Ágata, la venganza tiene nombre - [𝑬𝑵 𝑪𝑶𝑹𝑹𝑬𝑪𝑪𝑰𝑶́𝑵]

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―Es una verdadera sorpresa que estés aquí Ágata, francamente no esperaba que vinieras.― Meryl se acerca a Ágata y la saluda con un beso en la mejilla, no cabe duda que Meryl pone el ejemplo de que no por ser una mujer rica la convierte en una mala persona.― Toma asiento por favor.

Ágata se deslumbra con tantos lujos que hay en esa casa, pues en su vida nunca había visto algo así. La casa de Meryl es preciosa, llena de sirvientes, lujos y es bastante grande.

―Antes que nada quiero pedirle una disculpa por atreverme a venir.― Anuncia.

―No hay de que disculparse pero dime ¿A qué debo el motivo de tu visita?

―Necesito su ayuda, usted me dijo que cuando la necesitara la buscara y fui una tonta al no aceptar aquel dinero que me ofreció porque soy una mujer digna...

―Y con mucho orgullo.― Concluye Meryl y Ágata asiente.

―Así es. Pero ahora quiero pedirle que me preste aquel dinero y no lo hago por mí sino por mi hermana, es muy pequeña y no quiero que siga sufriendo más.

―Es de sabios equivocarse Ágata siempre recuérdalo y no hay necesidad de que te preste ese dinero.― Meryl se levanta y se dirige hacia su bolso, que por cierto ahora es diferente.

Saca de su bolso su cartera finísima y elegante y le tiende a Ágata el efectivo.

Para la sorpresa de esta se da cuenta de que es más de lo que le había ofrecido anteriormente.

―Esta no es la cantidad que usted me ofreció anteriormente y como sabrá yo no puedo aceptar todo este dinero.

―Ágata, no hagas lo mismo que hiciste la vez pasada, como tú lo dijiste: piensa en tu hermana.― Ella le guiñe un ojo.

―Lo aceptare solo porque tiene razón.― Ágata lo guarda en una de sus bolsas de los pantalones desgatados y aguados que usa.

―Si necesitas mi ayuda Ágata nunca dudes en buscarme. Te ofrezco mi apoyo no por lastima sino porque llegue a apreciar mucho a tu madre y creo que es lo menos que puedo hacer.

―Se lo agradezco mucho pero quiero que quede claro algo señora Winston este dinero que usted me está dando no lo estoy tomando como un regalo sino como préstamo y yo le juro por mi madre y hermana que se lo devolveré. Se lo juro.

―Está bien, por lo pronto soluciona aquellos problemas que tienes y trata de mejorar tu vida. Sé que tienes un potencial increíble Ágata y si necesitas alguna recomendación algún día para que consigas trabajo no dudes en pedírmela ¿Qué me dijiste que estudiaste?

―Arquitectura.

―¿En verdad?― Muestra sorpresa y entusiasmo.― Entonces te recomendare que visites esta constructora.― Saca una tarjeta de su bolso y se la tiende.― Lleva tu Curriculum y todo lo que te respalda como una buena recién egresada.

Ágata toma la tarjeta y la mira: Constructora Collins y asociados.

Ese apellido...

―Yo...― Empieza hablar pero Meryl la detiene.

―Acéptala, es una simple tarjeta. Además es una opción.

―Está bien, la acepto.― Ágata guarda aquella tarjeta, en estos momentos no tiene cabeza para pensar en eso.― Nuevamente gracias. Ahora me debo retirar porque deje sola a mi hermana en casa.

―Muy bien, cuídate y resuelve tus problemas pronto.

―Eso hare, se lo aseguro.

―Recuerda algo Ágata, esto que te paso no es para que te vengas abajo es para que te vuelvas más fuerte. A veces uno tiene que tomar decisiones en su vida aunque no sean muy buenas y bien vistas por los demás.― Aquellas palabras de Meryl sonaron como si ella hubiera seguido su propio consejo. 

―Gracias por el consejo. Créame que lo tendré presente.

Se despide de Meryl y va hacia su casa.

Mientras va caminando no puede dejar de pensar en lo que le dijo Meryl: "A veces uno tiene que tomar decisiones en su vida aunque no sean muy buenas y bien vistas por los demás." ¿Por qué lo habrá dicho?

Ágata no se ve tomando decisiones malas sino buenas.

Pero muchas veces los golpes fuertes de la vida llevan a uno a tomar decisiones equivocadas.

Tal vez este sea el caso.