- ¿Que haces aquí? - dijo una voz conocida, era él, Seth, escuchar su voz y saber que ahora estaba a salvo hizo que lagrimas volvieran a salir de mis ojos - ¿Estas llorando? ¿Te hicieron algo? - dijo alarmado y negué con la cabeza - entonces ¿Por que lloras?

- Pensé que no volvería a casa - dije entre sollozos -

- ¿Has estado afuera desde el local? - pregunto y yo asentí - Por dios Connie, perdóname - me rodio con sus brazos - yo...

- No tienes que disculparte, yo no anote la dirección del edificio y...tampoco tengo tu número, todo fue mi culpa.

- Claro que no fue tu culpa, yo... - trato de decir algo pero yo lo interrumpí -

- Se quien es ella Seth - me miro confundido - la mujer de tu computadora, se que fue tu prometida.

- ¿Cómo lo sabes? - se quedo callado, como pensando - Fue Stephy ¿Verdad? - asentí - tendría que habértelo contado

- No, yo lo entiendo, aun la amas y querías estar con ella

- No la amo, no se que me paso cuando la vi, solo quería pasar un rato con ella y recordar lo que era estar a su lado pero... Todo fue tan raro, me sentía incómodo y ella no es la misma. No se como pude estar enamorado de ella.

- Porque es hermosa.

- Lo es, pero, ya no siento nada por ella - puso una mano en mi barbilla y me obligo a mirarlo - ¿me crees verdad?

- No tienes que darme explicaciones, lo nuestro es solo un acuerdo que mi padre nos obligo a hacer.

- Pero, dijimos que no queríamos compartir - dijo mirándome directamente a los ojos -

- Lo dije por que no quería que pensaras que era una mujer fácil.

- Pues yo lo dije en serio y así va a ser - no dije nada, baje la mirada y recargue mi cabeza en su pecho unos minutos que se me hicieron eternos - Vayamos a casa.

Me tomo de la mano y me hizo caminar hasta su coche que estaba a algunas cuadras de el bar.

Llegamos a casa casi a la media noche, en cuanto llegue me metí en la ducha y deje que el agua relajara mis músculos, debí tardar demasiado por que escuchaba como Seth tocaba la puerta y me preguntaba si todo estaba bien.

Cuando salí él ya estaba en la cama, me puse la pijama lo mas rápido que pude y me cepille y seque el cabello antes de meterme a su lado. Lo mire y me miro. Y antes de que me diera cuenta pegó sus labios a los míos en un pequeño y ligero beso en mis labios, pero estaba tan cansada que cuando se alejo yo ya tenia los ojos cerrados y entrando en un profundo sueño.

- Hola

Me dijo cuando abrí los ojos, estaba recargado en su codo y me miraba fijamente, se veía tan bien aun con el cabello despeinado y las mejillas rojas.

- Hola - susurre -

- ¿Dormiste bien?

- Lo hice - sonreí - ¿Que hora es?

- Casi las doce del día

- ¿No iras a trabajar?

- Decidí tomarme el día libre - tomo un mechón de mi cabello y lo enredo en sus dedos, lo mire confundida -

- ¿Por que?

- Por qué quiero.

- Esa no es una verdadera respuesta.

- Bueno, la verdad es que quiero recompensarte por lo de ayer y quiero que salgamos a algún lugar.

- No es necesario - me acomode un poco en la cama y me senté -

Segundas oportunidades Where stories live. Discover now