Capitulo 35

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— ¿Entonces me perdonas? —  pregunta Matteo a mi lado.

Se ha quedado conmigo ya durante una hora.

— No hay nada que perdonar — digo sin mirarlo.

Él toma mi mano y me guía cerca de los baños, donde no hay absolutamente nadie.

Me apoya contra la pared y en cuestión de segundos tengo sus labios sobre los míos haciendo presión.

— He querido hacer eso todo este tiempo. Quiero ver que sonrías, eres más preciosa cuando lo haces.

— ¿Ahora tratas de hacerme sentir bien? — pregunto y él presiona nuevamente sus labios contra los míos.

— Voy a solucionar mi error con besos.

— ¿Crees que te dejaré? — pregunto y me sonríe.

— Preciosa, tú tanto como a mí, nos encanta besarnos.

— Los novios se están despidiendo — le digo a Matteo y él me mira.

Toma mi mano y me guía al salón nuevamente.

Nos hacen poner a todas las mujeres juntas para atrapar el ramo que sorprendentemente lo atrapo yo.

Camino hacia Matteo que se encuentra hablando con su primo y la novia.

— Ella es Luna, mi amiga — dice él y yo pongo los ojos en blanco.

— Eso sonó a que soy tu puta — digo molesta y Matteo tira de su cabello, lo que hace reír a la novia.

— No lo eres, somos amigos de verdad. Aunque también es la mamá de mi hijo — dice ahora y me siento mejor.

— Con que serás padre — le dice su primo y él asiente — ¡Felicidades! Me gustaría seguir hablando pero debemos irnos. Cuando vuelva me pongo en contacto contigo — le promete.

Ambos se abrazan y luego él junto a su mujer se despiden.

— Bien, mi primo se ha ido. Podemos irnos.

••••

Miro el reloj, ya son como la una de la madrugada.

Me recuestro contra la ventanilla. Ha comenzado a llover y ya hace un poco de frío.

— ¿Quieres ir atrás? — pregunta Matteo y yo niego — puedes acostarte.

— No, gracias — le digo y asiente.

Conduce por media y en un momento el auto comienza a reducir la velocidad hasta que no se mueve más.

Miro a Matteo asustada y él maldice.

— Otra vez no, por favor — dice él hablando solo.

Trata de hacer arrancar el auto y no puede.

— ¿Qué sucede? — pregunto preocupada viendo por la ventanilla. Aún llueve bastante.

— Se ha quedado, no arranca y no podemos pasar la noche aquí. Es peligroso.

— Había un hotel.... a unos cuantos metros — le digo y él asiente. Saca las llaves y se baja.

Abre la puerta de atrás y saca un paraguas, luego viene hacia mi puerta y me la abre.

Me ayuda a bajar y abre el paraguas.

— Ven, iremos con cuidado — me dice y yo asiento.

Él toma mi mano y me guía.

Tras diez minutos caminando, ya mis pies me duelen y estoy demasiado mojada.

Matteo me toma en brazos y yo grito de sorpresa.

— Tú lleva el paraguas, te lastimarás y no quiero eso — dice comenzando a caminar más rápido.

¿Qué pasará en el hotel?

Perdón por el capítulo corto.

Sweet [Lutteo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora