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―Buenos días hijas

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―Buenos días hijas... Ágata, amor ¿Qué tal la noche? No te escuche llegar, en cuanto me acosté caí como una roca.― Carolin se encuentra preparando el desayuno para sus hijas junto con la ayuda de Esmeralda. Ágata apenas se asoma a la cocina. 


―Pero que ojos ¿Tan buena estuvo la fiesta?―. Pregunta Jade, la hermana menor de tan solo diez años.

―Sí, estuvo fenomenal y llegue un poco tarde.― Ágata no tiene ganas de hablar del asunto de ayer solo de recordarlo le dan ganas de llorar. Hoy, como todos los días, viste sus vaqueros aguados y desgastados, su cabello esta tan maltratado que por más que trate de peinarlo no se le acomoda, tal vez Alexia tuvo un poco de razón en todas las cosas que dijo ayer: "Aunque la mona se vista de ceda, mona se queda".

―Bueno, al menos estuvo bien. Quiero que me des el vestido para lavarlo y regresarlo a donde va si mi patrona se entera que lo tome olvídense de mi trabajo.― Menciona Carolin.

―No te apures madre, yo lo lavare solo voy por la masa con la señora Myrna para hacer el entrego de las tortillas del día de hoy.― Algo que hay que aclarar es que Ágata se encarga de hacer tortillas para después irlas a vender, ella lo toma como una ayuda más y aportar dinero a su casa lo que no sabe es que esta será la última vez que ella haga ese trabajo.

―Pues tendrás que pedirle fiado, no tenemos para pagarle el material.― Carolin se da la vuelta para lavar un plato en el fregadero de repente le empieza a dar una punzada muy fuerte en el pecho, nunca se los ha querido a decir a sus hijas pero ella siempre ha sufrido del corazón. Piensa que si algún día muere será por esa causa.

Las cuatro mujeres salen de aquella casa.

Carolin se dirige a su trabajo, a la mansión de los Brown donde trabaja, mientras que por otro lado sus tres hijas tienen otro rumbo.

Ágata acompaña a Esmeralda a dejar a la pequeña Jade al colegio una vez dejándola Ágata acompaña a unas cuantas cuadras a Esmeralda en eso ella empieza entablar una conversación muy diferente.

―Esme, quiero preguntarte algo pero quiero que seas muy sincera conmigo.― Ella asiente con al cabeza.― En el colegio... ¿Te han humillado o sobajado por ser una chica becada y de escasos recursos?― Esmeralda no sabe que contestar ante eso, se pone un poco rígida y al mismo tiempo nerviosa.

―Para nada, de hecho nadie se fija en eso.― Miente.― A caso ¿Tu si?

―Lamentablemente si y a noche fue un asco.― Ágata baja la mirada.

―Lo sé, te escuche sollozar un par de veces a noche y el vestido, bueno esperemos la pintura se le caiga.

―No entiendo cómo puedes enterarte de todo, eres muy sigilosa.― Le responde Ágata a su hermana y empiezan a reír.

Lo característico de las chicas Young es que sus nombres hacen referencia a piedras preciosas y sobre todo al color de sus ojos. Ágata los tiene de color grises, Esmeralda de color verde y la pequeña Jade los tiene de color ámbar, lástima que no sepan lucirlos. Pero no solo eso sino que tratan de no darle importancia a las humillaciones que la gente les pueda hacer.

Ágata se despide de su hermana y ella se dirige nuevamente al camino hacia su casa para pasar por la masa y hacer las tortillas, ahora que termino su carrera tiene tiempo libre para hacer aquello, en lo que le entregan sus documentos para buscar un empleo de acuerdo a su vocación.

Por lo pronto pasan unas cuantas horas y el día de hoy Marion Collins, claramente hermana de Alexia Collins, asiste a la mismo colegio que Esmeralda y también odia a la gente de clase baja y obvio la persona con escasos recursos del colegio es Esmeralda. Hoy no es la excepción de que deje de odiarla sino que hará de las suyas.

Después de haber tenido la clase de educación física, todas las chicas se dirigen a las regaderas en eso Esmeralda se ducha para quitarse el sudor de encima, Marion Collins quiere hacerle alguna maldad de las que está acostumbrada hacer pero prefiere reservar el momento.

Llega la hora de salida y como es de costumbre todos se encuentran arremolinados en pequeños grupos. Esmeralda no tiene amigos así que hace lo de todos los días; dirigirse a su casa o al menos eso creía.

―¿Ya te vas becada?― Marion se interpone en su camino para detenerla.

―Sí, me das permiso por favor.― Empieza a ponerse un poco nerviosa.

―Antes de que te vayas te tenemos una sorpresa.― Ella y sus secuaces sacan una bolsa negra con mucho cuidado y de momento se la avientan cayéndole una gran cantidad de huevos y dejándola todo un desastre y no solo eso sino que también le empiezan a echar harina, confeti y más huevos. Esmeralda está hecha un desastre, se siente exactamente como su hermana se sintió ayer; humillada.

Esmeralda empieza alejarse de sus compañeros, todos se ríen de ella. Apenas si puede ver, tiene los ojos llenos de harina y huevos.

Ella tropieza en plena carretera, sus compañeros siguen riendo y nadie la ayuda. En cuanto ella se pone de pie no sé da cuenta que atrás viene un auto Chevrolet Sail plateado a una velocidad indebida.

Entonces Esmeralda es arrollada por ese auto, se da un golpe bastante fuerte en la cabeza que hace que quede inconsciente.

La persona que viene manejando en aquel auto no sabe qué hacer sin embargo recurre a la opción que muchos conductores hacen después de hacer este tipo de accidentes: huir.

Los compañeros de Esmeralda empiezan rodearla sin saber qué hacer, algunos de ellos se retiran incluyendo a Marion. Los maestros empiezan a llegar y empiezan a llamar a urgencias e incluso a tratar de comunicarse con su familia.

Desde la distancia se ve la silueta de una mujer con ropa bastante aguada sosteniendo con ella una bolsa llena de tortillas, Ágata. Empieza a correr para saber que ha pasado cuando ve a su hermana ahí tirada, casi muerta, empieza alterarse.

Por otro lado a lo lejos, una de las compañeras de Esmeralda la cual no se unió a sus demás compañeros para humillarla pero tampoco para defenderla, ve toda la escena que tiene adelante. Lo que nadie sabe es que ella vio quién inicio todo y durante los segundos fugaces en que el auto la tropello dudaba que hacer así que hizo algo muy inteligente: anotar el número de placas. 

Ágata, la venganza tiene nombre - [𝑬𝑵 𝑪𝑶𝑹𝑹𝑬𝑪𝑪𝑰𝑶́𝑵]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora