008.

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Los interiores de la casa eran para morirse, JiMin nunca pudo imaginar que el dinero pudiera crear cosas tan bellas como aquella casa.

Casi todo en la casa era blanco, gris y negro. Todo daba una sensación de limpieza y orden totalmente satisfactoria. Junto a varios adornos de colores llamativos para resaltar, JiMin no podía sentirse más complacido. Ahora tenía menos quejas para vivir en ese lugar.

—Acompáñame, no tropieces, te llevare a tu habitación...—JiMin trató de ver el piso y no distraerse con nada más pero al ver su reflejo en el piso de mármol blanco quedó aún más asombrado.

Siguió al pelinegro a través de varios pasillos lujosos y pararon frente a una puerta igual a las otras cuatro que habían pasado antes.

—Sabes, imaginaras cosas de mi, pero voy en contra de eso del maltrato de subordinados así que mis hombres ajustaron tu habitación para ti mientras dormías, bella durmiente...

JungKook abrió la puerta y dejó espacio para que JiMin pasara. Este último ahora si no podía estar más sorprendido.

JiMin esperaba encontrarse una habitación enorme, de colores monocromáticos y con demasiada luz. No fue nada parecido. ¿Cuanto había estado inconsciente para que pudieran preparar aquello?

Era una habitación de tamaño mediano, con una cama que se veía realmente cómoda con sábanas de un color café claro, junto a un escritorio de madera del mismo color de las sábanas, un closet más grande de lo que JiMin necesitaba y varios cuadros en las paredes que contenían la misma paleta de colores que el resto de sábanas y muebles. Había una ventana frente a la cama no era muy grande y a los lados tenía una cortina que perfectamente podría dejar el cuarto en la oscuridad, también cerca del escritorio colgaba una parrilla de metal que enredaba en sus varillas muchas lucecitas de navidad.

—Me estas jodiendo...¿que clase de obligación es esta?

—No me malinterpretes, te quedarás aquí, porque te quedarás aquí—JungKook entró detrás de JiMin y cerró la puerta detrás suyo—Eres mi subordinado, mi humano de compañía, así que espero que con esto cumplas con todas mis reglas y peticiones. Por que habrán, y muchas.

JiMin dejó a Drac en el suelo y se sentó en la cama, era realmente cómoda y las sábanas eran muy tersas al tacto. JungKook arrastró la silla giratoria del escritorio y se sentó apoyando los codos en sus piernas abiertas mientras miraba a JiMin con una ceja alzada. Esa mirada intensa y penetrate estaba sobre JiMin otra vez y las palpitaciones descontroladas la acompañaban.

—¿Hu-humano de compañía?

—No debes entender el concepto aún... Solo debes seguir las siguientes reglas—JungKook levantó su dedo índice—Uno; cuando salgas de aquí tienes que llevar un rastreador y debes volver antes de las once aquí—okay, ya JiMin veía porque le trataba bien—Dos; solo tienes permitido hablar con una persona además de mi en esta casa, luego le conocerás. Tercero; te quiero sano, no puedes dejar de comer y tampoco puedes causarte ningún daño físico o mental a propósito. Cuarto y más importante; somos jóvenes, así que te conozco y en algún momento vas tener ganas de salir de club en club..no tengo problema, siempre cuando sigas la regla número uno y además, no te atrevas a poner un pie en 'Opium'.

'Opium' era uno de los clubes más visitados de toda la ciudad, gente de otras ciudades y hasta países viajaba hasta ahí para poder pasar una gran noche.

JiMin se quedó mirando a JungKook con una expresión seria, había oido todo, pero sinceramente no había estado poniendo atención a nada de lo que salía de la boca de JungKook. Solo podía prestarle atención a como sus labios se movían, o a como se marcaban las venas en sus brazos o como se marcaba su mandíbula o en...

—JiMin—el pelinegro chasqueo los dedos frente al rostro de JiMin—¿Entendiste?

—Este...si, creo que si—JungKook se levantó de la silla giratoria y la puso de nuevo en su lugar.

—Muy bien, la cena es a las once, tu horario de sueño puede desordenarse un poco—JungKook abrió la puerta y estuvo a punto de salir cuando se detuvo en el umbral y se giró hacia JiMin—Otra cosa.

—¿Que cosa?

—No puedes estar con nadie sexual o sentimentalmente, tampoco nadie puede tocarte y no puedes coquetear con nadie ¿entendido?—pero antes de que JiMin pudiera responder JungKook salió y cerró la puerta de la habitación.

JiMin no estaba del todo de acuerdo con quedarse ahí ahora, básicamente JungKook le estaba quitando la libertad que había obtenido al vivir solo. Pero bueno, suponía que había algo bueno en eso a comparación de que JungKook le hubiera asesinado en el momento en que metió sus narices donde nadie lo llamó.

Ahora, miró hacia su gato, se acercó y le sacó de la jaula, lo puso en sus piernas y comenzó a acariciarle.

—¿Te agrada JungKook, Drac?—el gato gruñó—Debes controlarte, o JungKook te drenará la sangre gato uraño. Supongo que no es lo más normal del mundo, pero era esto o que quedaras huérfano.

JiMin se tiró sobre su cama, el gató saltó de sus piernas a explorar la habitación y el rubio se quedó observando el techo.

Sabía que su vida daría un vuelco de trescientos sesenta grados, pero su afición eran los vampiros y tenía la oportunidad de ser el subordinado, lo que fuera que eso significara, de uno de ellos. Seguiría estudiando, básicamente viviría gratis en la casa de sus sueños, y a pesar de las extrañas reglas y paranoias de JungKook, por que para poner ese tipo de reglas tienes que tener problemas de confianza hasta en ti mismo, no tenía mucho de que más quejarse de este suceso.

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Blood Issues;+KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora