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Era exquisito poder ser presa de otros labios, saboreandolos y disfrutando de su sabor, entre risas traviesas besaba apasionadamente a aquel chico que le había llamado la atención con tan solo verlo. Nada le importaba más que quedarse ahí frente a él, claro, siempre y cuando su ex mejor amigo no vuelva a interrumpir otro de sus momentos. Ya habían pasado exactamente tres semanas en las cuales ni siquiera había volteado a mirarlo ¿Lo había olvidado? La respuesta es no. Taehyung seguía ocupando cada parte de su corazón, pero podía fingir una falta de interés.

Sus cabellos lacios y finos ahora se encontraban alborotados al igual que sus ganas de romper aquellos límites que tenía con el chico que controlaba la desesperada unión de labios, ahora era otra, una joven distinta. Seguía conservando su amabilidad y simpatía, mas ya no tenía aquella obvia mirada enamorada al observar a Taehyung. Aquello no quitaba que la chispa amorosa permaneciera dentro de ella.

Hoy en día disfrutaba de su juventud al igual que su amigo, él ya no sería el único, puesto que ahora cada chico caía bajo sus redes y créanme, ella no desaprovecha esas situaciones en lo más mínimo.

—Bebé —llamó una voz frente a ella.

—¿Si? —preguntó la susodicha, perdida en cada roce.

—Vamos, ya no aguanto.

—¿Qué? —burló— ¿Tan rápido? —murmuró y mordió fuertemente su labio, excitando más a su acompañante.

—Ya hermosa, no hagas eso.

—¿Por qué?

—Me vuelves loco. —jadeó.

El pelirrubio colocó ambas manos sobre los casilleros, acorralando a la castaña que lo miraba pícara. Unió ambos labios acabando con la distancia restante y acarició la lengua de Jaehwa con agilidad, explorando por completo su cavidad bucal para acto seguido bajar sus labios hasta su cuello y morderlo con rudeza, logrando así que la chica soltará un gemido a un muy alto volumen, obligando a callar sus propios impulsos.

El juego continuó, ahora bajaba un poco la tela del polo de la castaña, dejando la vista libre hacia su piel. Ambos sonreían y jadeaban, la sensación era placentera para ambos, más no se percataban que había una persona que se acercaba a ellos a un paso acelerado.

—¡Aléjate de ella! —esa voz tan gruesa y conocida para la chica la hizo temblar, tenía a su amigo frente a ella con ambas manos en sus bolsillos y mirándola, o más bien, mirando al chico con el que estaba apunto de tener una escena más que excitante en pleno pasillo vacío, que gracias a Tae ya no lo estaba.

—¿Y a ti que te importa si estoy con ella? Vete Kim.

—No voy a dejar que se junte con un cualquiera como tú, Wyatt.

—A ella no le interesa si la defiendes o no ¿No es así, Jae?

La castaña solo cruzó los brazos y encogió los hombros con una mirada en sus ojos tan despechable y fría que daban ganas de salir corriendo.

—Jae, ¿qué sucede? Estás muy rara últimamen-

Y fue interrumpido por la persona que menos esperaba.

—Lárgate.

—¿Qué? —el rostro del joven se mostró confuso.

—Que te largues.

—Jae...

—Lárgate, no lo volveré a repetir, Taehyung.

El castaño frunció nuevamente el ceño, no entendía, en verdad no comprendía a la chica. ¿Y qué era lo más alarmante? Jaehwa no solía llamarlo por su nombre a menos que su enojo sea uno grande. La razón de su forma de ser la confundía, ella no era su amiga, no era su Jaehwa. Sin decir mucho se dio la vuelta para irse, más se detuvo y dijo:

Toxic Game | TaehyungWhere stories live. Discover now