V. Kyōshi to gakusei "Maestra y alumna"

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La mañana llegó puntual. Y con ella el inicio de una tarea terrible para el ánimo de Nodoka.

Toda la noche anterior fue una tortura para la dama, aparte de la dura reprimenda por parte de Lord Higuchi, éste se negó a su compañía, lo cual acabó por hundirla en una tristeza difícil de soportar. Todo ello no hizo más que alimentar el resentimiento de la favorita hacia la chica a la que ella llamaba "andrajosa".

-Sólo me queda obedecer, no puedo contrariar más a Mi Señor Higuchi...- Con desánimo, partió hacia el cuarto de Yui, con la esperanza de no encontrarla, rogando porque de repente todo ello fuera tan sólo una broma cruel del destino. A mitad del pasillo se encontró con Haruka, quien al verla llevando los materiales para la instrucción en el complejo arte de la caligrafía se sorprendió.

-Lady Nodoka, siempre es un placer verla... ¿A dónde se dirige con esas cosas?

-¡No seas hipócrita Haruka!, sabes muy bien que debo enseñarle a la andrajosa a escribir- Nodoka estaba hecha una fiera, aunque disimulaba tanto como podía.

-Lady Nodoka, en realidad no tenía la menor idea, pero se lo agradezco enormemente, pues a pesar de que soy buena, nadie como usted en el Castillo entre las Nubes domina la escritura. Mi Señor Higuchi ha tomado una buena decisión.

-¡Exactamente!, fue Mi Señor Higuchi quien decidió esto, porque, si fuera por mí, esa granjera estaría colgada y siendo devorada por los cuervos, así que espero que me ayudes a que esa chiquilla no me dé más problemas de los que ya tengo, así que no toleraré fallas ni retrasos. Y si no es capaz de seguir mi ritmo, te haré responsable por ello.

-Como usted disponga Lady Nodoka, me haré cargo de que Yui esté lista para usted.- Con paso veloz la matrona fue hacia la habitación de Yui. Una vez allí:

-¡Arriba niña! Es hora de trabajar...- Haruka ya tenía en sus manos la vara con la que "amablemente" sacaba de sus sueños a Yui, cuando alguien la tomó por detrás, haciéndola brincar.

-Buenos días matrona... ¿Creíste que siempre estaría con la guardia baja ante tus golpes?- Yui tenía en su rostro una expresión triunfal y juguetona.

-Pues espero que tu buena disposición no sea sólo para hacerme enojar "fierecilla", debes estar lista en cinco minutos para la clase de caligrafía con Lady Nodoka.

-¿Hablas en serio matrona?- La cara de sorpresa en Yui era evidente. -¿Ella me va a enseñar a escribir?

-Si, así es...- De pronto Haruka puso una mirada seria. -Te advierto de una vez que ella no está muy contenta con ello, lo hace por orden directa de Mi Señor Higuchi, así que no quiero que hagas tonterías, y que además no la contradigas en nada, ella no te ve con muy buenos ojos. Ahh, antes de que lo olvide: ¿Qué diablos hacías ayer en la rosaleda?, ¿Acaso quieres que Lady Nodoka te saque los ojos? 

-Sólo estaba dando un paseo por allí, y esas encantadoras rosas me parecieron irresistibles... lo que si no me pareció tan lindo fue la forma en que Lady Nodoka me sacó de allí casi a empujones...

La charla entre Haruka y Yui quedó a medias, pues en ese instante, magnífica figura de Lady Nodoka se hizo presente.

-Espero que ya estés lista niña, no quiero desperdiciar todo el día contigo.

Inmediatamente, Haruka movió una mesa para los materiales que llevaba Nodoka, cuando las dos jóvenes estuvieron dispuestas, la matrona se marchó.

-Muy bien niña...- Nodoka inspeccionaba a fondo cada centímetro de Yui en busca de algún asomo de falla. -¿Jamás has leído?

-No Mi Lady, soy de una familia muy pobre, mis padres tuvieron que escoger entre enviar a mi hermano a estudiar con los samuráis o instruirme a mí, y lo eligieron a él.

-Ahh, entonces debemos comenzar lento, pero para hacerlo más efectivo y no tener que verte la cara por mucho tiempo, te enseñaré la escritura de cada palabra y deberás memorizarla, si fallas, no me detendré a esperarte. Y cada semana deberás escribir algo, para ver tu avance.

-Si que se lo toma en serio, luce tan digna, y ese aroma avasallador... no es de sorprenderse que sea la favorita, sólo si fuese un poco más gentil...- Yui, miraba totalmente embelesada a Nodoka, olvidando por completo el asunto por el cual estaban juntas.

Pronto, la dedicada maestra notó que su alumna estaba con el cerebro "flotando" así que tomó la vara que usaba Haruka para sacarla de la cama y, sin misericordia alguna, lanzó un veloz azote a la mesa, justo al lado de las manos de Yui, el golpe hizo que la jovencita brincara.

-Si no te interesa lo que estoy diciendo, estúpida granjera, bien puedes ir y decirle a Mi Señor Higuchi que no quieres estar aquí, y nos harías a todos muy felices...- Nodoka no le concedía cuartel.

-Por favor perdóneme Lady Nodoka...- La asustada Yui temblaba como una hoja, no por el azote a la mesa, sino por la mirada afilada de la dama, que sólo irradiaba desprecio. Un desprecio del cual ella no comprendía el por qué.

-Bien, como no tengo deseo de soportar más tu presencia el día de hoy, quiero que escuches muy bien este HAIKU, veas como lo escribo y que lo memorices, mañana tendrás que escribirlo a la perfección:

Noche sin luna.

La tempestad estruja

los viejos cedros.

Los movimientos de Nodoka sobre el papel eran como una danza, cada trazo estaba perfectamente medido en términos de distancia e intensidad. El pincel se convirtió en una extensión de su manos, y de su alma.

Esta vez Yui si se enfocó en lo que debía y guardó en su memoria cada mínimo detalle de los movimientos de su maestra mientras escribía el texto.

Tras terminar de escribir, Nodoka, como si estuviese descendiendo de un viaje astral, suspiró y advirtió:

-Mañana, al amanecer te espero en el salón central... y no acepto retrasos.- Acto seguido tomó sus instrumentos de escritura y se marchó de la estancia.

Ya era casi medianoche, la oscuridad reinaba en el Castillo entre las Nubes, sólo una débil llama desafiaba la penumbra, y esa llama provenía de la pequeña habitación de Yui. Una dura batalla se libraba en ese lugar, la niña llevaba toda la tarde practicando sin cesar el Haiku ordenado por Nodoka, pero por más que lo había escrito cientos de veces, no lograba que saliera bien. La decepción el el rostro de la aspirante a concubina era evidente.

-¿Por qué no puedo hacerlo?, ¿Acaso voy a fracasar en la primera tarea con Lady Nodoka?- Una silenciosa lágrima escapó por la mejilla de Yui.

Mientras la jovencita luchaba con su frustración, una sombra se acercó a la habitación, de pronto el dueño de aquella presencia tocó la puerta.

-Buenas noches fierecilla... ¿Puedo pasar?

-¡Lord Higuchi!... ¿Qué diablos hace él aquí, a medianoche y pidiendo permiso para pasar?- La sorpresa hizo que la niña dudara por un instante. -Mi señor Higuchi... usted no debe pedir permiso, al fin de cuentas, éste es su castillo...- Yui abrió la puerta y con un movimiento rápido se puso de rodillas. -¿Qué ordena Mi señor Higuchi?.

-Estaba paseando por ahí y tuve curiosidad por ver la luz aún encendida en tu habitación... ¿Está todo bien?

SHIRO NO HANA "LAS FLORES DEL CASTILLO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora