Capítulo 17

903 83 8
                                    

A la mañana siguiente...

—¿Qué pasó aquí? —Shin se incorporó gritando y se tapó con la frazada.

Yo aún estaba medio dormida.

—Emma, ¡Emma! Por favor, dime que no te hice nada.

—No me hiciste nada —murmuré.

—En serio, Emma. Hablo en serio.

—Solo me besaste a la fuerza.

No es como si yo no hubiera querido, pero fue algo bastante imprevisto.

—¿Qué? No me lo puedo creer. ¿Por qué me dejaste beber?

Me despabilé al instante a escuchar esa última pregunta.

—¿Me estás tomando el pelo, Shin? Te dije que no y lo hiciste. ¿Ahora es mi culpa por que te dejé tomar?

—No, Emma. No quise decir eso.

—Y devuélveme la frazada —dije, quitándosela—. Tengo frío, ayer me agotaste.

—¿Te agoté? ¿Cómo que te agoté?

—Piensa lo que quieras, amor. Por cierto, lo haces muy bien. —Debía aprovecharme de su inocencia.

—¿Emma, qué estás diciendo? —tartamudeó.

—Lo que oíste —suspiré—. Y ahora déjame dormir.

Shin salió del cuarto susurrando insultos y maldiciones en coreano, pálido como si hubiese cometido el mayor delito. Se lo merecía por hacerme cargar con él durante todo el trayecto. Pesaba mucho.

Shin se enlistó para ir al trabajo y regresó al cuarto poco después.

—Emma, te hice el desayuno —dijo con timidez, acercándose con una bandeja—. Lamento lo que sucedió anoche y... Como sé que estás agotada, no necesitas ir al trabajo hoy. Puedes quedarte a descansar. —Se le notaba muy nervioso—. ¿Te duele algo?

Abrí los ojos sobresaltada cuando le escuché pronunciar esas palabras. ¿Dolerme algo? Me reí por lo bajo.

—Sí, me duele —respondí, haciéndome una bolita en la cama.

—Lo siento mucho —murmuró con un nerviosismo y un miedo impropios de él.

—No te preocupes, gracias por el desayuno.

Evité mirarlo a los ojos mientras me reía interiormente. Estaba siendo mala, pero lo merecía.

Shin dejó la habitación y cuando escuché la puerta del departamento cerrarse me lancé sobre el desayuno como si no hubiese un mañana. Estaba segura de que lo había dejado traumatizado por algún tiempo.

Olvidándome de la broma jugada a Shin, me estiré para alcanzar mi móvil y marcarle a mi mamá.

—Ma —dije. Al otro lado solo se escuchaba silencio—. Ma, escucho tu respiración. Sé que estás ahí. Solo quería decirte que hoy volveré a casa.

Colgó el teléfono y vi que tenía un mensaje de texto.

«Emma siento lo qué pasó anoche. No lo recuerdo, pero no fue mi intención. ¿Estás bien?»

«Volveré a casa, quédate tranquilo»

Dejé el móvil a un lado y me incorporé de la cama. Como no tenía ropa limpia que ponerme solo me duché y me peiné. Tomé una bolsa y guardé las prendas que utilicé con anterioridad. De seguro me las tendré que ver con la chancla de mamá, pero me lo merezco, no le hablo hace tiempo.

Salí del departamento lista para volver a casa.

***

Al llegar mi llave no entraba en la cerradura. Toqué el timbre y la puerta se abrió de sopetón.

—Ma —dije con una sonrisa nerviosa.

—Toma. —Me tiró una valija encima—. Si eres tan mayorcita como para desaparecer y no dar señales de vida durante días, ¡entonces no vuelvas!

Tiró un bolso y cerró la puerta. Me quedé observando la puerta, atónita. ¿Ahora qué haré? Tendré que volver al departamento. Me voy con la valija y el bolso y me siento en una plaza.

—¿Emma?

Genial, la persona que menos quería ver apareció.

—A-Alex... —tartamudeé. Estaba nerviosa y mi corazón palpitando a mil no ayudaba.

—¿Te echaron de casa? —me preguntó, sentándose a mi lado.

—¡No! —dije sobresaltada—. Me iré a vivir con mi novio.

—¿A mi casa? —preguntó divertido.

—No, Alex. —Me levanté—. Tú no eres mi novio, ya no —murmuré.

—No seas así, nena. —Me tomó del brazo.

—Suéltame, Alex. Me das asco.

Mi corazón se estremeció al sentir su mano en mi hombro desnudo. Aún se me hacía difícil no caer ante él.

—Em... Yo sé que todavía me amas, no seas así.

—No, suéltame.

Eso decía mi boca, pero mi cuerpo no oponía resistencia.

—No, no te soltaré. —Se aproximó a mí—. Em, nena, vuelve conmigo —susurró en mi oído. Luego depositó un suave beso en mi cuello.

El es mi coreano | DISPONIBLE EN AMAZON |Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt