Capitulo 19~ ¿Qué hay ahora?

1.6K 127 50
                                    

Víctor pagó todo. Un gran funeral, una hermosa ceremonia, un entierro digno de su hijo. Dejó mucho dinero en el camino pero ya no le importaba. Todo ese dinero ganado durante estos años que iba a un ahorro familiar que había iniciado con Victoria desde que se casaron estaba siendo gastado en que su hijo por lo menos tuviera algo hermoso en sus últimos días en la tierra, antes de que su pequeño cadáver fuera transportado a aquel otro mundo.

Víctor había conocido que había después de la muerte, pero por alguna razón aún así estaba triste. Sabía que Vincent no tendría un castigo terrible y estaría en la eternidad en alguno de esos dos sitios que había conocido, pero de todas formas era una terrible pena, ya que solo vivió pocos años conociendo la hermosura de un mundo vivo y alegre, el sentir de su corazón latiendo, la alegría de escuchar a tus seres queridos también vivos, sus manos cálidas, sus abrazos llenos de cordialidad, la felicidad de crecer y estudiar muchas cosas, aprender a pintar, escribir libros, tener un trabajo, incluso enamorarse y tener un hijo. Todo lo que la vida te otorga ya no podría experimentarlo, ya que su paso por esta tierra fue más fugaz que una estrella y se había llevado con el su felicidad e inocencia. Un niño tranquilo y amoroso, sin culpa alguna por las decisiones que habían tomado sus padres se había marchado por un error, un terrible error que Finis Everglot aún no pagaba, ya que había huido del pueblo por recomendación de su fría esposa que ya pensaba que Víctor haría hasta lo imposible por vengarse y refundirlo en una celda toda su vida.

Pero Víctor ni siquiera había podido salir de su cama. Es más, ni siquiera había podido ir al funeral de su propio hijo, no le dió un entierro, no lo vio por última vez, estaba dañado y triste, sus fuerzas habían desaparecido junto con la única alegría que lo mantenía en la tierra después de todos esos años al lado de una mujer que ya no amaba y que ya no lo amaba a él.

Sus ojos se volvieron a inundar de lágrimas cuando mientras se daba la vuelta en su vieja cama, veía un cuadro de su hijo en el muro de su habitación, convirtiéndose en un recuerdo constante de sus penas y su dolor.

Víctor se encogió en si mismo y decidió levantarse de su cama, sin éxito otra vez. Habían pasado ya unas cuantas semanas y apenas y se levantaba a comer algo, dormía todo lo que podía para así no recordar y lloraba cuando estaba despierto. Ya no quería existir, solo quería desaparecer entre sus sábanas.

La empresa de pescado estaba siendo dirigida por sus colegas en este momento, por trabajadores fieles que se preocupaban por el y de vez en cuando iban a verlo pero el jamás habría la puerta. Solo llamaba al repartidor de cartas y les hacía llegar indicaciones a través de estas, no podía tener un contacto personal, solo ya no quería tenerlo, estaba destruido y cualquier contacto humano lo lastimaba, sus allegados no paraban de preguntar si estaba bien, si quería salir, si necesitaba algo y eso solo eran más y más recordatorios del porque estaba triste.

Al final, después de meditar unas cuantas horas por fin pudo levantarse de la cama, pero se sentía débil, se tambaleó unas cuantas veces antes de poder sujetarse de un mueble cerca de su cama. Se miró al espejo, solo veía una cara demacrada y pálida llena de sufrimiento, estaba en los momentos más bajos de su vida.

Se puso unos zapatos que encontró de primeras tirados por ahí y bajó las escaleras con cuidado de no resbalar, miraba cada escalón buscando cualquier cosa que lo pudiera hacer caer. Al llegar abajo, pudo ver en el suelo un montón de cartas que el cartero ya directamente metía por debajo de su puerta, ya que se había dado cuenta de que Víctor ni siquiera se había molestado en abrir el buzón que estaba afuera. La mayor parte eran de sus padres y de Margaret, aquella buena mujer que siempre cuido de Vincent y lo mimó como si fuera su propio hijo.

Tomó una entre sus manos y la abrió, para así leer unas cuantas palabras.

"Joven Van Dort,

Mas allá de la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora