1O. With animal ears.

Start from the beginning
                                    

Además, siempre disfrutaba de pasar un tiempo con Bakugou, pero eso no tenía nada que ver con las clases, así que trató de esconder ese pequeño placer muy dentro de su pecho.

—¡Sí! ¿Podrías, por favor? Prometo que me portaré bien y no me quedaré dormido como la última vez.

Kirishima juntó sus dos palmas y se inclinó para suplicarle correctamente. Bakugou bufó con desagrado, pero para cuando su mirada se volvió a encontrar con la del rubio, Kirishima obtuvo una afirmación seguida de un "Ahora esfúmate antes de que te mate, idiota".

Ya con la respuesta que esperaba y habiéndola obtenido con más facilidad de lo que imaginó, Kirishima se regresó hasta su asiento emocionado, siendo recibido por Kaminari, quien lo veía y volvía a estallar de la risa.

Ya, en serio... ¿qué rayos tenía ese día que era tan gracioso?


+


—Bakugou... Sé que para este punto ya debería estar entendiendo, pero... ¿Podrías repetirlo una última vez, por favor?

Ambos chicos se dirigieron directamente a estudiar después de que sus clases acabaron, por lo que continuaban con sus uniformes puestos cuando ya eran pasadas las siete de la noche. Kirishima lo intentaba, en serio lo hacía, pero incluso teniendo la base de haber entendido las clases anteriores se le hacía extremadamente difícil reemplazar los números por las letras, haciéndose la típica pregunta de quién fue el grandísimo idiota que juntó letras con números en primer lugar.

—Te estoy diciendo que esto es jodidamente fácil, idiota.

—¡Lo sé, lo sé! ¡Pero no puedo...! Demonios, esto es frustrante.

El pelirrojo soltó una pequeña maldición mientras tomaba el lápiz que antes tenía en sus manos y lo llevaba hasta la parte baja de su nariz, justo entre esta y su boca, sosteniéndolo para que se mantenga ahí y re-leyendo el problema que había sido incapaz de resolver por su cuenta.

De pronto, sintió la mirada intensa de Bakugou sobre él y pronto el rubio se sentó a su lado, pegándose lo suficiente como para que sus piernas se rocen, inclinándose más cerca de Kirishima, quitándole el lápiz y acercándolo a la hoja.

—Pasa que te distraes con cualquier jodida mierda, pelos de mierda —respondió Bakugou, señalando el problema—, aquí mismo te están dando los números que debes reemplazar, sólo tienes que leerlo hasta que entiendas dónde colocar cada uno.

—Ohm —Fue lo único que respondió el pelirrojo, admirando el problema—, yo creo que es más difícil de lo que parece, Bakugou... Sólo que tú eres demasiado inteligente.

Esa clase de halagos no eran nada nuevo en la relación de ese par. Bakugou estaba tan acostumbrado a recibir todo tipo de elogios y buenas palabras de Kirishima que ya se volvía algo extremadamente rutinario, pero esta vez era diferente y el pelirrojo lo sabía. Lo notó desde el segundo en que la mirada intensa de Bakugou se concentró por demasiado tiempo en su rostro, consiguiendo que se pusiera nervioso.

—¿Baku...?

La pregunta nunca terminó de salir, no pudo. La mano de Bakugou que antes sostenía el lápiz lo soltó con rapidez y tomó la barbilla del pelirrojo, manteniendo su rostro quieto mientras depositaba un largo pero suave beso sobre sus labios. Kirishima no hizo ningún movimiento, sólo se sonrojó hasta que sus orejas se volvieron coloradas y relamió sus labios una vez fue liberado.

—¡¿Pero qué...?! ¡Siempre dices que nada de besos cuando estamos estudiando, Bakugou! No... ¡No hagas eso tan de repente!

—¡Idiota! Es tu jodida culpa.

Bakugou soltó un suspiro resignado y dirigió su otra mano al cabello del pelirrojo, sacando de este algo que Kirishima sintió sólo cuando le fue arrebatado. Como si en un instante desapareciera un peso que no había notado anteriormente, su cabeza se sintió más ligera, mientras ante sus ojos se encontraban un par de orejas de perro Ákita. Kirishima miró las orejas de animal y todo calzó en su cabeza como si esa fuera la pieza faltante al rompecabezas de interrogantes que lo tuvieron tan confuso durante todo el día.

—¡¿He tenido esto todo el día?! ¡Mierda! ¡Bakugou! ¡Debió ser Hagakure... Ella... ¡En la mañana se me acercó de forma sospechosa y...!

—Deja de ser tan ruidoso, maldición.

—¡Bakugou! ¡Debí haberme visto como un tonto!

—De hecho, sí —respondió el rubio—, pero la peor parte de esta mierda es que hacía imposible el poder decirte que no.

—¿En serio? ¿Eso es bueno ento...?

Kirishima fue callado con un nuevo beso, pero en esta segunda oportunidad se sintió mucho más dispuesto a continuar con él. Una de sus manos se dirigió al cabello de Bakugou y hundió sus dedos entre los rebeldes mechones, soltando un suspiro de resignación cuando oyó la explosión provocada por la mano del rubio y se imaginó de qué se trataba.

Bueno, esas orejas de perro tuvieron una muy corta vida, pero... Tal vez, sólo tal vez... Había descubierto un nuevo fetiche en su novio, uno que podía explotar después de asegurarse de aprobar el examen del día siguiente. Y de sobrevivir a los intensos besos de Bakugou, lo que sucediera primero y no necesariamente en ese orden.  


+


¡Muchas gracias a todos por leer! Ya terminé de escribir los 30 días de este divertido reto así que, si todo sale bien, les estaré trayendo puntual todos los días que siguen:). Pasen un bonito día ♥

30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou KatsukiWhere stories live. Discover now