Vine III.

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Donde abundan las presentaciones y Vi–violet se queda muda.

Danny.

Quedaban diez minutos para el límite de tiempo que Bart nos había dado. Nash había hecho que me distrajese en mis pensamientos mientras ordenaba mi ropa, teniendo que volver a sacarla y meterla dos veces porque estaba mal puesta. Era una maniática del orden.

Me estaba lavando los dientes cuando oí que la puerta de mi habitación se abría y se cerraba de un buen portazo intencionado.

Debe ser mi compañera de cuarto.

Me asomé a la habitación aún con el cepillo en la boca. Había una chica tirada boca abajo en la cama contigua a la mía. Tenía la cara en la almohada y había empezado a gritar en ella.

—Esto...¿hola? —dije, insegura. No quería molestarla y ser yo el objetivo de su ira.

Dejó de gritar y levantó una mano sin levantar la cara.

—Hola —apenas oí el saludo debido a la almohada.

La miré extrañada. Qué chica mas rara. Suerte que me gustaba lo raro, presentía que me iba a llevar muy bien con ella.

—¿Por qué estás así? —dudaba que me hubiese entendido, había retomado mi actividad de lavarme los dientes.

Se dio la vuelta y me miró desde la cama. Ahogué un grito. Esta chica tenia unos ojos increíblemente grandes y verdes.

¡Alerta! ¡Envidia!

—Resulta que un imbécil descerebrado pensó que sería gracioso hacerse el muerto para pegarme un susto —dijo con amargura—. Creo que tengo el corazón aún a mil por el tema. —Se sentó en plan indio analizándome—. Por cierto, soy Violet —se presentó con una sonrisa.

Hice un gesto con la mano diciéndole que esperara y me terminé de lavar los dientes.

—Yo soy Danny. Tranquila, no eres la única que se ha llevado un susto cuando ha llegado aquí. —La tranquilicé y me senté en el final de su cama.

—¿A ti también te lo ha hecho? Porque como se lo vaya haciendo a toda chica que se encuentre para aprovecharse, le mato. Te juro que le mato.

—No, no, no —reí ante su repugnancia. Si que debía de haberlo pasado mal—. No ha sido eso.

—¿Entones? —preguntó curiosa—. Me lo puedes contar, algo me dice que nos vamos a llevar muy bien. Además, vamos a tener que convivir unos meses juntas —dijo pícaramente.

Rodé los ojos, no tenía problemas en contarle a la gente mis cosas. Mi madre siempre me decía que mi confianza me iba a traer más de un disgusto.

—Me acabo de enterar de que el que una vez fue mi mejor amigo y el que no veo desde hace ocho años, está en MagCon.

Violet frunció el ceño.

—Pero esa es una sorpresa buena, ¿no?

A ver, como le explicaba mi situación... Ni yo misma la entendía.

—Es una larga historia, será mejor que me la guarde para otro momento si no queremos tener bronca el primer día —dije mirando el reloj.

—Está bien —se resignó—, pero te estaré recordando el tema para que me lo cuentes —me acusó.

—Palabra de girl–scout —levanté la palma de la mano.

—¿Alguna vez has sido girl–scout?

Just Live [MAGCON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora