13. Eating ice-cream.

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—¡Idiota, ten cuidado con esa mierda!

—¡Está bien, Bakugou! ¡Puedo con esto!

El rubio observaba atento como Kirishima cargaba dos enormes contenedores de helado que se dividiría entre toda la clase. Yaoyorozu tuvo una idea para relajar a sus compañeros después de los exámenes para la licencia provisional y le preguntó a sus padres si podían comprar algo de helado después de que Ashido mencionara algo sobre el helado uniendo corazones entre tanto calor. Sin embargo, la pelinegra nunca esperó que su mamá, tan emocionada con la idea de su hija haciendo amigos, enviara cinco contenedores gigantes de helado de distintos sabores.

Cuando le contó a sus amigos lo ocurrido, Kirishima y Satou se animaron a ayudarle a sacar los contenedores del camión, claro, después de que el camión pasara por una revisión cautelosa debido a la situación en la que se encontraba la academia al ser el ojo de los medios desde lo que sucedió en el campamento y el secuestro de Bakugou.

Ya con el auto estacionado en la entrada de la academia, Satou y Kirishima corrieron a recoger los helados. Satou comió una gran porción de dulces de crema para fortalecer su quirk y Kirishima sólo se dirigió allá y sostuvo dos de los contenedores. No era que pesaran tanto, por lo que tomó eso como un entrenamiento y ambos se dispusieron a caminar con ellos hasta llegar a sus dormitorios.

Bakugou y los demás seguían el proceso con atención, asegurándose de estar presentes por si algo sucedía con sus amigos, sin embargo, no ocurrió ningún incidente hasta que entraron a los dormitorios.

Todos se fueron relajando y acompañaron a Yaoyorozu a la cocina, donde buscarían platos hondos para colocar las porciones de helado, que definitivamente se acabarían en un mes o incluso más, era demasiada cantidad incluso para todo el salón.

—Satou-san, Kirishima-san, gracias por ayudarme con esto —Yaoyorozu se les acercó con un pequeño sonrojo en sus mejillas—, iba a crear algo para poder transportarlos, pero sin duda fueron de mucha ayuda.

—No hay problema —Satou correspondió al agradecido sonrojo de su amiga, acercando una de sus manos a su rostro y rascándose la mejilla con su índice—, para eso estamos, además... Esto ayuda para entrenar mi quirk de alguna forma.

—¡Sí! ¡A mí me gusta cargar cosas! —respondió Kirishima alegremente.

—Aaaah... Malditos suertudos.

Kirishima oyó el susurro de uno de sus compañeros y observó a Kaminari y Mineta arrodillados en el suelo, totalmente rendidos ante las circunstancias. Una pequeña y resignada sonrisa apareció en su boca cuando se imaginó a qué se debía la reacción tan exagerada de esos dos.

—Satou gana el concurso de los dormitorios con trampas y encima ahora recibe un agradecimiento de Yaoyorozu, es tan injusto —Mineta maldecía con una actitud de ultratumba—. Esto se debe a que mi diseño de personaje no sirve para esas cosas.

—Yo ni siquiera puedo con la bolsa de boxeo de Kirishima... Es tan patético —Kaminari se sumó, tomando la misma actitud.

—Lo lamento, chicos —Yaoyorozu consideró que debía disculparse—, pero tenemos helado para todos ahora, ¿no?

—¡Yo no quiero helado!

Mineta se levantó del suelo con una mirada cargada de enojo y de decisión, señalando a Kirishima cuando este ya casi estaba dejando en el suelo el último contenedor que faltaba. Un brillo sospechoso resplandeció en uno de los ojos de Mineta y este sonrió de oreja a oreja.

—¿Qué... Qué le pasa? —preguntó el pelirrojo.

—¡Yo sostendré esa cosa por el tiempo suficiente para que Yaoyorozu me deba un favor! ¡Dame eso, Kirishima!

—¡No, espera! ¡Oye!

Mineta se impulsó en el suelo y de un salto se lanzó sobre el pelirrojo, sin embargo, ni la posición ni el impulso fueron los acertados, pues como si de una bala se tratara, empujó a Kirishima hasta que este cayó al suelo y el contenedor quedó en el aire por un segundo, antes de caer justo sobre ambos chicos. El pelirrojo reaccionó rápidamente, endureciendo su cuerpo gracias a su quirk y cubriendo al pequeño Mineta para evitar que esto le haga daño, sin embargo, ya que la piel de Kirishima se volvía tan cortante, el plástico que contenía el helado se rompió —junto con su remera—, y Kirishima quedó bañado en eso.

Todos los chicos de la clase 1-A corrieron a revisar a sus amigos, encontrándose con un Mineta desmayado del susto y con Kirishima bañado en el helado de crema que le había caído. El pelirrojo desactivó su quirk después de pocos segundos y luego se quitó de encima de Mineta, sentándose en el suelo y observándose a sí mismo.

—¡Kirishima-san!

—¡Kirishima!

—¡¿Estás bien, amigo?!

Oyó los gritos preocupados de los demás y alzó la mirada para tranquilizarlos. Dibujó una sonrisa relajada en su boca y levantó el pulgar en afirmación. Los demás suspiraron más relajados, pero cuando vieron que los cabellos bañados en crema de helado ahora caían torpemente sobre la frente del pelirrojo, no pudieron evitar reír. Kirishima suspiró, se sentía tan pegajoso que le era imposible moverse.

—Lo lamento mucho, Kirishima-san —dijo Yaoyorozu, abriéndose los botones de la blusa para crear algo. Kirishima supuso que buscaba ayudarle con algo para que se limpie el rostro al menos, pero al instante negó con la cabeza ante la idea de la chica.

—¡No! ¡Es- ¡Espera, Yaoyorozu! ¡Está bien! ¡Yo puedo!

—Oi, cola de caballo.

Todos dejaron de prestarle atención de la chica cuando oyeron el grito de Bakugou, girándose a observar como el rubio caminaba con tranquilidad hasta llegar a donde Kirishima se encontraba. Yaoyorozu lo miró y sintió algo extraño, apartando sus manos de su ropa y levantándose del suelo donde se había arrodillado.

—¿Bakugou? ¿Qué haces? No me toques, hombre, en serio estoy tan...

Kirishima dejó de hablar cuando el rubio se inclinó frente a él y le tomó la barbilla para dejarlo quieto. Bakugou hizo presión con su pulgar y su dedo índice, apretando las mejillas del pelirrojo para que abra la boca en una pequeña "o". Todos los presentes soltando una especie de sonido exagerado cuando vieron al rubio pasar su lengua por la mejilla de Kirishima para acabar atrapando su boca en su beso profundo, frente a todos los que estaban ahí.

—¡Woah! —Llegó a oír Kirishima, sin embargo, no estaba seguro de quién había soltado esa expresión.

Cuando Bakugou se alejó, relamió sus labios y lo miró a los ojos. Soltando un suspiro complacido, agarró al pelirrojo del cuello de su camisa, arrastrándolo por el piso de la sala común, mientras Kirishima se encontraba aún en un completo estado de shock.

—Yo me encargaré de limpiar a este idiota, así que dejen de joder y piérdanse, inútiles.

Después de oír al rubio decir eso, todos los demás alumnos del salón sólo continuaron observándolos hasta que ambos desaparecieron de su vista. Y no, no iban en dirección a los baños de varones, sino rumbo al ascensor, como si Bakugou deseara que Kirishima pegajoso y bañado en helado fuera a parar a su habitación.

—Posesivo —La mayoría volteó a ver a Yaoyorozu cuando esta soltó ese comentario en un pequeño susurro—, Bakugou-san... Cuando me miró... Él se veía como un animal salvaje y posesivo...

—Cielos —Sero suspiró—, compadezco mucho a Kirishima en este momento.

Y la clase no pudo estar más de acuerdo.


+


Lamento la demora en subir este día, no estoy muy bien de salud y no he levantado de mi cama:-(. Pero ahí está, no lo sé, de vez en cuando es agradable tener a Bakugou tan posesivo y descarado<3  

30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora