once | let others help you.

3.2K 466 178
                                    

Después de que Shiro hubo pasado por Keith y hubiesen llegado a su casa, este último comió con rapidez y después corrió hasta su habitación para buscar que ponerse. Aunque no lo admitiera, estaba nervioso por ir a su nuevo empleo y firmar el contrato ¿que si al verlo su nuevo jefe decidía que un muchacho como él, tan desastroso, no estaba capacitado para... lo que sea que vendiesen? El pelinegro estaba hecho un manojo de nervios. Se pasó los siguientes treinta minutos viendo todo su guardarropa, no es como que tuviese mucho de todas maneras, a lo mucho eran unos diez cambios y dos pares de zapatos, así que sus opciones estaban limitadas. Nada le parecía adecuado. Se dejó caer sobre la cama junto con toda su ropa esparcida y cerró los ojos con pequeña irritación. Solo le quedaba una opción en ese caso.

Keith se levantó y caminó hasta la habitación de Shiro, que quedaba enseguida. Tocó la puerta suavemente y esperó hasta que este abriera. Cuando lo hizo, el mayor lo miró con el ceño fruncido.

"Necesito tu ayuda". Dijo Keith.

"Okaaay... necesitaré que seas más específico que eso" Dijo Shiro mientras dejaba al pelinegro entrar a su recámara. De tamaño, era un poco más grande que la de Keith, las paredes eran de color negro con blanco y ligeras manchas púrpuras y además estaba repleta de posters de bandas de las que Keith no sabía nada. Su cama estaba colocada en medio y a cada lado había un pequeño mueble con una lámpara, a Keith le recordó a algunos hoteles en los que había pasado la noche.

"No sé que ponerme, toda... toda mi ropa apesta. Es demasiado oscura".

"El precio de ser emo ¿no es así?" Comentó Shiro con diversión mientras se paseaba por su habitación hasta su armario.

"No soy emo ¿porque todos siguen llamándome así?"

"Bueno, no lo sé, ¿porque será? Toda tu vestimenta es negra, usas esas botas metaleras, tienes ese corte de cabello que tapa la mitad de tu rostro, das miedo como los cojones y tu filosofía de vida es deprimente, pero viejo no lo sé". Shiro pensaba que lo único que a Keith le faltaba era un piercing, un tatuaje y un bonito delineado de ojos, como el de Acxa. "Pero voy a ayudarte, debo tener algo que te quede".

Keith recargó su trasero sobre uno de los pequeños muebles al lado de la cama mientras veía como Shiro pasaba de prenda en prenda examinándolas velozmente.

"¡Ajá!" Exclamó Shiro luego de un rato. "Esto se verá bien; ponte cualquiera de tus pantalones negros, solo evita que estén rasgados por favor".

Sacó una camisa de entre todas y se la tendió a Keith. Era blanca con líneas delgadas color azul marino, el pelinegro pensó que era fea y demasiado formal, pero sabía que era perfecta para la ocasión. Aunque no imaginaba porque alguien tendría tal camisa de todas maneras.

"Gracias". Dijo Keith y fue de vuelta a su habitación para cambiarse; al terminar revisó la hora y se percató de que solo le quedaban treinta minutos así que ni siquiera intentó armar un lío por los zapatos, iría con sus botas, porque eran ellas o sus converse rojos gastados. De todas maneras sus pantalones los tapaban un poco y podían pasar como un par de zapatos normales.

Keith salió apresurado de su habitación y bajó los escalones de dos en dos; allí abajo estaban Shiro y Marina que al verlo hicieron todo un alboroto.

"¡Que joven tan más apuesto!" Keith intentó no sonrojarse por ello, sabía que Marina solo intentaba darle ánimos, pero el fracasó un poco.

"Me gusta, te ves bien. Pero... ¿quizás si te pones una corbat-?"

"No" dijeron Marina y Keith al mismo tiempo interrumpiendo a Shiro y este dejó salir un suspiro.

Is it hate or love? | KLANCEWhere stories live. Discover now