La Ciudad Perdida

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- Sí, la Ciudad Perdida es en donde vivíamos. Una historia triste, en realidad. Cuando éramos pequeños era una ciudad muy poblada, como lo es Nueva York, así era WonderPhil. Luego cuando yo tenía quince años una Quaff sacó a el que era el presidente y se puso ella. El gobierno solo permitía tener dos hijos hombres y una hija mujer. Los que no debían nacer, se ponían dentro de una cama elástica rodeada por varias redes fuertes altas, de más de veinte centímetros de alto y, más de diez centímetros de ancho, y los dejaban ahí, hasta que los bebes no sobrevivían, permitían que los padres se acercasen y vieran a sus hijos pero si trataban de darles comida los encerraban en un sótano y, no podían salir durante una semana, les tiraban migajas de pan para que se alimentaran durante la semana que permanecieran ahí. Nuestro padre era el anterior presidente, uno de los más poderosos, y conocía al señor Abel Dankworth, ese señor era como nuestro segundo padre, me refiero a Daniel, Damien y yo. Él era el Quaff más poderoso de todos, aunque vivía en una granja y aparentaba ser un pobre no lo era, tenía poderes extraordinarios hasta ahora no sé si vencería a las Ratzias. Aunque él estaba del lado de ellas, incluso planeábamos juntar a todas. Pero un día Rebecca, la actual presidente, supo que quería juntar a todas ellas y, era obvio que para destruirla a ella, mandó a matar a nuestro padre, se lo llevaron por la fuerza y nunca más regresó. Seguimos con la esperanza de que siga vivo, él era fuerte, él es fuerte- Afirmó él, tratando de convencerse.
- Lo siento mucho, por lo que me cuentas está vivo, yo lo creo, ¿Y ese tal Abel, que es de él?
- Lo único que sé es que su esposa murió al dar a luz a su hija, única hija, también recuerdo que la solía llamar Ojos del Cielo, nunca la conocí pero la amaba mucho- Recordé aquel sueño.
- ¿Que pasó con la niña? ¿Dónde está?
- Me parece que se la llevaron porque dijeron que había adquirido los poderes de Abel, incluso hubo rumores de que era aún más poderosa que su padre- Se encogió de hombros, y sonrió.
- ¿Y qué pasó con ustedes? ¿Como es que están aquí? ¿Vivos y sanos? A salvo, me refiero.
- Al Abel enterarse de lo que había sucedido con mi padre decidió ponernos a salvo- Explicó- Creó un portal a el mundo de los Manums y pues ya ves, aquí estamos- La chica rubia, Ruby, salió detrás de la carpa con malicia en sus ojos.
- ¿Con que tú y Percy, no? Me pregunto qué dirá de esto Alex- Rió.
  Se dio media vuelta.
- ¡No!- Se detuvo y no por voluntad propia si no que la había congelado.
- ¿Que...?
- Tus, tus...- Hizo una pausa para pararse e ir junto a Ruby- Tus poderes. Verás tienes y debes controlar tus emociones, cuando te desesperas no puedes controlar tus poderes, debes pensar antes de actuar y, así usar tus poderes correctamente- Me advirtió-. No como ahora...- Hizo una mueca mientras señalaba a la chica congelada.
- Bueno, sí... Pero eso me lo deberías haber dicho antes, Jeff- Me levanté como pude y me acerqué hasta la estatua de la chica admirando sus ojos maliciosos y congelados.
- Claro, por lo menos le dirá nada a Alex- Dijo en broma, pero no podía reírme era demasiado impactante lo que acababa de hacer-, ¿Quieres que le borre la memoria? No todo, claro está, solo lo que escuchó.
- Sí, sí. Pero, ¿Puedes descongelarla?- Lo miré atentamente.
- Alex tiene ese poder, yo no soy maestro de Ratzias así que claramente no te puedo enseñar, por ahí hay un libro de hechizos y eso pero... No creo que diga cómo descongelar a alguien, además de que tu magia es más poderosa que un simple hechizo- Me miró con gracia.
- ¿Qué?
- Ella está celosa de ti y de Alex- Empezó a carcajearse-. N-N-Nadie l-la quiere.
Lo miré seria pero me ganó su risa contagiosa.
- ¡Bueno ya! ¿No? Hay que meterla dentro, no vaya a ser que alguien pasa por aquí y se muera del miedo- Cuando él paró de reír metimos a Ruby dentro de la carpa y él hizo un hechizo para que nadie pudiera entrar. Jeff concentrado logró hacer el hechizo y la chica quedó descongelada.
- ¿Que hago aquí? Amanda, tu.
- Jeff- Hizo una mueca mientras fingía estar dolido porque Ruby no recordaba su nombre.
- Sí, ¡Tu eres el hermano de Damien!- Parecía que si hablar de Damien le alegrara- Yo estuve con él, es muy lindo y en...
- Sí, sí, como digas. Ve a contarle a otra persona tus cosas... ¡Para que sepas es mío ahora!- Grité cuando ya se había alejado- ¿Puedo congelarla de nuevo?- Me dirigí a Jeff reprimiendo mi furia.
- No, claro que no. Ahora te recuestas y esto que acaba de suceder queda entre nosotros porque si no Damien me asesina- Me recosté y el me tapó como tal padre haría a con su hija, con ternura. Espero a que me durmiera.
Otra vez ese sueño, tal vez es un indicio de algo, debe de serlo no puedo estar soñando por casualidad una y otra vez el sueño, pero si me llega a pasar la tercera vez le comentaré a Jeff, a Damien no porque él se preocupa mucho por mi y no va a dejar en paz a las personas hasta averiguar qué es el sueño.
- Hola, y despertaste- Jeff me recibía con una sonrisa-, óyeme, ¿Que soñabas? Estabas, estás, sudando- Señaló mi frente.
- Ehh, no es nada grave. O eso creo- Susurré a la par que Alex me traía un té.
- ¿Rico, cierto?- Preguntó refiriéndose al té.
- Sí, tengo demasiada sed. No he tomado nada, más es lo que he estado durmiendo que lo que he estado despierta- Apresuré a tomar el tercer sorbo-. Oigan, yo ya no puedo estar aquí. Necesito volver con mi familia, no puedo dejarlos ahí por siempre. Necesito ver a Francisco, necesito ver a Henry...- Tome otro sorbo.
- Podemos traerlos aquí, no es tan difícil...- Comentó Alex rascando su cabeza.
- No- Damien quien parecía haber estado escuchado atentamente la conversación negó-. Los Manums no pueden entrar aquí. Salvo sí les contasen él...- Negó con la cabeza.
- Vamos, dilo. Ya hablaste, ya lo soltaste, ahora dilo- Insistí.
- Bueno...- Rascó su nuca- Sí le cuentas tu secreto tal vez, como ya sabrá de nuestro mundo, la barra dejé que pase.
- No puedo, no puedo contarle. Me creería pero...
Alguien llamó a Damien, quien se retiró rápidamente con un asentimiento de cabeza.
- No hay peros, tienes que contarle todo. Absolutamente todo- Dijo Jeff inmediatamente cuando Damien se fue.
- ¿Puedes convencer a Damien de que vayamos a casa? Ya lo necesito, aparte de todo- Pregunté-.
- Claro, otra cosa. Cuando Francisco se entere de todo, deberás protegerlo ya que es un Manum, no tiene tanta protección, no tiene poderes. Es posible que muchos demonios y personas "malas" quieran secuestrar a alguien que quieras mucho, para atraerte y secuestrarte, posiblemente asesinarte.
- De acuerdo, no te preocupes por mí- Asentí con una gran sonrisa.
- De hecho, tengo que preocuparme. Eres, y créeme que suena muy raro decirlo incluso para mí, la novia de mi hermano y le importas mucho- Hizo una mueca y encogió sus hombros-. Por lo tanto, eres muy importante para mí.
- Gracias- Asentí-. Vamos, vamos, ve a decirle a Damien.
Se levantó de un salto, me dirigió una amable sonrisa y se retiró.
-... Claro que no saldrá de aquí, está segura y protegida aquí. No voy a permitir que le ocurra algo, pudiendo haber hecho algo, Jeff- Damien se acercaba más a la carpa con fuertes y rápidos pasos-. No lo permitiré, no permitiré que te pongas en riesgo solo para contarle a tu mejor amigo lo que estás viviendo. No lo...
- Por eso es que debo contarle, es mi mejor amigo... Prácticamente hermano.
- Pero...
- Nada. Te callas pero que te digo ahora, esperaré un día y, luego nos iremos a casa. Y, no va en broma Damien- Asintió un poco confundido y, se sentó junto a mi.
- Como tú decidas- Un largo rato de silencio-. No estoy acostumbrado a que me manden, mucho menos que cuestionen mis decisiones pero contigo no tengo ningún problema- Sonrió sin mirarme.
- Me gusta mandar, incluso podría decir que me alegro de mandar- Me reí mientras me encogía de hombros.
- Ay, no me digas. Creo que no lo había notado...- Sarcasmo.
- ¡Ey! El sarcasmo es mi...
- No, no, no- Puso su mano en mi boca para que callara-. El sarcasmo es mi arma. Bueno, bueno... Ya tengo que irme, Percy mando a llamar a una chica con cabellos grises que actuaba raro. Me miraba como un filete, bueno no sé que le pasaba, tal vez era un gato.
- ¿Un gato?
- Algunos animales pueden convertirse en humanos. Solo algunos tienen el poder de tener una "mascota". Para eso tienen que asistir a una escuela muy prestigiosa que no es para cualquiera, es demasiado dinero, al menos que tus padres sean muy respetados o que los impresiones...
- ¿Impresionar a quien?- Interrumpí.
- El Consejo de la escuela. Como decía, si logras impresionarlos con suerte entraras. Por ejemplo, la hija de Shakespeare asistió a esa escuela aunque parezca prácticamente imposible.
- ¿Para que sirven las "mascotas"? ¿Hacen hechizos y eso o qué?
- Te protegen. En todo caso si hacen magia, ahora se impuso una regla en la escuela que los cuervos tienen más magia que los otros animales. Nueva directora- Rodó los ojos.
- Y... Tu, ¿Como es que sabes todo esto?- Pregunté con ansias.
- Mi tía. Morgana Leek- Respondió sin ningún problema.
- Entonces... ¿Tú serías Damien Leek?- Sonreí burlonamente.
- No, no. Llevó el apellido de mi madre, RavenWolf- Sonrió sin mostrar sus dientes-. Damien RavenWolf.
- Lindo.
- Claro que sí, era de mi madre- Nunca antes había oído a Damien hablar de su madre. Nunca me contó, ninguno de los tres me contó algo sobre su madre, bueno Daniel y Damien nunca me contaron acerca de su madre, ni siquiera la mencionaron.
- ¿Sigue con vida?- Sentí que no debería haber hecho esa pregunta, es muy insensible.
Damien entristeció. Pero rápidamente cambió a una expresión alegre para luego pararse de un salto.
- Ya debo irme, de verdad, no vaya a ser que se enoje o algo.
- Espera, ¿Tu tía admite a tus novias?
- ¿Que quieres decir con eso, Ams?- Preguntó preocupado.
- Quiero decir, nada más que... Quiero entrar a esa escuela.
- No, claro... Sí la vida para ti es, ¡Estupenda! ¿Entiendes que estás en peligro verdad?
- ¡Sí, por supuesto que entiendo! Pero quiero conocer esa escuela, quiero ver que se estudia y, más. Es más, sí quieres puedes acompañarme, Alex también y sí Percy quiere... Bienvenido sea.
- Es solo para personas con magia, yo no tengo. Con dificultad haré algún hechizo- Hizo una mueca.
- Vamos, por favor. Por favor...
- No es no- Afirmó Damien.
- Terminamos- Solté tratando de manipularlo.
- ¿Qué?
- Terminamos
- No podemos terminar solo por...
- Terminamos- Me crucé de brazos como cuando era pequeña.
- ¡Ash! ¡Bien, de acuerdo! ¡Me rindo! Vamos a ir todos, incluyendo mis hermanos- Se dio media vuelta y se fue.

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⏰ Last updated: Nov 26, 2018 ⏰

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