Capítulo 6 | Visión

3.1K 207 12
                                    

Ansel se vuelve a sentar, haciendo de cuenta que nada ha pasado, pero yo no puedo hacer lo mismo. Ambos sabemos lo que ha sucedido. Lo que he provocado.

—Creo que es suficiente de preguntas, Olive. Ahora lo sabes y debes guardar el secreto —dice, pero no me mira.

—¿Por qué sabes mi nombre? Creí que no sabías ni que existía —admití. No es por menospreciarme ni mucho menos, pero cuando te gusta alguien tan popular y tu eres prácticamente como un ladrillo en la pared, no ves muchas posibilidades de que esa persona sepa que comparten el mismo aire. Me voltea a ver y sonríe de lado.

—Nadie me había escrito una carta tan mal redactada antes.

—Idiota —digo entre dientes.

—¿Así que piensas que soy un idiota? —pregunta divertido. ¿Acaso había escuchado eso?

—¿C-Cómo escuchaste?

—Los hombres lobo podemos escuchar y captar olores a distancia. También tenemos más fuerza de la usual y somos más rápidos. También nos curamos, prácticamente no podemos ni emborracharnos.

—¿Son una clase Superman? —pregunto, asombrada.

—Sí, algo así —dice él con una sonrisa. Juro que no olvidaré éste momento. Él me estaba sonriendo.

Cuando llego a casa, lo primero que hago es tirarme en la cama y mirar hacia el techo. Está bien, analicemos lo que ha pasado. Ansel Elgort es un hombre lobo y líder de una manada de musculosos hombres, no sé si sale con Jessica pero definitivamente Ezra y él no son los mejores amigos. Su padre fue asesinado por la manada enemiga y ahora lo quieren a él. Sus ojos se ponen rojos cuando se enoja y mi toque lo calma. Sonrío. Sí, soy una idiota por sonreír en ésta situación pero ahora Ansel y yo compartimos algo. Compartimos uno de sus más grandes secretos y eso nos une. Me da esperanza, por lo menos para ser su amiga. Tomo una ducha y me meto en la cama, sabiendo ahora toda la verdad, aunque nada de eso tenga sentido.

Suena mi alarma y la apago inmediatamente ¿acaso todos los despertadores tienen que ser tan molestos? Los odio. Lo primero que hago es bajar a desayunar con la vista aún un poco nublada por el sueño.

—Buenos días —saludo a mis padres que están desayunando. Mamá se levanta y me sirve un plato con hot cakes. Delicioso.

—Hola princesa ¿cómo te fue ayer con Ian? —pregunta papá.

—Muy bien, sabes que Fro-Yo nos vuelve locos —le digo tratando de sonar lo más segura posible. Jamás le he mentido a mis padres, hasta ayer.

Termino mi rutina matutina y entro a la escuela. No soy la más lista de todos, pero me esfuerzo mucho en mis tareas y trabajos así que mis notas no son tan malas. La escuela me gusta, a decir verdad. Espero no haber sonado como una rarita.

Antes de ir a clases paso al único baño vacío en todo Sky High. Los baños de mujeres siempre están abarrotados y es casi imposible entrar al baño sin llegar con retraso a tus clases. Me miro al espejo y me sonrío. Me siento diferente. Con confianza y seguridad en mí misma. Una sombra aparece en el reflejo del espejo. Volteo rápidamente y no hay nada ahí ¿Qué demonios...? Me froto los ojos. Yo no vi nada. Nada. Me dejo de frotar los ojos, pero aún así veo borroso ¿qué está pasando? Tengo un presentimiento, algo malo está por pasar. Lo sé. Y justo aquí, en este baño. A mí, algo va a pasarme. Veo imágenes difusas de alguien gritando, de unos ojos brillando mientras unos cables descargan electricidad sobre el cuerpo que está tendido. Él esta gritando y yo estoy parada sin hacer nada. No puedo gritar, no puedo moverme y me siento impotente porque sé quién está gritando. Es Ansel. De repente todo se aclara y yo me tambaleo, mareada. Parado enfrente de mí está alguien que conozco muy bien, alguien con los ojos azules más tristes y fríos que jamás haya visto. Ezra.

—¿Q-Qué haces aquí? —le pregunto mientras me siento en el piso, con la espalda recargada en la pared. Mi respiración sigue agitada por las imágenes que he visto.

—Vine a visitarte primor ¿qué más? —dice mientras entra a un cubículo y me extiende un poco de papel. Yo lo miro, extrañada—. Vamos Olive, acepta el papel. Tienes lágrimas por toda la cara —dice. Es cierto. Mis mejillas están mojadas. Acepto el papel aun desconfiada. La última vez que lo vi, intento arrancarme la garganta de un arañazo. Un momento...¿cómo sabe mi jodido nombre?

—G-Gracias... —digo mientras seco mis mejillas y recupero la compostura. Con él cerca jamás puedo ser descuidada o terminaré descuartizada—. ¿Por qué eres tan amable ahora? ¿A caso ya te cansaste de ir por ahí tratando de matar a las personas con tus garras? —pregunto con sarcasmo y el ríe descaradamente.

—Veo que el pequeño Ansel ya te ha contado casi todo —dice mientras se sienta en los lavábamos y juega con sus dedos.

—¿Casi?

—Sí, si te hubiera contado la verdad lo estarías odiando a él y no a mí.

—¿De qué demonios estás hablando? —pregunté cansada de tanto rodeo.

—Esperaba que él te lo contara pero está bien... te lo diré porque eres mi primor —dice sonriendo. A mí me recorre un escalofrío. La forma en la que había dicho esas palabras... me daba miedo—. La familia Elgort no siempre ha sido una ejemplar familia de lobos, Olive. No como el padre de Ansel y su madre le hacen creer. Antes de toda esa farsa de "somos buenos y queremos la paz" eran criaturas bastante... salvajes.

»Todos sabían la verdad sobre lo que hacían, mordían y mataban por placer. Los padres de Ansel tienen un pasado bastante oscuro... no siempre fueron rectos. Mi manada no mató al Sr. Elgort porque el se negó a unírsenos, o no señor, nosotros no queríamos a semejante escoria en nuestras filas. Esa historia es contada por los Elgort para disfrazar el verdadero motivo. La Sra. Elgort es una genial mentirosa y Ansel es un crédulo. Un idiota, si me permites decirlo.

»Mi padre tenía un mejor amigo, humano por supuesto. Se conocieron en la universidad y a en cuanto a mí, siempre me gustaba que fuera a la casa porque llevaba a su pequeña y hermosa hija. Me encantaba jugar con ella pero un día dejó de ir a jugar conmigo porque sus padres habían muerto. ¿Adivina quién había sido el responsable?

—El papá de Ansel —dije con un hilo de voz.

—Exactamente mi hermosa Olive, el Sr. Elgort asesinó al mejor amigo de mi padre y a su esposa, dejó a la pequeña bebé en un centro de cuidado infantil y después de pasar apenas un mes en un orfanato, fue adoptada por una pareja feliz de agentes bienes raíces que mi papá sabía que la cuidaría bien. Tú eras esa bebé, Olive. Tú eras la bebé que jugaba conmigo y que cuando reía sus ojos se iluminaban. Los padres de Ansel mataron a tus padres y te dejaron huérfana. Por eso mi manada mató al padre de Ansel, por venganza, por haber matado al mejor amigo de mi padre, a su esposa y haberte alejado de mí.

—Y-Yo... —no puedo hablar. Mis ojos están llenos de lágrimas de nuevo.

Todo se pone negro.

Y escucho a Ezra gritar mi nombre.

Él no me quiere | Ansel ElgortWhere stories live. Discover now