CAPÍTULO 46

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Este capítulo contiene una pequeña escena subida de tono casi al final.

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Quedé completamente confusa, tanto que a la hora de volver a clases perdí la consciencia en medio del aula, cayendo de golpe sobre el frío suelo del lugar. Y todo porque le estaba dando vueltas a lo que estaba pasando. ¿Por qué me sonaba tanto el nombrado 'Jungkook'? Al menos ahora aquel precioso y perfecto rostro tenía un nombre completo.

No recuerdo qué pasó, lo último que mi vaga y adolorida mente recuerda en esos momentos era.

— Jungkook, te quiero y jamás te haría daño a propósito— susurró el azabache con un leve rubor sobre sus mejillas, admirando el lastimado rostro del contrario.

¿Qué?— respondió el susodicho, pestañeando un par de veces antes de asimilar lo ocurrido.

¿Jungkook?

[...]

Después de eso no sé qué pasó. Según lo que me han estado explicando, volví a clases algo mareada, me desmayé, me llevaron a enfermería y ahí estaba, tumbada en la camilla con un gran rojez en mi sien.

Todo me daba vueltas y no podía oír más que un pitido surgiendo de mis oídos, hasta que una melodiosa voz femenina me despertó de mi sueño. Era la enfermera.

— ¿Ya se encuentra mejor? A perdido el conocimiento, ¿podría saber el por qué?— me preguntó, utilizando un tono de voz calmado y lento.

— Probablemente un saturación de estrés o un ataque de ansiedad— suspiré y me incorporé con cuidado.

— Está bien, ahora descanse— me ayudó la mujer— Hemos llamado a alguien, para que venga a buscarla— informó, apuntando en su expediente lo ocurrido.

— ¿Quién?— rasqué mis ojos, intentando acostumbrarme al ambiente del lugar.

— ¿¡Estás bien!?— Yoongi entró realmente preocupado, gritando casi sin darse cuenta.

— Yoongi— me quejé, posando una mano sobre mi adolorida cabeza— No grites— supliqué en un susurro.

— Se lo agradecería. La señorita no puede ejercer acciones violentas, mucho menos gritar y necesita estar en un lugar tranquilo. A poder ser, sin mucho ruido— le dejó en claro la enfermera, colocando un par de cajitas en una bolsita de papel que más tarde le otorgó a Yoongi.

— Sí. Perdone, señora— hizo una reverencia y se acercó a mí silenciosamente, con esa preocupación reflejada en sus gatunos y bonitos ojos.

— Tranquilo, Yoongi. Ya estoy bien— sonreí débilmente, admirando lo bello que era el pelinegro desde cerca.

— Me alegro— susurró a la misma vez que acariciaba mi mejilla, provocando que un tono rosado las invadiera por completo— Estaba muy preocupado cuando me llamaron.

— No te preocupes, de verdad— reí en voz baja y agaché mi mirada, sintiéndome culpable por hacer que se preocupara tanto.

Vayamos a casa, necesitas reposar— miró a la enfermera para que le diera su aprobación, a lo que ella asintió.

Por lo que, Yoongi no tardo ni un segundo más en agarrarme y llevarme en brazos, a lo que yo solo me quejé algo avergonzada, dando leves golpes a su pecho.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora