XXI

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HAVASI - El camino


"Quieres cambio sin sacrificio. Quieres paz sin lucha. El mundo no funciona así".
—Jeff Daniels—

Capítulo 21: El último esfuerzo

Ion usó toda la fuerza que le quedaba para destruir la última barrera. Su cabello que siempre se mantenía bien peinado cubrió su frente. Sus ojos estaban rojos y la arruga en su frente era un perfecto augurio de lo que acontecería. Apretó los puños con fuerza y de inmediato sus brazos se llenaron de un flamante fuego azul que amenazaba con devorarlo todo.

Los proyectos aliados a London cubrieron la entrada a los pisos inferiores. Su deber era hacer tiempo hasta que todos estén reunidos y solo así empezar a avanzar hacia la salida.

Rick estaba agotado por completo, una barrera más y llegaría a su límite, pero, por orden de London, debía guardar aquel último esfuerzo para más adelante. Entonces los refuerzos que significaban los dos nuevos integrantes resultó beneficiosa. Los rayos se arrastraron por la pared como serpientes y los focos explotaron en segundos. La luz que el fuego de Ion producía poco dejaba a la vista, pero era útil para saber donde atacar. Entonces el muchacho a lado de la mujer, Carlo, también encendió su cuerpo completo con fuego. Ion los reconoció de inmediato y lamentó su idiotez de encomendarle la misión de su ejecución a alguien tan poco confiable como London. Ion había estado criando una serpiente justo a su lado y como su favorito. Bufó ante su propia equivocación.

Pasos tras él se hicieron escuchar. Ian y el sector B estuvieron siempre de lado de Ion y no importaba la circunstancia, pelearían por él. En ese instante las probabilidades de victoria se voltearon hacia Ion quien apagó sus brazos y con sus manos llevó sus cabellos atrás, volviendo a la postura firme y altiva que poseía. Con los proyectos de Ian podrían solo derrotar a los traidores. No importaba si necesitaban empezar de nuevo, Ion estaba dispuesto a hacerlo.

Como miembro del sector B, Marco estaba adelante, su piel morena lucía muchas cicatrices y su cuello estaba desgarrado. Sus labios secos lucían unidos por la constancia, prueba de que no podría volver a hablar. Rick vio aquello con sumo dolor y retrocedió para dar paso a los demás proyectos de ataque.

Los pasos a su espalda le hizo sonreír. London llegó a ellos, lo que significaba que el tiempo ya estaba de su lado. Cerca de veinte proyectos formaban a su lado, listos para pelear por su libertad. Kaled entre todos ellos se encontraba en lo más fondo, ahí donde nadie podría hacerle daño pues en ese instante era el único sin una habilidad útil. London lo ordenó de esa manera, los más débiles atrás,  los fuertes adelante y a los costados, era necesaria su unión para un buen escape.

Ion tembló del enojo que le produjo ver a su mano derecha traicionándolo.

—¿Hay alguna razón? —Ion tenía la voz serena, pero sus brazos envueltos en electricidad que amenazaba en saltar a todas las direcciones delataba su verdadera situación.

—No somos armas, Ion —aclaró London—. Si nos dejas ir, no vamos a volver, nadie va a atraparnos y tu proyecto no se verá afectado.

—Que los deje ir —Un bufido escapó de Ion y con sus pasos lentos avanzó hasta los traidores. Solo se detuvo a unos cuantos metros de ellos—. Te confié mi trabajo e incluso mi vida. Un traidor de tu calibre no necesita vivir.

Ion se dio la vuelta, sin intenciones de iniciar una pelea con aquella persona que significó gran parte de su felicidad. Entonces levantó la mano y con una mirada en Ian, su nueva mano derecha, y la persona en la que debió confiar desde el principio, ordenó:

Proyecto ODAHWhere stories live. Discover now