Mas allá de la muerte.

Capítulo 16~ Adiós, Emily.

Víctor se postraba en su cama leyendo un viejo libro de cuentos que sus padres le habían dado de pequeño. Era un libro de aventuras en el mar, piratas, barcos, cosas que Víctor jamás había conocido hasta el momento es que heredó el negocio familiar y comenzó a hacer unos cuantos viajes para conocer de dónde venía el producto que vendían en su ya conocida en multples lugares; pescadería. Su mente estaba tan sumida en aquel libro que no se había dado cuenta de que el pequeño Vincent, que aún era un precioso bebé se había despertado y se encontraba balbuceando en la pequeña cuna que le habían preparado cerca de su cama para estar al pendiente de él.

Todo estaba tranquilo, sereno, era una noche con casi ningún ruido más allá de los ya mencionados balbuceos del bebé y los grillos del jardín de la casa de Víctor cantar.

De pronto, un viento helado entró inesperadamente por la ventana, haciendole sentir un pequeño frio en la naríz a Víctor. Detrás de ese frío, un pequeño insecto que ignoraba en ése momento entró. El joven Van dort no le tomó una importancia mayuscula en un principio, ya que sólo era un pequeño animalito. Sin embargo, Víctor recordó de repente que ya no eran sólo él y Víctoria, y la cosa que voló por la ventana y se metió escurridizamente (aunque quizá no tanto, ya que Víctor no estaba prestando la mínima atención) dentro de la habitación podría estar cerca de Vincent, posiblemente le podría hacer algo por más pequeño que fuera, ya que apenas era un bebé.

Víctor apartó el libro a un lado y salió lentamente de la cama, con cuidado de no despertar a Victoria, la cual dormía pacíficamente a su lado. Caminó a la cuna de Vincent, lentamente y de forma cuidadosa, intentando no hacer ningún ruido en el camino. Al postrarse frente a ésta, pudo ver que aquél bicho que entró a su habitación momentos antes, había ganado a llegar a la cuna de su hijo. Pero más que intentar hacer algo, más que asustarse, sintió una pequeña aceleración en el pecho, la cual lentamente se fue incrementando mientras más veía a su pequeño hijo. Una mariposa azul tenía sus patitas en la pequeña manita de su hijo, se movóa con delicadeza y no parecía tener ninguna intención de hacerle algo más a su hijo mas que observarlo.

Los latidos de Víctor se fueron acallando mientras veía como ésa mariposa batía sus alitas ligeramente, como queriendo comunicar algo. Él sabía que no era una mariposa cualquiera. Por un momento incluso, sintió como si Emily estuviese ahí, frente a él, mirando a su pequeño niño y apreciando la belleza de aquél bebé. Tan parecido a Víctor, sus pequeños y delgados cabellos negros, que apenas podían notarse por lo pocos que habían en su cabeza, sus ojos que tenían ojeras naturales al igual que su padre y la cabeza redonda como la de su madre.

Casi sin darse cuenta, el tiempo comenzó a pasar mientras contemplaba aquella escena.

La luz comenzaba a entrar tenuemente por la ventana. Una luz azulada que hacía saber a Víctor que la mañana se aproximaba. Lentamente la habitación fue llenándose de esa preciosa luz, que le recordaba a la dura piel del cadáver de Emily. La mariposa que se mantenía sin hacer más, de pronto comenzó a volar. Pasó cerca de Víctor, tanto que casi pudo sentir el ala pasar por su mejilla, casi pudo sentir una suave caricia en su piel, pero no llego a sentirla verdaderamente hasta el momento en que un helado viento entró por la ventana, a la par que la mariposa salía por esta y se elevaba a los cielos de nuevo. Un par de lágrimas salieron de sus ojos. Indudablemente, su corazón ahora estaba en otro lado, ya no era de la persona que se encontraba durmiendo en la cama detrás de él. Al menos no totalmente.

Sin embargo, un dolor lo invadió al darse cuenta de la realidad; sus sentimientos habían cambiado, pero ¿Qué más había cambiado además de ello? Absolutamente nada. Emily no volvería, y ahora él tenía que ser el mejor padre del mundo. Sintió como unas cuantas lágrimas más volvían a bajar. Dolía, era realmente duro para él aunque intentars hacerse en fuerte.