-Así que viniste obligado por Ben...- comenzó.

-¿Por qué lo dices así?- me quejé.-No es como que yo haya hecho algo de lo que deba disculparme.-

-¿Acaso quieres que yo me disculpe?- preguntó sorprendida.

-Quizás deberías.- dije.-Tu eres la que dijo que estaba jodido.- le recordé.

-No es como que sea mentira.-

-Ese es el problema.- solté mirándola con el ceño fruncido.-No puedes decirme eso, no así y definitivamente no ahora...-

-¿Por qué no? ¿Porque te duele? ¿Desde cuándo eres tan sensible?- preguntó precipitadamente.-No entiendo. Sé que querías a Alice, pero no puedes dejar que una tipa como esa te joda el resto del año, tienes que ser mejor...- me apuntó.

-No soy como tu, no puedo simplemente darle vuelta a la página y olvidarme de todo.- dije.-No es como que pueda controlarlo, definitivamente este año no he controlado absolutamente nada y no tienes idea de lo...-

Me mordí la lengua apropósito porque me había dado cuenta de que estaba alzando la voz y no quería gritarle cuando apenas habíamos comenzado a hablar. Pero el problema era que había estado a punto de decirle que estaba aterrado de continuar así, porque con cada mes que pasaba me parecía que perdía cada vez más mi capacidad de controlarme.

Estaba lleno de ejemplos, todo lo que había sucedido con Victoria y mi frustración con los estudios, el que me enfadara con más facilidad y que no pudiera simplemente hablar de lo que me pasaba. Era todo un verdadero desastre y sentía que no tenía las herramientas para arreglarlo.

-No sé como ayudarte.- dijo cuando el silencio se había prolongado demasiado.-Ben tampoco sabe y si él no sabe imagínate lo perdida que estoy...-

-¿Y crees que yo sé qué hacer?-

-No dije eso.-

-¿Crees que puedo decidir amanecer feliz mañana y mantenerlo?-

-Deberías intentarlo.-

-No lo creo.- negué dando un paso hacia atrás.

Sabía que Dana era terca, pero una cosa muy diferente era no ser capaz de mostrarle empatía a la gente y esa sola idea estaba haciendo mella en mi temperamento. Ese habría sido el momento perfecto para ponerle pausa a nuestra discusión y tomarnos unos segundos para calmarnos, era lo más sensato.

Pero no estábamos siendo sensatos.

-Tienes que poner más de tu parte y dejar de encerrarte con tus "sentimientos"- dijo marcando las comillas con sus dedos.

-Eres lo peor.- dije con una risa no muy agradable.

-Simplemente te digo lo que pienso.-

-Como si lo que tu pensaras fuera lo más importante.-

-¡Quizás podrías hacerme cambiar de opinión si hablaras!- gritó dejándome estático.-No me haz dicho nada, no sé nada... sólo puedo imaginarme como estás por lo que veo y lo que veo no me gusta y lo odio.- me apuntó.-Yo siempre te cuento todo porque confío en ti, pero al parecer tu no confías en mi.-

-Yo no...-

-¿Vas a decir que es mentira?- me retó.-Veamos que sé.- dijo alzando una mano frente a mi cara.-Alice rompió contigo, tuviste unas malas vacaciones y... ¡eso es todo!- exclamó.-No sé si estas triste o enfadado o desesperanzado, no sé si haz llorado o si te sientes solo... y déjame recordarte que no soy adivina.- terminó.

Aparté mi vista de ella porque sabía que tenía razón. Apenas había hablado con nadie y la principal razón era que no tenía idea de qué decir, no me sentía bien y era obvio, pero no era capaz de ponerlo en palabras ni mucho menos de explicárselo a alguien. Había tratado de hacerlo, pero al parecer mis esfuerzos no fueron suficientes.

La Primera RupturaWhere stories live. Discover now