XI

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  — Recuerdame ¿De verdad fuiste tú?— preguntó SeongWu aun iluso. No pensó que Sungwoon le revelaría tal verdad.

Su vuelo había durado varias horas, de Seúl a Japón había sido un poco largo el camino, hasta el edificio de Umeda, solo unos cuantos fans se habían percatado de ellos. 

—Desde el primer momento que los vi usar ese listón en Wanna One Go, supe que el hilo rojo los conectaba, además ninguno de los dos había ido a ese viaje. Sus nombres completos en un candado para crear un hechizo de amor. ¿Fácil no?

—Es extraño cómo terminará esto. Tú me ayudarás, destruiremos al OngNiel y yo jamás me volveré a acercar a Daniel. 

— Hay un problema...

— ¿Cuál?

Los ojos de SeongWu se agrandaron. Ese viaje había creado expectativas muy fuertes.

— Esos candados están protegidos, las fans quisieron llevárselos, y los trabajadores los descolgaron del barandal para poderlos en una vitrina. La seguridad será difícil. 

— ¿Estás diciendo que entraremos a robar? Por que así suena.— SeongWu negó— Es cuestión de decirle a los guardias que nosotros lo pusimos y nos los prestarán.  

  — Eres demasiado positivo, pero eso no pasará... 

— ¿Por qué dices eso?

— Porque ya estuve aquí hace unos meses—soltó Ha observando que nadie los siguiera o los oyeran— Daniel trató de abrirlos también y no lo dejaron. 

— Espera ¿Daniel sabe de los candados?

Sungwoon solo asintió. 


**** 

Tenían razón, la seguridad les negó el permiso, el soborno estaba de más. También lo intentaron y fallaron. No tenían idea de qué haría. Solo que quizá, solo quizá la suerte estaría de su lado ese día. 

  — A Daniel le dieron permiso de tocarlos, pero no le permitieron abrirlos, solo él, yo me quedé retenido con seguridad. Odié mucho esa ocasión.

  —Quiero una foto y un autógrafo para mi hija— pidió un hombre de seguridad. 

La voz asustó a los dos jóvenes. Pero no tenían nada que perder. Aquel policía se les había acercado para ofrecerles un trato al ver que pertenecían a un grupo de chicos famoso. 

  —Hecho. ¿Seguro qué esto no te costará tu trabajo?— preguntó Ha un poco preocupado por aquel hombre de mediana edad. 

— Lo hará, pero mi hija es una gran admiradora. Haría lo que fuera para que ella fuera feliz. Ella es fan de Wanna One, creo que tú le gustas.— Dijo señalando a Ong. ¿Tú eres el chico de la foca no?

El guardia de seguridad sonrió. 

SeongWu sintió un hueco en el estómago. Daniel tenía lindas fans en Japón y en el mundo y, descubrió que él también las tenía, o al menos alguien que lo conocía y eso lo hacía infinitamente feliz. 

No necesitaba tener miles de locas tras de él, si no pocas que fueran fieles y valieran la pena. 

Ha entregó un papel firmado con una linda carita y SeongWu también, con un deseo para el futuro y el nombre de la niña en alto. De repente recordó a Kang, él en los conciertos siempre iba y lo jalaba de la mano para que él pudiera ver a sus fans. Daniel quería que SeongWu fuera más seguro del amor que le tenían las wannables.   

Locked (OngNiel)Where stories live. Discover now