CAPÍTULO XVII: PELEA, PELEA, PELEA

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Mierda. La cara de Lara no tenía precio, podía presenciar su enojo a través de las líneas de expresión que se formaban ligeramente en su cara, claramente por el estado emocional actual, también podía reconocer los celos que sentía.

—Sofía Robles, mucho gusto —saludó de forma simpática, pero forzada— Imagino que usted es la profesora de artes, de la que tanto hablan... ¿Cuál era el nombre? ¿Clara?

—Lara, señorita Robles, Lara —respondió seriamente— ¿Se siente bien? Supongo que viene a atenderse a la enfermería, después de todo, esa es la función de este lugar.

—Ah, no no, vengo a ver a Sam, usted cacha, estaba preocupada por ella... —respondió mirándome fijamente— ¿Estás bien, Manti?

Ese apodo nuevamente. No lo escuchaba hace muchísimo, y ahí estaba de nuevo para traerme aún más recuerdos de lo ocurrido con Robles, quien evidentemente lo mencionó con la intención de llamar mi atención y, tal vez, ganar nuevamente mi confianza.

Habían pasado cerca de dos meses en los que conversaba día y noche con Sofía, nuestra "amistad" era mas fuerte que muchas de las que se conocían por ahí, pero aún así ninguna de las dos se atrevía a dar el paso para iniciar una relación. Yo estaba segura de lo que sentía por ella, e incluso sabía que me correspondía, pero me acobardaba el hecho de iniciar una relación y tener que exponernos.

Un día, me atreví a invitar a Sofía a mi casa, para que conociera a mi mamá y para intentar pedirle pololeo, si es que se daba la oportunidad. Era verano, por lo que mi hogar era aún mas precioso de lo normal, estaba rodeado de verde por todos lados y daba gusto salir a dar paseos. Todo fue bien, mi mamá conoció a mi futura polola y me miró con esa cara de aprobación que todo el mundo espera en ese tipo de situaciones, por lo que, cuando la tarde fue cayendo, me atreví a invitarla a un paseo. La llevé al lugar más verde de la casa, rodeada de árboles frutales y flores, así, después de mucho rodeo, me atreví a pedírselo.

—Sofi... han pasado dos meses desde que nos conocimos, en realidad, desde el primer día comencé a sentir algo especial por ti —tomé un respiro—. Sé que te va a parecer apresurado y me querrás rechazar, pero debo intentarlo... así que... Sofía Robles, ¿quieres pololear conmigo?

Ni siquiera me respondió con un "si", simplemente se abalanzó encima de mí con una linda sonrisa y me besó. No necesité mas respuesta en ese momento. No sabía lo que se me venía mas adelante.

—Estoy bien, Sofía. No es necesario que vengas a verme —respondí cortante, lanzándole una mirada asesina a la chica que me miraba fijamente—. Te puedes ir, antes de que te echen por venir a hacer nada a la enfermería.

—¿Y cómo es que la profesora está acá, contigo? —preguntó seria por mi reacción.

—No debería hacer esas preguntas, Robles. Yo pasé un momento a ver la señorita Echeverría, debido a que causó gran revuelo con su incidente —contestó firme—. Aun así, como dije, tan solo pasé un rato, ya me debo retirar, y usted debería hacer lo mismo para no incomodar a esta alumna.

La cara de Sofía no tenía precio, probablemente no podía creer la actitud que había tomado Lara con ella. Debo admitir que esto me provocaba una extraña angustia, ya que, si hay algo que nunca me agradó de ella, fue el encaprichamiento que tenía con las personas, que por lo general era para mal, no paraba hasta arruinar a su objetivo, y supongo que no había cambiado mucho juzgando por la forma en que miraba a mi bella profesora.

Pronto Lara abandonó la enfermería, no sin antes esperar a que Sofía saliera al igual que ella, asegurándose de que no volviera a molestarme. Por mi parte, me dejaron retirarme del lugar minutos después, ya que me negué a retirarme de la jornada y, además, me sentía completamente bien, de nuevo. Así salí rápidamente del sector del establecimiento, y para suerte mía todos se encontraban en un receso, por lo que decidí juntarme inmediatamente con mis amigos —los que quedaban de ellos—.

Recordaba a la perfección lo que había dicho Alonso en la sala, es más, admito que deseaba confrontarlo inmediatamente, pero la parte racional de mi mente me lo impedía, de lo contrario, ya estaría golpeándolo mientras está tirado en el suelo, probablemente.

No me sorprendía el actuar de Alonso, siempre había sido un imbécil, pero extrañamente, siempre lo consideré como uno o el mejor de mis amigos, ni siquiera sé por qué razón, ya que el tipo era una mierda incluso conmigo. Siempre fue un traidor, más de alguna vez nos perjudicó contando cosas personales y todos callábamos, tal vez porque al resto le parecía gracioso o, simplemente por inmadurez, pero Alonso jamás se disculpo por este actuar, lo que realmente es chocante.

Finalmente me reuní con mis amigos, todos estaban muy preocupados y me preguntaban a cada rato si estaba bien o si no quería volver a la enfermería, lo que era estresante porque debía repetir a cada segundo que me estaba igual que siempre. Todos me recordaron lo que sucedió en la sala, pero a lo que más le dieron énfasis fue al actuar de Alonso.

—¿Ese hueón otra vez se pasó? Le voy a sacar la mierda, Sam, te lo juro —aseguró Andrea, enojada a mas no poder.

—No hueona, déjalo, si va a cagar solito. Déjenlo nomás —pedí tratando de calmar las cosas—. Al final, sus comentarios no llegaron a nada.

—Pero Sam... —fue interrumpido Fernando.

En ese momento llegó Alonso con su cara de imbécil burlón. Todos sabíamos desde ya para qué se acercaba a nosotros.

—Estás mal ah, no sabía que ver a tu ex te ponía tan nerviosa, hueona —se rió fuertemente—. No será que te la quieres tirar de nuevo po, no creo que estés tan desesperada, ¿o sí?

—Para tu huea concha de tu madre, si no quieres que te saque la cresta... —me defendió Fernando inmediatamente.

—No te preocupes, Nano. Este hueón no tiene ninguna cosa más que hacer que venir a molestar acá. Ustedes cachan que necesita llamar la atención —dije finalmente, provocando la ira de Alonso.

—A ver maraca, no me vengas a hablar así. No me cuesta nada sacarte la mierda, camiona culiá —me amenazó, acercándose a mi peligrosamente.

—Pégame po, machito. Demás se te rompe tu mano amorfa con el golpe —me atreví a confrontar.

—Le tocas un pelo hueón, y te denuncio, ¿¡me escuchaste!? —ahora era Andrea quien se metía a defenderme.

—Cállate hueona, seguramente esta ya te dio como caja, por eso la defiendes tanto. Asquerosas de mierda —atacó ahora mirando a Andrea.

—Con la Andrea no te metas hueón, te las vas a ver conmigo y sabes que no va a salir bien —dije finalmente.

Y así pasó todo muy rápido, Alonso me golpeó en la cara tras advertirle que no se acercara a mi amiga. Fue un puñetazo cerca de la ceja, me lastimó, pero ni siquiera sentí dolor como para alcanzar a quejarme, simplemente lo miré y también observé como el director se acercaba furioso hacia él, porque sí, todo había pasado exactamente ante sus ojos y no demoró en tomar las acciones correspondientes. Para mi suerte, reaccioné correctamente y no devolví el golpe, por lo que no me vería involucrada en lo que harían contra Alonso.

El rumor sobre la pelea corrió rápido por todo el colegio, por lo que en unos cuantos segundos todos estaban observando alrededor lo que había ocurrido. Incluso los profesores llegaron rápidamente, todos acercándose a verificar que me encontraba bien.

—Sam, te llevaré a la enfermería. Sé que no te duele, pero igual estás sangrando... —dijo mi profesora de educación física que siempre estaba ahí para cuidarme como si de una hija se tratara.

—No se preocupe, solo es un poco de sangre...

—No discutas conmigo, vamos —comenzamos a caminar— Está mas que claro que debes hacer la denuncia, tienes evidencia y todo. De hecho, podrías ir directamente a la clínica para que te hagan un informe con las lesiones...

Reconozco que no se me había pasado por la cabeza la idea de denunciar a Alonso. Finalmente, tenía motivos de sobra, por lo que sería correctamente acogida por la justicia, pero considerando que el tipo fue mi amigo, tal vez no era lo más correcto. Claro, quería que no quedara impune por lo que me había hecho, pero no sabía si sería bueno llegar tan lejos. Era una decisión que debía meditar.

¿Arte? Es amarte (LGBT) (LESBIANAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora