Capítulo 39: Necesidad

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- P O C H É

El sol empezó a escabullirse por los vidriales del auto molestando mi vista, me queje un poco, sentí mi brazo dormido, mire y Calle estaba ahí, dormida a mi lado. Me sentía muy mal por ella, su mamá se había comportado de la peor manera, no lo podía creer y es que ¿Por que está tan mal mostrar una relación que solo se basa en confianza, honestidad, amor y respeto?, Tenía que hacer algo para arreglar esto, tengo tantas ganas de expresarme y lo tengo que hacer de una u otra manera con nuestras familias de Calle y mía. Acaricié la mejilla de Calle y saqué suavemente mi brazo debajo suyo, me levanté saliendo del auto comenzando a llamar a Mafe, la mamá de Calle, intentaria hablar con ella. La llame una y otra vez sin éxito, escuché ruidos dentro del auto y Calle había despertado así que entre de nuevo con ella.

- Hola cosita chula - sonreí depositando un suave beso en su frente

- Me encanta despertar y ver tu hermosa cara amor - tomo un mechón de mi cabello jugando con él

- Ya quieres conocer nuestro hogar? O necesitas más tiempo y si quieres podemos quedarnos en casa de mi papá, no creo que te ha problema alguno - tome su mano acariciándola con las yemas de los dedos

- Entremos - sonrió casi sin ganas, se veía aún triste y lo entendía

- Amor, si no está aún lista para vivir conmigo, créeme que no me molestaré y te daré tu tiempo - no quería presionarla, empezábamos a pasar por tantos obstáculos y aún nos esperaban más

- Estás loca? Claro que estoy lista para vivir contigo, para ver tu preciosa cara todas las mañanas al despertar - me sonroje al escucharla

- Bueno pues ¿Que esperamos? - jale su mano sacándola del auto, cerré el auto y entramos al edificio a recepción

- Buenos días señorita Garzón, ¿Ella es la señorita Calle? De la que tanto ah hablado desde que compro ese apartamento? - la recepcionista sonrió

- Asi es Jimena - sonreí súper entusiasmada

- Asi que no paraba de hablar de mi? - Calle se sonrojo al entrar al elevador

- Es que me encantas tanto que simplemente no puedo dejar de pensar en ti - me acerqué a ella rodeando su cintura y rozando nuestros labios

- Te necesito Poché...- susurró, yo también la necesitaba pues hace meses que no tenemos intimidad

- Y yo a ti preciosa - mordí su labio comenzando a besarla con pasión, una mezcla de emociones comenzaba a manipular todos nuestros sentidos, mis besos húmedos bajaron a su cuello provocándole jadeos

- Y al parecer no tenías nada - dije al instante al escuchar las puertas del elevador abrirse alejándome de ella

- Estás segura? Me arde - siguiendome el juego sonrió

- Sip - reímos y salimos del elevador caminado un par de pasos más hasta llegar al apartamento

- Bueno amor, bienvenida a nuestro hogar - abrí la puerta dejando que entrara

- Por dios amor, está bellísimo - llevo sus manos a su boca mirando con ilusión e impresión todo el apartamento, se notaba que le encantaba

- Decorado a nuestros gustos, te conozco así que sé cuáles son los tuyos - reí leve

- Te amo, Poché sin duda alguna eres la mejor - corrió hacia mi abrazándome

- Ahora estaremos juntas en todo momento - bese su cuello correspondiendo a su abrazo

- Ven aquí - se separó tomándome de la mano llevando el a la alcoba

- Te amo, me gustas, no hay ninguna mujer que se te compare, tu forma de ser tan perfecta, me fascinas mujer - me encantaron sus palabras, me tomo de las mejillas y me beso tiernamente pasando con una mano un mechón de mi cabello detrás de mí oreja, me erizaba la piel, sus besos bajaron a mi cuello con suavidad haciéndome sentir con cada uno de sus beso lo que sentía por mi, lo que para ella significaba.

Mientras sentía sus besos miles de pensamiento se venían a mi cabeza y es que ella me eleva hasta el cielo con cada palpitar de su dulce corazón. Me encanta, con ella lo intentaría una y otra vez, tiene tanto poder sobre mi que con solo una sonrisa me hace enloquecer, con tan solo un beso, una caricia, un te amo de ella me eriza la piel. Me fascina el simple hecho de que ella muere por mi así como yo lo hago por ella, quería sentir esto para toda la vida que entre beso y beso decirle que la amo.
Es más claro que el agua que la necesita y es que su belleza es incomparable.

- Calle, eres perfecta - pase mis manos por sus hombros bajando su blusón dejando al descubierto su sostén, ella sonrió mordiendo su labio de sabrocho sus sostén dejándolo caer junto con las otras prendas que se quitaba quedando al fin completamente desnuda, era tan sexy, tan provocativa, su cuerpo era perfecto. Puse mi brazo en su cintura mientras la iba acostando en la cama con lentitud pasando mis labios por sus pechos haciendo que dejara caer su cabeza hacia atrás haciendo una expresión de satisfacción, la acosté completamente. Me subí en ella con cada mis piernas una de cada lado, tomando sus manos las subí acercando mis labios a los de ella rozandolos.

- Me vuelves loca - se solto de mi agarre tomándome de la nuca y besándome con frenesí mientras yo paseaba placenteramente mis manos sobre su cuerpo.

Comenzó a sonar su celular una y otra vez pero lo ignoramos, ella me saco la camiseta junto con el sostén llevando sus manos a mis pechos comenzando a jugar con estos, estaba siendo realmente placentero pero el sonido del celular no me dejaba concertar solo en ella, simplemente no paró de sonar.

- Ush que fastidio, contesta ya - me quite de encima de ella y me acosté cubriéndome con las sábanas

- Amor solo es el celular - me miró

- Un celular que no dejará de sonar hasta que contestes y pues así no puedo concentrarme totalmente en ti - fruncí el ceño haciendo puchero 

- Está bien, veré quién es - tomo si celuiar, vio quién era y si decir nada de levantó así desnuda caminando a la cocina

- Quién es? - pregunté pero me ignoro comenzando a hablar desde la cocina, me levanté y caminé para escuchar

- Ya te dije que estoy con Poché, no puedes marcarme - se le veía molesta

- Escucha, te dije que no te dejaría de hablar por eso porque pues también soy así pero lo que si no podré hacer es corresponderte, estoy con Poché y la amo así que porfa no insistas - corto la llamada, se giró y yo me recargue en la pared también desnuda

- A quién no le puedes corresponder - la miré cruzandome de brazos

Mi Mala Adicción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora