JiMin miraba su habitación sin saber que hacer, el dolor en su parte baja era realmente grande. Tenía miedo de pararse y que le doliera otra vez de la misma manera. Miró en la mesa de noche y de casualidad había una aspirina en una de las gavetas.
Se la tragó sin agua y se levantó de su cama, aún con el dolor punzante, pero esta vez tenía la esperanza de que se le quitaría en unos minutos. Buscó sus bóxers en el piso y se los puso con la expresión de odio más grande que pudo haber puesto. Le dolía demasiado para ser francos. JiMin abrió al puerta de su armario, sacó algunas ropas y salió de su habitación caminando lo más rápido que el dolor le permitió hacia el baño.
Al entrar en la ducha, sus piernas estaban pegajosas y al verse, JiMin maldijo ese maldito capricho de JungKook de venirse dentro suyo. Estaba tan cansado que se le olvidó limpiarse los fluidos de JungKook, ahora estaban pegajosos sobre su piel. JiMin abrió la ducha y dejó que el agua corriera sobre su cuerpo. El dolor ya se iba pasando pero aún así JiMin estaba muy cansado como para moverse mucho.
Cuando se terminó de bañar, se vistió con unos jeans y una camisa negra para salir del baño. Al llegar a su habitación casi le da un paro cardíaco al ver a NamJoon parado en medio de la estancia con las manos en los bolsillos.
—Ya, mierda, deja de hacer eso por amor a los dioses—soltó JiMin reposando su cabeza en el marco de la puerta—¿Que quieres?
—Alguien no se levantó de muy buen humor—molestó NamJoon—¿Porque no te sientas, JiMinie?
—Ay ya cállate—su humor si había cambiado, el cansancio lo ponía diferente—Ya se que ya sabes que JungKook y yo follamos ayer, así que ni si quiera voy a perder saliva en mandarte a la mierda, NamJoon.
—Uff ¿tan grande la tiene? Yo pensé que siempre molestaba—NamJoon se sentó en la silla giratoria de JiMin—El señor 'quiero que grites alto para que NamJoon te oiga desde la planta de abajo' me dijo que quiere que vayan a comprar unas cosas a medio día.
—¿Que cosas?—JiMin se recostó en la pared ya que definitivamente no se sentaría.
—No lo se, quiere llenarte de dinero para ver si no te quejas de dolor de culo—JiMin quería estrangular a NamJoon en este momento—Está bien, ya, pero no me mates, JiMin. Solo bromeo...—se quedó en silencio—¿Necesitas ayuda para bajar las escaleras?
—¡La puta que te pario Kim NamJoon!—JiMin se acercó y golpeó a NamJoon en el hombro—Yo puedo solo.
—Ya, ya muy bien—NamJoon no podía contener la risa, se levantó de la silla—JungKook estará aquí pronto, baja a desayunar.
NamJoon salió de la habitación y JiMin se quedó en silencio. Los recuerdos de la noche anterior pasaban por su mente y le erizaban la piel. Había sido la mejor noche de su vida, si. JiMin en realidad quería comenzar a dar saltitos, primero porque ya no era virgen a los 21 y Segundo, porque había perdido su virginidad con Jeon JungKook.
—Punto para JiMin...—susurró el rubio para si mismo mientras salía de su habitación y comenzaba a bajar las escaleras lo más lento posible.
Cuando llegó al comedor, había un plato y un vaso en la mesa, estaba humeando. Se acercó y también observó una botella de miel y un poco de mantequilla. Sobre el plato había una torre de cuatro panqueques esponjosos y recién hechos. JiMin sonrió, quería pensar que JungKook sabía cual era su desayuno favorito y le había dicho a alguien que lo preparara, si no era así...JiMin simplemente lo dejaría pasar.
Comió los panqueques con gusto, estaba solo así que se tomó la libertad de poder subir los pies en la silla de enfrente. Mientras comía, alguien abrió la puerta del comedor y JiMin volvió la mirada. Su tenedor cayó al piso al ver el estado en el que JungKook había entrado al comedor.
Sus ropas estaban rotas, su cabello estaba desordenado, su mejilla sangraba, al igual que su nariz y ceja. Sus nudillos estaban rotos y su pierna sangraba igual.
JiMin se levantó corriendo hacia JungKook y lo hizo sentarse en una silla de la mesa.
—¿Que te pasó?—JiMin corrió a buscar servilletas para limpiar la sangre en la cara de JungKook.
—JiMin, ya—dijo, pero JiMin no paró de limpiarlo—Ya JiMin no es nada—JiMin siguió pasando la servilleta por donde Jeon estaba sangrando—Ya, JiMin, relájate.
El pelinegro agarró las manos de JiMin y le impidió seguir limpiándole las heridas. Ambos se miraron a los ojos, y JungKook pudo notar que estaba realmente preocupado.
—No pasa nada.
—¿Como te hiciste esto? ¿Quien te lo hizo?—JiMin disfrutaba de sus manos entre las de JungKook.
—Eso no importa, solo estaba haciendo negocios.
—Ajá ¿haces negocios con tu cara y con tus puños?—JungKook sonrió.
—En realidad, si JiMin, hago negocios con sangre ¿que podías esperar?
—No se...—JiMin se sentó en la silla cerca de JungKook—¿Te duele mucho?
—No me duele nada—Jeon sonrió y miró a JiMin de arriba abajo—Pero a ti...
—Ya—JiMin rodó los ojos—NamJoon nos escuchó...bueno, me escuchó...
—Ya lo sé, esa era mi intención—JiMin frunció los labios—¿Que crees? NamJoon pasa pegado a tu yugular como babosa todo el día, y tengo que dejarle cosas en claro. NamJoon también es un hijo de la noche y está en ayuno, no quiero ninguna confusión de su parte.
JiMin se quedó callado mirando su plato a medio terminar con panqueques, nunca había notado ni fuma señal de parte de NamJoon de ese tipo. Seguramente eran sólo los problemas de confianza de JungKook.
—¿Te dijo NamJoon que saldremos?—JungKook se recostó en la silla y estiró sus piernas.
—Si ¿que vamos a comprar?
—Ropa—JiMin frunció el ceño.
—¿Para que ropa? ¿Eres mi Sugar Daddy ahora?—JiMin conectó su mirada con JungKook y pudo ver que su comentario no lo había echo muy feliz que digamos.
—Míralo así si te da la gana, JiMin—se levantó bruscamente de la silla, tanto que la hizo arrastrarse unos centímetro por el suelo, y salió del comedor con un paso fuerte.
JiMin se quedó callado con los labios fruncidos.
—¿Y ahora que dije?
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Lo siento por tardar tanto en actualizar, no me he sentido muy bien y no tenía suficiente inspiración, espero que les gustara❤️
