Día nuevo, sol reluciente y un gato molesto sobre JiMin que no le dejaba dormir.
Drac quería comida, pero JiMin había olvidado la bolsa que tenía en su departamento, miró a su gato a los ojos, maldiciendo el día en que se le ocurrió mantener a un demonio de ese tamaño y con pelo. Amaba a Drac no me malinterpreten, pero a veces quería tirarlo por la ventana.
—Muy bien, Muy bien. Vamos a conseguirte comida, animal...—JiMin se sentó en la cama, miró a su alrededor medio perdido y luego se levantó dando tropezones ya que aún estaba muy dormido.
Tenía la misma ropa de ayer así que agarró su cartera y salió de su habitación para ver si encontraba el baño. Supuso que estaría cerca de la habitación, ya que era lo lógico, así que abrió la puerta que estaba al frente de la suya y para su suerte era un baño en efecto, pero estaba siendo ocupado por alguien cuando abrió la puerta.
—Mierda...
Fue lo único que salió de la boca de JiMin cuando vio que había interrumpido la ducha de Jeon JungKook, el hombre con cuerpo esculpido por los mismísimos Dioses.
JiMin ya había leído mucho, ya había visto muchas películas, ya sabía bastante como para darse cuenta de que esto estaba viéndose demasiado cliché y que parecía un idiota parado ahí sin moverse.
Jeon no parecía inmutarse. Simplemente estaba ahí parado, con una toalla cubriéndole de la cintura para abajo y secándose el cabello mientras miraba a JiMin.
—Pasa ¿no vas a usar el baño?—JiMin no podía creer lo que salió de los deliciosos labios de JungKook—Mmm...no te gusta compartir el baño, está bien, como desees...
JungKook agarró su celular que estaba en la repisa del baño y salió del baño pasando a un lado de JiMin. Aún así, el rubio se quedó un momento en la puerta como un idiota.
—Claro que quiero competir el baño, puta—JiMin se metió en el baño y se desahogó en un grito ahogado. El baño estaba caliente y tenía vapor de agua, JiMin sabía que podía imaginar muchas cosas pero quería mantenerse a raya teniendo en cuenta de que JungKook podía saber que pasaba por su mente.
Miró hacia el piso del baño, pero antes de levantar la mirada, la ereccion que se levantaba en medio de sus pantalones lo distrajo.
—Mierda...—con sus manos intentó bajarse el bulto sin tener éxito.
Apoyó su cabeza en el espejo maldiciéndose por dentro por ser tan vulnerable frente a JungKook. Mientras estaba en silencio, pudo oír una risa a lo lejos y seguramente era la de JungKook burlándose de él.
Levantó su cabeza y se miró en el espejo un poco empañado.
—Vas a salir y vas a ser fuerte, idiota—se señaló a sí mismo en el espejo—¿Okay? Okay.
Se mojo la cara, se acomodó el cabello y salió del baño. Si no le pasaba por encima a JungKook su gato se iba a morir de hambre. Comenzó a caminar hacia la sala de estar, y mientras daba más pasos sus ganas de salir por esa puerta con determinación de iban haciendo más pequeñas. Cuando llegó a su destino y vio a JungKook sentado en el sofá con las piernas cruzadas, metido en un traje súper caro color negro y una sonrisa arrogante en su rostro, todas las ganas sinceramente desaparecieron.
—¿Vas a algún lado?—preguntó JungKook acomodando su reloj.
—Yo...Drac necesita comida así que...—JiMin trataba de señalar hacia todo lado para no tener que usar las palabras, pero JungKook no parecía querer cooperar con el—Tengo que comprar comida para mi gato y también debo traer su caja de arena de mi departamento, también traer cosas para nuestro proyecto y...ahora que lo pienso tengo varias cosas que hacer...
—Ajá ¿y que pensabas hacer, sólo salir?
JiMin se quedó en silencio observando la mirada incrédula de JungKook.
—Pues yo...-
—Hay reglas ¿recuerdas? Supongo que no, ya que estabas a punto de romperlas—JungKook se levantó del sofá abrochándose el botón del saco—Ven un momento...
JiMin siguió a JungKook por más pasillos confusos de la casa y llegaron a una pequeña habitación con un escritorio y una persona sentada detrás de él. Este muchacho, con no más de unos veintidós miró a JiMin, luego a Jeon y sonrió con cierta complicidad. Se levantó de la mesa y JiMin se sintió aún más pequeño de lo que ya era a su lado.
—El es Nam, es tu chofer y guardaespaldas, si no estoy, el te acompañará a todo lugar fuera de la casa—JungKook intercambio su mirada entre los dos muchachos—Debo ir a una reunión, así que les dejo el resto.
El pelinegro se dio la vuelta y salió por donde había entrado con JiMin.
—Kim NamJoon, es un gusto conocerte en persona—el hombre le extendió la mano y puso una linda sonrisa con dos hoyuelos—JungKook es muy poco explicativo, así que no quiero que me veas como un conductor o un subordinado, seré tu amigo, JiMin, ya que por aquí no tendrás muchos.
JiMin apretó su mano con un poco de duda, tenía que admitirlo NamJoon era un hombre bastante grande y se sentía intimidado por el. Seguramente esa era la idea de que fuera su guardaespaldas.
—Park JiMin, soy..-
—Oh, no hay necesidad de eso, se quien eres—JiMin se vio un poco sorprendido y NamJoon—No, no, tranquilo ¿a donde quieres ir?
—Debo comprar algo y recoger algunas cosas de mi departamento.
—¿Necesitas tiempo para prepararte?
Mierda ¿olería mal o algo así? Está bien, no se había bañado aún pero...ahora estaba incómodo.
—No, no lo decía de ese modo—ahora NamJoon también estaba un poco incómodo—No hueles mal.
—Dios..no me hagas eso... Pensaba ducharme al venir de nuevo..
—Está bien, vamos—NamJoon abrió una puerta de había al fondo de la habitación y JiMin salió detrás de él.
Todo daba a un garaje oscuro y con olor a aceite, con al menos cinco autos que JiMin juraría que constaban más que todos sus órganos juntos.
—Eres muy fácil de sorprender ¿cierto?—NamJoon se acercó a uno de los autos y abrió la puerta del acompañante para JiMin—Sube.
JiMin subió y NamJoon subió al del conductor, sin decir nada más NamJoon arrancó el auto, abrió el garaje y salieron de ahí.
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