<•> Capítulo cuarenta y tres <•>

Mulai dari awal
                                    

El joven, sostuvo la mano de la alta rubia y le dio una vuelta, mientras observaba con gran atención aquellas curvas. La muchacha estaba encantada, pues aceptaba los piropos de mi primo con una sonrisa descarada.

—Hola, hola, joven encargado del Departamente de Ventas —pasé mi mano al frente de sus ojos para captar su atención—. Tú no deberías estar aquí. Y mucho menos coqueteando con esa chica.

—Ay, sólo vengo ayudar —puso su mano en mi hombro y lo palmeó varias veces—, porque eres bisexual, estarás confundido de cuál hermosura escoger.

—¿Tú tampoco estarás confundido?

—¿De qué hablas? —ahora, me estaba mirando con total seriedad.

—Marco... El primo de Ivo.

De inmediato, quitó la mirada y se cruzó de brazos. Había dado en el blanco. El día en que se conocieron, se habían llevado perfectamente y no era para menos, porque según, Sophie lo escuchó hablando para quedar con él a tomar unos tragos.

—No malentiendas las cosas, Derek. Sólo nos vemos y platicamos un rato —el mismo lo estaba admitiendo.

—¿Quiere que empecemos ya, señor? —me preguntó Romy.

—Ah, claro, claro.

Romy dio el llamado a las modelos para que tomaran su posición. Vamos, no iba a ser complicado escoger unas seis chicas que hicieran los comerciales. Siempre me habían gustado las mujeres, sólo que ahora, había un guapísimo pelinegro me tenía en las nubes.

Dejé de prestarle atención a las muchachas y recordé que el día anterior, le dije: "mi amor".  La verdad, nunca lo planeé, mis palabras habían fluído como un río a mitad del bosque: suavemente y sin complicaciones. Y lo mejor fue, que a él pareció no molestarle en absoluto.

—¿Qué opinas? —volví a prestar atención al frente y además, a James, que ahora me miraba levantando las cejas—. ¿Pensando en...

El sonido de una llamada a mi celular, le impidió continuar. Y para mi sorpresa, era Ivo. Mi corazón había empezado a latir desbocado al ver su nombre ahí, solicitándome.

Me alejé un poco de todo el ruido, para así, estar más cómodo para hablar.

—¿Derek? —me sorprendió que fue Margot quien contestara.

—Hola, Margot. ¿Todo bien, están bien?

—Nosotras sí, cariño. El problema es Ivo, no irá a trabajar hoy.

—¿Cómo está? —me importaba una mierda que fuera o no a trabajar. Lo importante, era él.

—La tos empeoró de la noche a la mañana, al igual que la fiebre, está sudando mucho, le he puesto compresas frías, a ver si acaso... Ahora mismo duerme, dijo que le dolía el cuerpo.

—Entiendo —suspiré profundamente. Vaya que sí tenía las defensas súper bajas, como para que cayera en cama tan rápido—. ¿Ha tomado todo lo que le di ayer?

—Claro, pero nada le hace efecto.

—Mierda... —me froté la nariz con la punta de los dedos.

—Yo debo ir a trabajar y además, Schme me dijo que iría con tu sobrina, ¿no es así?

—Sí. Sylvio pasará por ellas a la escuela, por eso no te preocupes.

—Ay, Ivo es tan terco, no quiere quedarse sólo, pero... —la escuché suspirar.

—Bien. Quizás vaya a verlo temprano... Gracias por decirme, Margot.

Volví con mi primo y con Romy, quien parecía la más emocionada de ver a las chicas en ropa interior.

Perfecta ImperFecciÓnTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang