Prólogo

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—SH 68-09, ¿puede escucharme?

—¿Dónde estoy?

—Me alegro que haya despertado, 68-09, necesito que mueva el dedo índice por favor, le pondré algo que me dirá si su corazón sigue estable.

—¿Por qué me llama de esa forma? Mi nombre es...

—SH 68-09, es necesario que se tranquilice, sentirá un pequeño pinchazo y luego lo dejaremos dormir otra vez.

—¿Quién eres? No te conozco ¿Dónde estoy? Mi cabeza me duele.

—¡Estabilícenlo! Está alterado, debe calmarse, 68-09 ¡Doctora Ji, inyecte el sedante de inmediato!

—Ese no es mi nombre

—¡Doctor Meyer, es imposible dormirlo! ¡Está demasiado alterado!

—¡Traigan a 12-03!

— ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes?

—¡TRAIGAN A 12-03 DE INMEDIATO!

—Debe tranquilizarse, 68-09, en unos segundos sentirá un adormecimiento, no se preocupe es común, dormirá un día más y luego podrá volver.

¿Qué es el proyecto ODAH? Eso nadie lo sabe, ni un alma que ha trabajado en aquel lugar tuvo la oportunidad de contar lo que ocurre en aquel hospital clandestino. Saben que si una palabra sale, el castigo será mucho peor que la tortura.

En enero de un año con solo cuatro dígitos, distinto a la actualidad, se levantó la ley de "una nueva oportunidad" Un experimento que se encargaría de crear una paz distinta a cualquier otra. El encargado era  ODAH (Organización De Análisis Humano), a cargo de un hombre de más de 70 años cuya curiosidad sin límites terminó con la vida de alrededor de 200 personas. Como acto de confianza, el gobierno cedió a aquel proyecto 10 000 casi cadáveres de reos condenados a muerte, todos ellos con cargos demasiado atroces como para considerarlos humanos. Cinco años después, el gobierno cayó, pero ningún elemento de investigación fue devuelto, los ciudadanos habitantes de el lugar, sospechan que el proyecto sigue.

Proyecto ODAHWhere stories live. Discover now