PRÓLOGO

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El atardecer se ha puesto y Ágata se encuentra sobre el balcón de su oficina con una copa de vino espumoso en su mano

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El atardecer se ha puesto y Ágata se encuentra sobre el balcón de su oficina con una copa de vino espumoso en su mano.

Mira hacia el cielo, reflexionando si todo lo que ha hecho hasta ahora con su nueva vida ha sido correcto o no. Si las decisiones que ha tomado han estado bien.

Cierra los ojos por un momento, suspira y le viene el recuerdo de su madre y hermana, después de que las perdió, ella es otra. Reafirma para ella misma que todo lo que ha hecho ha sido por ellas y por Jade. 

El teléfono de su oficina empieza a sonar, lo ignora, hasta que se da cuenta de que no parara hasta que conteste.

―Dime. ― Contesta a secas.

―Ágata, está en la línea él licenciado...

―No estoy para nadie en estos momentos.

―Entiendo.

―No me pases ninguna llamada y por favor cancela todas las citas que tengo agendadas para hoy.― Y sin más cuelga.

Toma asiento y nuevamente toma su copa de vino dándole un largo trago. 

De su ojo izquierdo color gris rueda una lágrima. 

Sus ojos empiezan a ponerse un poco rojos.

―Tengo que tener el dominio completo de mis sentimientos.― Se dice y se quita la lágrima que rodo hace un momento.― Nadie puede ni podrá conmigo.― Se levanta y se dirige al sanitario de su oficina. 

Se observa al espejo que se encuentra ahí. 

Se mira fijamente a los ojos y se habla a ella misma.

―Yo.― Se señala.― Soy todo y ellos nada.

Con esa frase regresa a su papel. 

Al de una perra sin corazón que se convirtió hace algunos meses. 

Ágata, la venganza tiene nombre - [𝑬𝑵 𝑪𝑶𝑹𝑹𝑬𝑪𝑪𝑰𝑶́𝑵]Where stories live. Discover now