24

6.3K 401 58
                                    

No tenía miedo, jamás había sentido miedo. Mi madre solía decirme que no todo es tan malo como parece, pero que debía desconfiar de todos, me encontraba encerrada en lo que sería mi habitación por unos días que para mi han sido eternos, llevaba dos días así, mi padre ha traído comida cada vez que viene a mi habitación.

No me encontraba segura, no estando aquí. Desde aquel encuentro con Sirius, no he querido salir más de aquí, había escuchado miles de cosas sobre aquel hombre que no tenía ni la mayor intención de acercarme a él aunque mi padre me explicaba las cosas no iba a acceder, esto era una locura.

—No quiero estar más aquí, menos con un asesino suelto—grité histérica

—Mikaela, él no es lo que tú crees—suspiro una vez más, había pasado más de media hora y mi padre insistía en dejarme explicar todo.

Mi madre tenía razónreproche

Aquellas palabras le habían afectado a mi padre, lo sabia perfectamente ya que su mirada se encontraba en dirección de la mía sin ninguna pizca de felicidad, sus labios se encontraban rectos, jamás lo había visto de aquella manera.

—Mikaela, no eres más una niña. Es hora de que aprendas a escuchar, soy tú padre. Desde que llegaste me has tratado como un juguete, y no solo a mí, si no a todos en esta casa. Vas a vivir aquí te guste o no, porque esta es mi familia, por lo tanto también es la tuya—exclamó tan fuerte, que seguro todos en esta casa habrían escuchado. Que vergüenza sin duda, con mi alto ego seguramente no querré verlos por las próximas horas.

—Te odio—grité lo más fuerte que pude antes de caer rendida a la cama

—Eso no me hará cambiar mi decisión, mikaela— eso estaría por verse

—No pienso escucharte ni un minuto más, larga te de aquí. Eres igual o peor que esta familia—sentencié, estaba cansada y no quería seguir con esta discusión.

—Mikaela, soy tú padre..

—Eso ya lo sé, me lo has repetido tantas veces que hasta yo me he enfadado de escucharlas, haz me  un favor y vete de aquí— repito una vez más molesta

Jamás en mi corta vida, le había levantado la voz a mi padre. Y claro que dolía, no me imaginaba a zeus en estos momentos, justo cuando salió de mi habitación. Pero él sabía que yo no quería estar aquí, no me iba a adaptar a su vida habitual con los Weasley no después de tantos años con los Jones a mi lado.

Tomé mi pequeña pluma, y unos pergaminos que se encontraban cerca de mí para poder escribirles una carta a mis amigos los cuáles no tenia ni una idea de sus vidas en estos momentos, la primera había sido para dephora planeando mi ida con ella en estos momentos no me importaba si mi padre no me diera permiso iría con ella quisiera o no, y mientras draco no tenia porque decirle donde me encontraba no estaba lista para contar aquello asi que solo preguntaba por el y como le había estado llendo, y sin olvidar lo mucho que lo extrañaba. Tomé las pequeñas notas antes de ponerlas en el pico de ginebra que ahora volaba en dirección, a lo que serían las casas de Dephora y Malfoy.

Unos fuertes golpes a mi puerta, me habían sacado de mis pensamientos.

—Largo de aquí—grité, la verdad es que no pensaba hablar con él más.

—No soy tú padre, soy Ron—sentencio una vez que habría mi puerta en estos momentos maldecía que no pudiera tener privacidad en aquella habitación.

—No pensaras darme un sermón, o ¿si?—pronuncie una vez que dirigía mi mirada hacia el pelirrojo

—La verdad es que no se me dan muy bien, a lo que vengo es si querías salir de este lugar aunque sea por unas horas—susurro lo demasiado bajo

Ron, era lo más cercano a un conocido en esta casa. Había entablado algunas pláticas con él en Howgarts pero hasta ahí, y en estos momentos aquella propuesta era muy tentadora para mí.

—Lo que sea, que no me haga pasar más tiempo aquí—suspire llevandome una risa de parte de él

Seguí con cautela los pasos de ron, mientras los presentes nos miraban con intriga inclusive podria observar la gran mueca de Hermione, moría por burlarme de ella pero sería en otro momento, ni siquiera me despedí de mi padre no pensaba hacerlo, y tenia por seguro que Ron ya le había dicho algo.

—Se que odias a los Weasley, pero podrías ser un poco menos dura. Yo soy uno de ellos—mencionó rascando su cabellera

—Trataré de medirme un poco más, pero no te prometo nada—

—Con eso me conformo—sonreí ante aquel comentario

Mientras seguíamos caminando en silencio, podía observar lo grande que eran aquellos terrenos de los Weasley. Según tenia entendido, mi abuelo les había heredado aquellos campos a sus hijos, y mi padre lo había estado compartiendo con su hermano mayor.

—Solía venir todos los veranos a esta colina para pensar, y olvidarme de todo—susurro cortando aquel silencio.
Ni siquiera me moleste en contestar, estaba tan distraída observando la maravillosa vista que ron se molesto en mostrarme.

—Lo único que estaría por agradarme de aquí—mencione

—Existen muchas cosas interesantes por aquí, pero tú no te has querido dar cuenta. No te agradamos, pero debes estar consiente que somos familia y deberás aceptarlo y aprender a vivir con ello, mikaela

Aquello me cayó como un  gran balde de agua fría. No conocía esta parte de Ron Weasley, no después de todo. Sabía perfectamente que el tenia razón por más que me costará aceptarlo, pero yo no podía cambiar aquella actitud no después de todo. Segundo acto de vergüenza el día de hoy sin duda

—Deberías sentirte halagado, que empieces a caerme bien, y creeme que es un gran avancé—reí al escuchar aquella oración salir de mí

—Harry, jamás me creerá esto—sonreí

Tomamos unos largos segundos para poder mirar por última vez aquella vista que sin duda sería algo que jamás olvidaría antes de poder recostarnos en el frío pasto verde

—Así que Malfoy—susurro

—¿Que pasa con él?—suspire

—Estan juntos? Al final, son la pareja que todos ansiaban por ver—sonreí

—Algo así, es complicado.

—Malfoy es complicado.

Sabia que la reputación que tenía Malfoy con cualquiera de gryffindor era horrenda, y de alguna manera trataba de entenderlo porque en cierto modo yo también llegaba a ser demasiado pesada con algunos.

Pero nada se comparaba al hecho que draco, molestará con un afán de hacerle la vida imposible a harry y eso incluía al perfecto trío de hechizeros hermione y ron y ni hablar de toda la familia Weasley.
Los constantes apodos fríos y malévolos que sentenciaba draco junto con sus amigos hacia los gryffindor no eran nada agradables, y no me imaginaba su expresión cuando se enterará que ellos son mi familia.

—El no siempre es así

—Al menos sabe que somos familia, o dejame adivinar, él se burlara de tí cuando se enteré—susurro con diversión

Jamás había pensado cuál sería el comportamiento de draco una vez que se enterará que mi padre es un Weasley, y la verdad es que no quería que lo hiciera pero debía ser honesta él se enteraría algún día y tenia que soportar su nuevo comportamiento hacia mí, pero no por ahora.

—Podríamos dejar de hablar sobre él, los dos sabemos que no te agrada y lo que menos quieres es saber más acerca de él.

—Vaya carácter mujer, cada día eres igual o peor que él.—y sin esperar una respuesta mía, lo golpeé en su gran cabezota roja llevándome unos quejidos por su parte.

Perversa Situación Where stories live. Discover now