3O. Doing something hot.

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—Mierda...

Kirishima suspiró al oír la voz tan frustrada y nerviosa del rubio. Soltó un pequeño jadeo y le dio una mirada al desastre entre sus piernas. Su miembro estaba tan duro, mojando con líquido pre-seminal todo su abdomen desnudo, mientras Bakugou se sostenía firmemente de la cama a los lados de su cuerpo, empujando apenas una parte de su miembro en su interior. Y era extraño. El dolor era soportable y los nervios contenibles, pero lo más extraño era que el rubio parecía no poder continuar con ello, sonrojando hasta las orejas y con el rostro y su cuerpo bañados en sudor.

—Hey... —lo llamó el pelirrojo, estremeciéndose al más ligero movimiento de sus cuerpos—, ¿qué está mal?

—Nada... N-No es tu maldita culpa, lo siento.

Los nervios en la voz ajena eran casi palpables. Kirishima quiso abrazarlo, pero temía arruinarlo de alguna manera cuando ni siquiera estaba seguro de cuál era el problema. Él no se había quejado, estaba bastante caliente y emocionado con la idea de pertenecerle a Bakugou en cuerpo y alma, tanto que se aguantó cada gemido de dolor y se encargó de liberar aquellos que dejaran en claro cuánto le gustaba, pero ahí estaba el rubio, como si pronto fuera a entrar en pánico.

—¿Qué pasa, Blasty? —preguntó nuevamente, ahora en un pequeño ronroneo mientras una de sus manos acariciaba el brazo ajeno.

—Esto es... —Bakugou lo observó y jadeó—, es malditamente apretado, idiota. —Kirishima no pudo evitar sonrojarse al oírlo.

—Lo siento... Y-Yo no sé bien cómo hacer esto tampoco, ¿sabes? —Soltó una risa resignada, mientras una exagerada gota resbalaba por su mejilla.

—No, no es eso... Tú... Tú lo haces perfecto, Ei... Soy yo quien... Mierda.

Bakugou trató de mover ligeramente sus caderas y automáticamente ambos se tensaron debido a los espasmos provocados por el placer. Kirishima cerró los ojos por un momento, pero otra cosa captó su atención: Llevaba con Bakugou tres años de su vida, conocía de memoria ese sonido que tronaba en sus palmas justo antes de que explosiones salieran de ellas.

Dirigió su mirada a las manos tensas que sostenían firmemente las frazadas y entendió después de que nuevamente tronaran de esa forma tan característica. Observó al avergonzado rubio y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, no era posible que Bakugou se encuentre avergonzado por perder el control de su quirk debido a lo placentero que era hundirse en su interior porque... Dios, eso sonaba tan jodidamente excitante que no le sorprendió cuando el rubio gimió en respuesta a la reacción de su propio cuerpo.

—Maldito —masculló—. Deja de apretarme o te juro que...

—Es... Es tu culpa —gimoteó Kirishima—, eres tan jodidamente masculino, Katsuki.

—No es momento de... Mierda.

El pelirrojo dirigió sus propias manos a las ajenas y Bakugou cedió ante los toques curiosos y dulces, soltando las telas de la frazada y atrapando sus manos, entrelazando sus dedos con los de Kirishima, apoyándose ahora sus palmas. Sin embargo, eso lo puso más rígido, preocupándose incluso más que antes.

—Hey, basta —El rubio oyó al otro y lo miró, encontrándose con su intensa mirada—. Deja de preocuparte tanto, no soy alguien débil... Ni cerca de eso, así que podré con esto y más, Katsuki... Vamos, sólo... No te contengas.

—¿De qué estás hablando? Si no me contengo terminaré explotando toda la maldita cama.

—Soy un héroe, ¿crees que permitiré que una pobre cama pague por lo mucho que quiero que me hagas el amor?

30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora