que no podrás volver a casa a medianoche a menos que yo lo quiera.

Apretó el pomo en su mano sintiendo las lágrimas caer por sus ojos.

—No, eres importante para mi, y eres real, lo único real que tengo.

Se dio la vuelta viendo al castaño verla con el alma partida, sus ojos eran dos cascadas descendiendo por sus rojas mejillas hasta tocar sus labios y gotear por el filo de su mandíbula.

—No te lo dije en ese momento, pero también te amo, Shawn.

—Aburrida — susurró él entre dientes bajando su mirada al suelo.