- 14 -

1.1K 131 24
                                        

Una noche, después de la cena, Yukhei ayudó de nuevo a Jungwoo a lavarse lo dientes y arropó en su cama.

Se sentía agradecido de que hasta el momento el joven esclavo no se había quejado de dormir en la misma cama que él.

Si le preguntaban, probablemente lo negaría, pero la única razón por la que no había buscado una cama para Jungwoo era porque Yukhei ya se había acostumbrado a dormir con el castaño en sus brazos.

Solo habían pasado un par de noches, pero habían sido suficientes para que Yukhei sintiera que nunca más podría dormir sin aquel cuerpo sobre su pecho.

Yukhei agachó su cabeza para besar la frente del menor y sintió su corazón estrujar al ver la sonrisa que le regaló Jungwoo antes de caer dormido.

Con un suspiro pesado, se dirigió al baño y cerró la puerta con suavidad. Se puso de pie frente al espejo y se observó.

Tenía un ligero rastro de barba adornando su quijada y sonrió al recordar esa misma tarde le había dado un beso en la mejilla a Jungwoo y el castaño se había alejado riendo, quejándose de las cosquillas que le provocaban los vellos en la mandícula de Yukhei.

Por esto, Yukhei no se afeitaría hasta que fuera terriblemente necesario. Cualquier excusa para poder hacer reír a Jungwoo era suficiente.

Al notar la línea de pensamiento, el ojinegro sacudió su cabeza.

Se daba cuenta de que estaba sucediendo lo que tanto temía; todo, absolutamente todo, le hacía pensar en su pequeño Jungwoo.

Sabía que estaba enamorándose y sabía que estaba jodido.

Ni siquiera se había sorprendido al darse cuenta de lo que sucedía; Jungwoo era jodidamente bonito y era un chico increíblemente dulce. Era inteligente y adorable, observaba todo con mucha atención, como si fuera la primera vez que veía el mundo.

Yukhei entendía que de cierta manera, Jungwoo estaba viendo por primera vez el mundo como un adolescente 'normal'.

Y esa era la razón por la que Yukhei sabía que estaba jodido. Se estaba enamorando de un esclavo en un mundo en el que aquello era castigado como un delito.

Yukhei pasó sus manos por su cara con un pequeño suspiro frustrado y se empezó a desvestir, una ducha lo ayudaría a relajarse y dejar de sobrepensar las cosas.

~

Con el cabello húmedo, vestido con un pantalón de pijama y una camiseta de dormir, Yukhei bajó a la sala de estar y, como esperaba, encontró a su madre en el sofá con un libro en su mano. Su madre era diseñadora publicitaria, así que siempre trabajaba en casa.

Con pasos ligeros, Yukhei caminó hasta ella y se acostó en el sofá, posando su cabeza sobre el regazo de su madre, interrumpiendo su lectura.

"¿Está todo bien?" preguntó su madre y empezó a pasar sus dedos por el cabello húmedo de Yukhei.

"Supongo." respondió Yukhei cerrando sus ojos y soltando un suspiro. Su madre no respondió rápido y Yukhei creyó que esa respuesta sería suficiente para ella. Como era de esperar, no lo fue.

"Te gusta mucho, ¿cierto?" preguntó ella después del silencio y Yukhei soltó una pequeña risa; amaba que su madre le hablaba siempre sin rodeos.

"Así que soy muy evidente, ¿huh?" respondió Yukhei y sintió como las lágrimas le picaron los ojos.

"Xuxi—"

"Lo sé mamá." interrumpió Yukhei a su madre y se levantó para quedar sentado, colocando los codos sobre sus rodillas y sosteniendo su cabeza con las manos. "Sé que está mal y que nada bueno saldrá de ahí, lo sé y—"

「libérame」 「luwoo」 「terminada」Where stories live. Discover now