Meryl y Pauline Winston ingresan a la casa de Ágata, para la sorpresa de esta se da cuenta de que no toda la gente millonaria es como la cabeza hueca de Alexia

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Meryl y Pauline Winston ingresan a la casa de Ágata, para la sorpresa de esta se da cuenta de que no toda la gente millonaria es como la cabeza hueca de Alexia.

Ágata las invita a tomar asiento en el sofá viejo y sucio que tiene.

―Antes que nada les pido una disculpa por las condiciones. No he hecho labores domésticos estos días por lo que ha pasado...― Se disculpa.

―No te preocupes lo entendemos perfectamente.― Dice Meryl.

―Bueno pues quisiera saber el motivo de su visita.

―Te mencionaba que quería platicar contigo referente a tu hermana Esmeralda pero también referente a tu madre. Carolin.

―¿Cómo es que las conoce? Estoy realmente confundida, mi madre y mi hermana no se relacionaban con gente de su clase, con todo respeto.― Espeta.

―Tranquila, soy consciente de que tu madre y hermana no se juntarían con alguien de nuestra clase. A veces suele ser complicado. Respecto a tu pregunta de cómo las conozco es porque tu mamá trabajaba en mi casa como empleada doméstica.

A Ágata se le abren un poco los ojos al saber aquello, su madre pocas veces le contaba cómo era su jefa pero nunca hablaba mucho de ella solo mencionaba cosas básicas como que era lo que hacía, como le había ido en su trabajo, entre otras cosas.

Meryl continúa.

―Tu madre trabajo para mí durante siete años y siempre fue una mujer muy honrada y sobre todo fiel. En cuanto me entere de la noticia, que fue hace muy poco, decidí venir hacia acá. Se me hizo extraño cuando no se presentó a sus labores hasta que averigüe y me entere de esto. Ágata te doy mi más sentido pésame, sé que en estos momentos tú más que nada estas destrozada.― A Meryl se le empiezan a poner los ojos rojos al igual que a Ágata.― Quiero entregarte esto como una ayuda y también porque tu madre estuvo trabajando conmigo por mucho tiempo, creo que es lo menos que puedo hacer.

Ella saca un sobre bolsa color amarillo y se lo entrega.

―No puedo aceptar eso señora.― Niega Ágata.

―¿Por qué no? No lo tomes como una ayuda, tómalo como la liquidación que tu madre no pudo cobrar.

Ágata lo toma y revisa dicho sobre, dentro se encuentran tres paquetes de efectivo, nunca había visto tanto dinero junto y en sus manos. Lo piensa mejor en aceptarlo pero cuando iba a decir que no, Meryl se adelanta.

―Ahora bien. Respecto a tu hermana Esmeralda yo no la conocí pero supe del accidente que tuvo y lo trágico que fue.― Ágata se había olvidado de esa parte.― La que la conoció, aunque sea de vista, fue mi hija.― Señala a Pauline.― Adelante hija cuéntale lo que sabes.

―¿Qué es lo que sabes?― Se apresura a preguntar olvidando por completo lo del dinero.

―Creo que usted ya lo sabe, pero no está demás.― Ágata deja el dinero a un lado para escuchar detenidamente.― En el colegio, Esmeralda, no era una chica bien vista por haber sido de escasos recursos y sobre todo becada. Muchos del colegio se reían de ella pero siempre hubo una persona en particular, junto con sus secuaces, que le hacían la vida imposible: Marion Collins.

Collins, ese apellido pertenece a Alexia a lo cual llega a la conclusión rápidamente de que puede o no ser su hermana.

Pauline continúa con la historia y claramente se da cuenta de que Ágata no sabía nada.

―Marion le hacía cosas feas, la humillaba, la sobajaba. Muchos no hacían nada por pararla y me incluyo porque no sabía qué hacer, yo fui una cobarde por no hablar y me siento culpable.― Se le escurren unas cuantas lagrimas.― El día en que murió Esmeralda fue la peor broma que le pudieron haber hecho.

Ágata empieza a recapitular todo la escena y ahora recuerda que su hermana estaba bañada en harina y huevos. No se había puesto a pensar en eso, estaba tan concentrada en su dolor por la pérdida que no lo recordaba.

―¿Qué fue lo que paso?― Con lágrimas en los ojos se lo pregunta.

―Esmeralda estaba dispuesta a marcharse a su casa pero Alexia y sus serpientes la detuvieron y le empezaron a echar huevos y harina, la dejaron tan cubierta que cayó al suelo porque no podía ver y cuando ella trato de recuperar el equilibrio no se fijó que estaba en media carretera, fue entonces cuando ocurrió el accidente y tu venias llegando.

Ahora todo cobra sentido. Ágata no resiste más y empieza a sacar las lágrimas que estaba deteniendo. Siente que su corazón lo están apretando muy fuerte. Siente rabia mucha rabia.

―Yo vi toda esa escena y en cuanto Marión y sus amigas empezaron hacerle esas cosas llame rápido a los profesores. Pero ya era demasiado tarde, lo único que hice fue quedarme en una esquina ver como estaba pasando todo aquello pero antes de eso tuve tiempo para hacer algo.― Pauline se seca las pocas lagrimas que tiene y saca de su bolsillo una hoja pequeña doblada en cuatro partes. Se la entrega.― No se que tanto pueda servir, al final tu sabrás que hacer.

" 7 7 6 – L W U "

―Son las placas del auto que atropello a Esmeralda.― Agrega finalmente Pauline.

Ágata se queda muda, no sabe que decir, lo único que hace es ver aquel papel.

―Gracias.― Es lo único que puede gesticular y pone el pedazo de hoja en el comedor.

―En verdad lo siento Ágata.― Meryl pone una mano sobre el hombro de Ágata, después de unos minutos ella anuncia su partida.― Nosotras nos tenemos que retirar.― Se pone de pie junto con su hija.

Ágata regresa del mundo paralelo a donde se había transportado y toma el sobre bolsa.

―No puedo aceptar esto señora. Si algún día quisiera tener esta cantidad de dinero será porque me lo gane con esfuerzos.

―Pero...

―En verdad no puedo aceptarlo así que lléveselo.― Se lo entrega a Meryl y está no hace más que ceder.

―Está bien me lo llevare pero...― Meryl saca de su bolso elegante de marca Chanel color negro una tarjeta y se la tiende a Ágata.― Cuando necesites ayuda no dudes en buscarme, yo, desinteresadamente, te ayudare. No todas las personas de nuestra clase somos malas.

Toma la tarjeta y las acompaña a la salida.

En cuanto se van Ágata mira con atención la tarjeta de esa mujer y también el papel con el número de placas de aquel auto que le quito la vida a su hermana y junto con ello a su madre.

¿Hasta cuándo dejara de sufrir?

Ágata se queda sentada en ese sofá tan viejo y sucio y se pone a llorar desconsoladamente.

Ágata, la venganza tiene nombre - [𝑬𝑵 𝑪𝑶𝑹𝑹𝑬𝑪𝑪𝑰𝑶́𝑵]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora