Capítulo 8.

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Comenzamos una guerra de tira y afloja con mi brazo, obviamente que yo no quería ir con él, en la medida de que había logrado recuperarme de una laguna mental le había visto, no era un buen hombre para nada y además me había atacado previamente. Él gruñe con molestia debido a mi insistencia en huir, se veía por el lugar en el que estábamos que muy lejos no podría irme, pero mientras menos esté en sus garras mejor para mí.


Ya déjame en paz.

Pedí cansada clavando los pies al suelo, no servía demasiado ya que a pesar de no utilizar fuerza bruta, Loki tenía un gran enganche.


 –Te lanzaría de la nave si no supieras lo que sabes –confiesa crudo sin dirigirme la mirada, afianza más el agarre de mi muñeca y me obliga a sentarme del copiloto en el Quinjet. –Y necesito descubrir por qué has logrado evitar el poder de mi cetro. Créeme que tampoco me agrada tu presencia.

 – ¿Intentaste ponerme esa cosa? –pregunto estupefacta, no tenía ni la menor idea de que aquello hubiera ocurrido, yo solo desperté de un profundo y doloroso sueño en el suelo del quinjet junto al cadáver de uno de los pilotos con los que contaba Shield, nada agradable si me lo permiten decir. El pelinegro asiente levemente con su cabeza –Eres tan perverso como repugnante.

Me han dicho cosas peores -se jacta con sonrisa petulante, repugnante era lo que menos me parecía físicamente pero todo tenía límites y yo conocía los míos, o eso quería suponer. –Así que dime, ¿qué es lo que pasará?

¿No te lo dijo ya Coulson?

¿Coulson? ¿El mortal estúpido que me disparó antes de encontrarte? ¿El hombre que maté?

 –UNO, de los hombres que mataste, sí. –que le contestara como si fuéramos iguales le abatía demasiado, gruñía cada tanto y una que otra vez me levantaba la mano con intenciones de golpear. Chasquee la lengua y me palmee la mejilla incitándolo a cometer el acto.

¿Crees que no me atrevería? Me da lo mismo que seas una mujer.

 –Hazlo entonces –reclamé –pero de mi boca no saldrá ninguna palabra más.

¡Tú no sabes con quién estás hablando! –exclama ejerciendo presión en mis hombros, suelto un pequeño quejido por la fuerza del agarre y la cercanía de nuestros rostros logra sonrojarme, no contento con aquello suelta un buen bufido enviándome su aliento inoloro y gélido –Deberías estar agradecida de que no te haya matado. De que te estoy dejando compartir el mismo aire que yo.

 –Ah, sí bueno. No es que me des demasiadas opciones –recordé solo para molestarlo más, uno de sus cabellos se va rebelde hasta quedar pegado en mi mejilla –tu solo tomaste lo que quisiste y sin preguntar. Además se perfectamente con quién hablo, contigo.

 –No me hagas perder la paciencia que no tengo.

 –Toma lo que quieres entonces –le desafío echándome sobre el respaldo del asiento, Loki se ríe entre dientes como si fuera divertido y apoya la frente en el mismo respaldo, entre mi cabeza y mi hombro pero sin llegar a tocarme – ¿Qué?

¿Cómo sabes si lo que quiero no va a gustarte?

 –No lo sé, solo no me va a gustar porque lo tomarías a la fuerza, ¿Quieres respetar mi espacio vital? Por favor.

¡¿Avengers?!Where stories live. Discover now