Capitulo 20

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**Siento si hay errores** 

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Su cuerpo junto al mío. Es increíble lo mucho que llevo queriéndolo y lo poco que puedo tocarlo. Que he besado muchos chicos, pero muero por besar sus labios. Porque él es (irónicamente) todo lo que yo deseo. Quiero poder tenerlo.

Enrique se encontraba recostado en la cama de su primo, con las piernas flexionadas, la cabeza recostada en la almohada y en sus manos el diario de las pasiones secretos de Alan. Quién lo diría, Enrique, el primo-hermano de Alan leyendo lo que más este temía que leyeran. Pero si bien la familia es importante y buena, también es cruel y engañosa, y Alan lo sabía. Pero cuando este entro a su recamara lo que encontró no fue nada agradable; su primo leyendo su cuaderno. No, no puede estar haciendo esto, deseó en sus adentros mientras miraba atónito a la persona recostada en su cama. 

—¿Qué estás haciendo, Enrique? —preguntó Alan.

—Yo, simplemente, no puedo creerlo —habló Enrique ignorando por completo la pregunta de su primo.

—Te hice una pregunta, ¿Qué demonios haces con eso? —insistió con enojo y desespero.

—Yo siempre supe que escondes algo, Alan, pero, ser homosexual, vaya… —bufó— , me pregunto que pensara mi tío Fernando cuando se entere que su hijo tiene una pequeña obsesión con su mejor amigo.

—¡Cierra la boca! —ordenó Alan.

—¿Por qué? ¿Tienes miedo, Alan?

—¡No tengo miedo!

—¿No? Y entonces, ¿Por qué tus piernas tiemblan de miedo? —cuestionó.

—Sí, tiemblo, pero de coraje. Eres una rata, Enrique. ¡Traicionero! —contestó.

—Ja, que gracioso, ¿rata yo? No te confundas, Alan. Recuerda, yo no fui el que traicionó a su primo hermano

El moreno se quedó helado antes las palabras de Enrique, tenía razón, mas eso había sucedido hace mucho tiempo, este aun no podía creer que su primo recordara lo sucedido. Fue hace más de tres años, en la casa de campo de la familia; la hermana menor de Enrique recorría el lago dando saltos en las gigantescas rocas alrededor. Llevaba un lindo vestido rosa claro y sus pies estaban vestidos con unas zapatillas plateadas. Era la responsabilidad de Enrique cuidar de ella mientras sus padres se encontraban en el supermercado. Sin embargo, este se distrajo con un video juego que la abuela había comprado y perdió el sentido de responsabilidad que lo caracterizaba. Se supone que cuidaría de Carla, su pequeña hermana de seis años, pero cuando se dio cuenta de su negligencia ya era demasiado tarde. La policía encontró a la pequeña tendida en una roca, con un fuerte golpe en la cabeza, había tropezado. Alan tuvo que contar toda la verdad, su primo jamás se lo perdonó.

—Enrique solo está enojado  por lo que pasó con Carla, solo eso —se recordó a su persona mientras subía a su habitación.

Cuando llegó no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver el cuerpo casi desnudo de Kyle—desnudo, literalmente, cubierto entre montones de tela—. Eran las ocho de la mañana del día domingo  y Kyle aún seguía en la cama. Toda la familia Crow estaba dormida, a excepción de la abuela que había salido con las féminas de la familia, por su suerte los hombres se encontraban descansando, sin contar a Enrique. Alan cerró la puerta con seguro y tomó asiento junto a su chico; se sentía extraño decir “su chico, suyo” pues no creía que lo fuese. Ellos eran mejores amigos, como hermanos pero amantes, este dudaba que lo fuesen. Rozó las mejillas del rubio, estaban rozadas e hinchadas, como habitualmente le pasaba en las mañanas.  Y Alan tenía miedo, si, pero no miedo de Enrique, sino miedo por Kyle, por ambos. ¿Qué pasaría si encerraran a uno de ellos en un orfanato? O, peor… si ambas familias se encargaran de que no volvieran a verse, esa situación le preocupaba.

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Se encontraban ubicados en el comedor. Ya era la hora del almuerzo y, según la señora Crow, la empleada había preparado un estofado exquisito. Cuando el plato fue puesto frente a los ojos de Kyle este no pudo evitar probarlo. Enrique lo miraba discretamente, con desprecio, Kyle lo ignoraba.

—Así que, Kyle, ¿cierto? ¿Estudias con Alan? —preguntó Nancy, la tía de Alan.

—Ah, sí, sí, desde siempre…  —contestó el chico mientras daba un sorbo a su jugo.

—Y, ¿tienes novia? —la pregunta de la mujer hizo que Kyle se atragantara con el estofado.

—Nancy, ¿Por qué preguntas eso? —regañó la señora Crow.

—No, no, está bien, no veo ningún problema —interrumpió Kyle—. Pero, no, no tengo novia. Recién hemos terminado —afirmó Kyle.

—Oh, lo siento tanto —se disculpó Nancy.

—¡No! Está bien…

—Y tú, Alan, ¿tienes novia? —preguntó la abuela.

El moreno frunció el ceño, y con el rabillo del ojo le lanzó una mirada a su amigo.

—Ah, yo, yo…

—Sí, tiene novia, se llama Viviana —Kyle contestó por él.

Todos en la mesa lanzaron una mirada extrañada, lo cual provocó nerviosismo en Al. Su madre no pudo evitar hablar.

—¿Cuándo pensabas decírnoslo, Al?

—Y-yo esta-estaba esperando el momento adecuado —fingió. 

—Bueno pero, ¿Quién es la chica? Necesito conocerla —continuó su madre.

—¡Déjalo ya, mujer! —irrumpió Fernando—, Ya está grande, necesita tener novia.

—Bueno, solo decía porque me preocupa. No sabemos quién es esa chica.

—Ay, mujer. Alan no haría nada malo, además debe de tener buenos gustos como su padre —dijo—, quiero conocerla…

—¿Q-que? —se sorprendió Alan.

—Sí, buena idea Fernando. Trae a la chica, Al. La familia debe conocerla… —apoyo la señora Crow.

Estaba sorprendido—no le bastaba con mirar mal a Kyle, quería ahorcarlo, si no lo quisiese tanto, de seguro lo hubiese hecho—. Quería reclamarle, gritarle, pero no servía de nada… era más importante salir de la situación. Debía llamar a Viviana.

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Primero que nada, sé que este capítulo es corto pero lo siento, mi imaginación llego hasta aquí jeje. El próximo será más largo.

¡Wao! Ya estoy en el capítulo 20, no me lo creo. Gracias a todos. Gracias por sus votos y comentarios. Les cuento que estoy trabajando en el tráiler de esta novela, va a quedar hermoso.

Al lado les dejo la canción oficial de la novela, hasta ahora. Se llama My Obsession de Skillet.

Las cosas se intensifican y tengo una pregunta; si yo hiciera segunda parte de la novela, ¿ustedes seguirían leyéndola? Es curiosidad jeje Siento que estoy llegando al epilogo, por eso, ¿leerían una segunda parte? NO ME IGNOREN

NO olviden comentar y votar, sus comentarios me hacen feliz. Besos <3 

Obsesión (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora