36 | pain for happiness.

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Ha pasado mucho tiempo, realmente mucho tiempo, desde que Keith ha pensado en el amor. Es un tema que duele, y él no es bueno trabajando con el dolor sin convertirlo en odio.

Por otra parte, Keith piensa en el odio continuamente. Él odia muchas cosas; principalmente, odia su historia, y odia ser intolerante a la lactosa, odia depender de los demás, y odia que los animales no sean muy buenos con él (o a él siendo muy malo con ellos) porque a él le encantaría tener un perro, incluso un gato estaría bien, también odia la escuela, porque algunos maestros lo vuelven loco, y en parte, se odia a si mismo. Y a su padre. Y a su madre. Y con eso, él siempre ha creído que el amor es algo que también debe odiar.

Claro que, también sabe que hay veces que no puede ganar contra el amor, porque sabe que ama algunas cosas. Como dibujar, o su nuevo trabajo, y dormir, y también ama a Shiro y a la familia de él, de verdad lo hace. Así que Keith puede amar y lo sabe, aunque preferiría no hacerlo, porque después de amar viene el dolor. Es una verdad que ha sido una base en su vida, algo a lo que se ha aferrado desde que tiene uso de su memoria.

¿Primero? Sus padres. Ellos se amaban, así que se casaron y entonces Keith llegó, pero su madre no se quedó, y entonces su padre enfrentó el dolor. Por consiguiente, Keith tuvo que cargar con las repercusiones de las acciones de la mujer que lo trajo a la vida. Y él sabe que, incluso aunque la familia Shirogane lo ame y que Yuko amase a su padre como se ama a un hermano, sufrieron cuando las cosas se pusieron feas al grado de que ellos perdieron total contacto, por lo que, una vez mas, el amor se convirtió en dolor. Y luego estuvo lo último, lo que terminó de endurecer a Keith.

Keith siempre tuvo una vida difícil, sin una figura materna y un padre el cual aunque lo intentase, estaba destruido después de perder al amor de su vida, así que él no mentirá diciendo que su camino fue fácil. Él recuerda que su niñez fue buena, algo que atesora, pero también puede recordar como eran los bajones de su padre, embriagándose de más y haciendo cosas que después de que el efecto del alcohol estuviera fuera de su sistema, lo harían sentirse mas miserable y arrepentido. Pero incluso aunque hubo momentos malos, la familia Shirogane había estado ahí. Así, hasta que entonces una gran discusión ocurrió entre Yuko y Texas, lo cual fue la gran detonación de la destrucción de cualquier base segura para Keith. Su vida fue en picada después de eso.

Luego de mudarse a una zona menos segura y a un apartamento mas pequeño y barato, los problemas reales llegaron. Texas nunca se recuperó realmente después de eso, comenzando con la bebida y no dejándola nunca, Keith viéndose obligado a madurar de un momento a otro y de asumir un rol mas responsable. Keith se esforzaba, porque fuese lo que fuese, Texas era su única familia, y él no lo iba a abandonar. Al menos, así había sido al inicio.

Keith logró conseguir miles de empleos, obteniendo una paga realmente miserable la mayoría de las veces y trabajando horas extras, descuidando sus estudios y relacionándose con malas amistades, y fue así por un largo tiempo. Y habría continuado de esa manera si no hubiese sido por la última gran jugada de Texas. Keith trata de no pensar en eso, de bloquearlo, pero hay veces que se le escapa y él esta apretando sus nudillos con fuerza, deseando poder golpear el rostro de su padre.

Keith recuerda el día muy bien, eran aproximadamente las 5 de la mañana y él estaba llegando a su casa después de un turno muy largo en su trabajo, era sábado por lo que él podría dormir por lo menos unas cuatro horas, porque entonces después tenía que ir a su otro empleo. Estaba cansado y arrastraba sus pies por la acera, perdiéndose entre bostezos y luchando con no quedarse dormido despierto. Y entonces llegó a su casa, una pequeña casa mugrienta con el patio destruido y descuidado, las paredes gastadas y de un color horrible, tal y como la habían adquirido desde hacia dos años, ni Texas ni Keith tenían intención de hacer algo para mejorarla. Keith abrió sus ojos con sorpresa, percatándose de que ese silencio tan característico de su casa no estaba ahí, en cambio, una patrulla estaba fuera y un policía escoltaba a su padre hasta ella, todo el vecindario con sus ojos encima de la escena.

Is it hate or love? | KLANCEWhere stories live. Discover now