El Guardapelo

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Estoy recostado sobre un césped de color verde esmeralda, es un lugar completamente desolado y pacífico. Cada detalle de este escenario  me llenan de una sensación de tranquilidad, el viento sopla ligeramente, la luz es tenue e incluso puedo sentir el olor a pasto mojado. Estoy completamente hipnotizado por un cielo de color gris azulado mientras acaricio el césped con las yemas de mis dedos. Me doy cuenta de que el color del cielo hace que mi corazón se llene de una sensación cálida y es porque es el mismo color de sus ojos

-Katniss-mis labios pronuncian su nombre y se desata la pesadilla. Enredaderas empiezan a surgir violentamente del interior de la tierra inmovilizando mis brazos y piernas, mientras que empiezo a retorcerme para liberarme. A mis costados una marejada blanca y verde se abalanza sobre mi, rosas blancas con sus tallos cubiertos con espinas empiezan a  darme golpes como látigos mientras cubren cada centímetro de mi cuerpo, se ciñen a mi alrededor y sus espinas cortan mi piel dolorosamente manchando los pétalos blancos con mi sangre. Despierto agitado aun sintiendo el ardor de cada corte en la piel, debo mirar mis brazos varias veces para convencerme que nada de eso ha pasado.

-¿Por qué rosas blancas?- me pregunto en voz alta cuando una serie de imágenes empiezan a atravesar mi mente: el presidente en la ceremonia de coronación, en los anuncios públicos de Panem, en la ceremonia de inicio, él siempre lleva una rosa blanca en la solapa de sus trajes. Repentinamente mi pesadilla empieza a cobrar sentido, mi hermoso cielo gris azulado, Katniss, y la amenazadora presencia del hombre que me apartará de ella para siempre.

Cuando miro por la ventana ya es de mañana, no tiene punto intentar dormir de nuevo. Odio el hecho que las pesadillas estén  de vuelta, odio el hecho de distanciarme de Katniss de nuevo, odio no poder compartir la misma cama con ella. Ella es el remedio a mis malos sueños, la necesito mas alla de lo que las palabras pueden expresar. Es irónico que necesite tanto de  algo aun cuando mi subconsciente me dice a gritos que me  hace daño, solo pronunciar su nombre hace que el infierno se abra bajo mis pies. Incluso Haymitch lo dijo, la quieren a ella, solo a ella, no represento ninguna amenaza para el Capitolio podría haberme librado de revivir los juegos de nuevo, pero ¿Se puede vivir una vida sabiendo que dejaste morir lo único que podría hacerte feliz?  No podría, no puedo. A pesar de estar viviendo una pesadilla con un final esperado soy enfermizamente feliz, feliz de saber que ella se salvara, que tendrá a su lado personas que la aman y protegerán casi tanto como lo haría yo toda una vida.

Pido el desayuno en mi habitación y aprovecho para ducharme y cambiarme con el atuendo que Portia y Cinna dejaron para mi. El desayuno tarda mucho mas de lo que había esperado y llega a mi habitación traído por la muchacha Avox.

-Buen día- le digo sonriendo de manera cálida, de alguna manera siento mucha más pena por ella que por Darius. Darius tuvo una vida de abusar de muchachas desesperadas por comida y aunque no le deseo este mal a nadie creo que el karma encontró su propio camino hasta llegar a su puerta. ¿Qué pude haber hecho esta muchacha para merecer esto? Katniss me conto que la vio en el bosque huyendo de los agentes de paz con un muchacho ¿Por qué huían?

En la bandeja encuentro un pequeño paquete, al cual miro con curiosidad, la sirviente saca de un bolsillo una pequeña nota me devuelve una sonrisa dibujada en sus labios y se retira de la habitación.

"Mi muy apreciado Peeta, encontré un guardapelo que pudiera entrar en el rango de tus necesidades y sugerencias. Añadí unos detalles en el diseño para que luzca similar a la insignia de Katniss y el nuevo brazalete de Haymitch, espero sea de tu agrado.

Cordialmente Effie Trinket" 

Era una pequeña caja de color bordo sostenido por un lazo de color negro que lo rodeaba formando un muy prolijo moño, en su interior había un estuche negro aterciopelado pero antes de abrirlo decidí ir por las fotos que Prim me dio antes de la cosecha. Encuentro mi cuaderno de estrategias en el fondo de un cajón, está lleno de nombres de vencedores pasados tachados y millones de garabatos al margen de las hojas, cerca de las últimas páginas encuentro las fotografías. Sostengo las fotos de Prim y su madre en una mano y en la otra una de Gale. Primrose fue de gran ayuda en todo este proceso de preparación para los juegos, mi cómplice en  conseguir mi último regalo para Katniss, y la razón por la cual ella seguirá peleando cuando ya no esté presente.

Me arrodillo frente a mi cama con las fotografías a lado del estuche que contiene el relicario con el miedo de que al abrirlo mi muerte en la arena dejara de ser una posibilidad y se convertirá en un hecho. Mis dedos inseguros abren la caja y se encuentran con un guardapelo dorado y de tamaño ideal para las fotografías, también tiene grabada la figura de un sinsajo en la parte externa, el detalle de Effie para que sea un símbolo de nuestro compromiso como equipo.

A pesar de que no resulta un desafío colocar las fotos de la familia de Katniss, después de hacerlo me siento muy vacío y cansado. Cuando llegue el momento de entregarle el guardapelo, también será el momento de mi partida solo espero que ella sepa, y en el futuro recuerde, que con esto le estoy regalando un símbolo del poco tiempo que pude amarla.

En Llamas: Punto de Vista de Peeta MellarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora