CAPÍTULO 33

1.4K 101 1
                                    

— ¿Qué quieres comer?— preguntó el pelinegro sin mucho entusiasmo, abriendo la nevera en busca de algo que poder cocinar.

— No sé, tampoco tengo nada en mente ahora mismo...— hice una pequeña mueca, poniendo el mantel sobre la mesa para así poder poner el resto.

— ¿Pollo frito?— sugirió éste mientras se abrochaba el lindo delantal de gatitos a la cintura.

— Vale, me parece bien— asentí un par de segundos después de que mi estómago rugiera.

— A tu barriga también le parece bien, por lo que veo— comentó Yoongi entre risas, preparando todo aquello que fuera necesario para poder cocinar aquel delicioso plato.

Hicimos la comida de forma única y divertida, simplemente a nuestra manera. Más tarde, después de comer, nos quedamos con algo de hambre, por lo que intentamos pensar en algo rápido y fácil para no volver a cocinar nuevamente.

— ¡Oh, ya sé!— exclamó el pelinegro, esbozando una linda sonrisa mientras se levantaba de su lugar.

— ¿El qué?— pregunté emocionada, siguiendo al muchacho con la vista.

Sin decir una sola palabra, Yoongi agarró un bol y lo llenó de fresas, seguidamente buscó el bote de nata que tenía guardado y lo puso encima de la mesa.

— Fresas con nata, me encantan— pasé el dedo por el cuenco con nata y me lo metí en la boca, degustando.

A mí también— susurró mientras imitaba mi acto, pero en vez de comerse esa nata, la puso en mi nariz.

Manché su mejilla a modo de venganza, provocando así una pequeña guerra sin apenas darme cuenta.

— ¡Oye!— se quejó, manchando mi mentón de inmediato.

— ¡No es justo!— hice un pequeño puchero, sabiendo que era la debilidad de Yoongi, pero extrañamente, el muchacho tuvo una reacción diferente.

Éste me miró detenidamente por unos segundos y luego se puso rojo. En un principio no entendí el por qué, hasta que pensé durante un tiempo y por fin lo entendí, y sí, efectivamente, Yoongi había mal pensado la situación.

— ¡Pervertido!— grité con vergüenza, dándole un golpe en el hombro mientras intententaba ocultar y limpiar mi rostro.

— Perdón— se disculpó, empezando a comer de las fresas, por lo que yo hice lo mismo, olvidando completamente que tanto el uno como el otro teníamos la cara manchada de nata.

El timbre sonó, yo curiosa y confusa a la vez fui a abrir la puerta mientras me comía la pequeña y última fresa que quedaba.

— ¿Quién es?— abrí la puerta después de pronunciar dichas palabras, pudiendo ver a Taehyung con una carpeta en mano cuando ésta se abrió por completo.

— Eh— el castañito miró mi rostro manchado, a lo que reaccioné de inmediato y me limpié avergonzada.

— Perdón, pasa— me disculpé, haciendo una leve reverencia antes de apartarme a un lado para que el chico pasara.

— ¿Quién es?— preguntó Yoongi desde la cocina mientras limpiaba la nata que tenía en su rostro, pregunta la cual yo no respondí.

— Si estabais copulando podrías haberme avisado. Al menos habría venido en otro momento— bromeó el castañito, aunque su tono sonó bastante frío y no demasiado chistoso.

— Imbécil, no estábamos manteniendo ningún tipo de relación sexual— exclamé realmente alterada, sonrojándome al ver como Taehyung representaba con gesticulaciones los movimientos de una mamada— ¡No, no hemos hecho nada, lo sabes perfectamente! ¡Estábamos comiendo fresas con nata!— fruncí ligeramente mi ceño, golpeando su hombro.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora