Parte 38. Irrecuperable

741 76 10
                                    

Irrecuperable: adj. Que no puede ser recuperado.

“Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?”
–Mahatma Gandhi
************************************

— ¡Genial!

—Nos vemos en Place de la Madeleine a las 5:00 pm ¿está bien?

—Muy bien, muchachos. Éste es mi celular —les entregué un papel—. Si algo sucede, avísenme

—Hasta entonces, Erin —salió Sebastián sonriendo

Terminé de recoger mis cosas y salí hacia mi departamento para arreglarme y pensar en la situación.
Llegué y preparé un poco de agua caliente para beber un té.
Me senté frente a la laptop mientras sentía la cálida bebida bajar por mi esófago. Alrededor había silencio, pero dentro de mi mente todo quería estallar, había caos, miseria, ruido.

Miraba fijo la pantalla, sin ninguna atención en particular. Sólo era mi punto focal.
En un segundo, el sonido de notificación me hizo sobresaltarme y volver en mí. Puse atención, la notificación provenía de la bandeja de entrada del correo. Era un mensaje de Alex.
Mi corazón se aceleró de tan sólo pensar que en ese instante él estaba detrás de una computadora escribiéndome. Di click en el recuadro y comencé a leer el extenso mensaje:

Algo tan simple como dormir a veces se vuelve muy complicado y más cuando escucho tus pasos rondando por mi cabeza.
La palabra recurrente del día es insoportable...
La palabra de vida inolvidable...
Más de un alma he hospedado en la mía y además de emocionarme
no ha sucedido nada.
¿Por que será que nada ni nadie puede salvarme de este lugar?
Estoy cansado de la misma basura de siempre. Maldita sea, a veces todo se vuelve muy desgraciado, y más cuando sé que existes tan lejos de mí. En la noche, sólo retumba el eco de tu ausencia en mi corazón.
Pronto me olvidarás, si es que no lo has hecho ya.
Cuando consigo dormir, todavía te sueño e incluso en mis sueños intentas alejarme de ti.
Sé que tengo que decirlo de una vez por todas, aunque eso quiebre mi alma... Creo que todo se terminó.
Ya no encuentro la manera de recuperarte, de recuperarnos. Creo que estamos demasiado lejos... Y no me refiero a la distancia, estamos demasiado lejos de nosotros mismos.
Cada maldito día que paso, hago el recuento de todo lo que hice mal ¿por qué no te abracé? ¿Por qué no te bese ese último día que te vi?
Es curioso cómo un día llegaste para recuperarme y al otro fuiste tú quien me hizo perderme otra vez.
Dios, creo que al final de todo he recibido el peor castigo de todos y no es estar solo. Es ser olvidado por alguien a quién tú nunca vas a olvidar.
Te he buscado por muchas horas, por muchas semanas, por miles de letras, de botellas, de sueños, de recuerdos, de canciones, de libros...
¡Ja! Quizá tuvieron razón en colocar el amor en los libros... Quizá no podía existir en ningún otro lugar...
Sólo quiero saber Erin, ahora que te has marchado ¿realmente abandonaste todo? ¿Realmente lo que sientes no te siguió hasta donde estás?
Si algún día, alguno de estos jodidos mensajes te llegó, ya no tendrás que preocuparte. Dejaré de escribirte.
Intento no rendirme, pero creo que debo apartar mi alma de ti... Me estoy matando sin ella.
Bueno, la mañana se terminó. Es el principio del final. Sólo quiero que sepas, que te voy a recordar siempre, sin rencores y con todo el amor que tengo en mi corazón. Te voy a olvidar despacio. Alguna vez dije que te amaba. No te olvides de eso. Porque yo nunca digo algo en lo que no creo. Te dejaré de buscar... No de querer

Alex

Había terminado de leer el mensaje haciendo el mayor esfuerzo posible. En cuanto mis ojos atravesaron las letras finales, comencé a llorar. Gritaba, eran quejidos ahogados de dolor. En mi desesperación aventé todo lo que estaba encima del escritorio, incluyendo la computadora. Enloquecí. Nada de esto era lo que yo quería, pero me había esforzado porque todo ocurriera así. Eramos un par de miserables lamentándose por sus errores, día tras día.
Me senté en el suelo detrás de la puerta. Y ahí permanecí al menos dos horas llorando, sin pensar, sin hacer nada más.
Finalmente después de un rato me levante y me dirigí al baño.
Lavé mi cara e intenté recuperar la compostura. Bebí un poco de agua.
Un ruido en la sala me hizo volver. Era mi celular.
Aclaré la voz y respondí

— ¿Hola?

— ¿Erin? ¿Estás ahí? Casi no te escucho tengo muy mala señal

—Hola, Marianne ¿Qué pasa? —intenté fingir un poco la voz

—Te escuchas extraña amiga

—Debe ser por la señal ¿qué ocurre?

—Jesse y yo estamos por abordar el avión a Francia, viajaremos antes. Con el cambio de horario calculo que llegaremos casi de madrugada ¿hay algún problema?

—Sabes que no. Los veré aquí... Te enviaré en un mensaje la dirección para que se la des al taxista cuando lleguen

—De acuerdo amiga... ¿Segura que está todo bien?

—Claro —sonreí a medias—. Nos vemos esta noche

—Hasta entonces —colgó

Intenté arreglarme y lucir bien después de todo el llanto. Lo que menos quería es que él se quedara con un mal recuerdo mío.
Después de horas de pensarlo, consideraba que lo mejor era despedirme de él, pero ir y enfrentarlo. Terminar todo bien... Era fácil de decir, pero muy difícil de hacer.
Intentaba sacar fuerzas de donde pudiera. Pensaba que si Alex había encontrado el equilibrio emocional en  terminar con esto, tenía que respetarlo.
Intentaba respirar con normalidad, pero no podía sentía que me faltaba el aire.
A la hora adecuada salí de mi departamento y llegué a la Place de la Madeleine antes de lo acordado. Me senté en una banca a esperar a mis jóvenes acompañantes, mientras golpeaba ansiosamente mis rodillas con mis manos.

Ni siquiera me di cuenta cuando ellos se acercaron. Me saludaron alegremente y tomamos el transporte hacia el Parc de Saint-Cloud donde sería el concierto. Caminamos un par de metros mientras nos acercábamos al escenario apresurados, había tomado más tiempo del planeado llegar, puesto que había mucho tráfico.
Me detuve y observé todo de lejos. La gente pasaba a lado de mí y Bastian y Jacqueline me miraban esperando que volviera a caminar.
Sentí el miedo apoderarse de mí y comencé a retroceder.

—Lo siento chicos, creo que no puedo...

— ¿Qué? ¿A qué te refieres? —me observó Bastian confundido

Lo miré fijamente y luego a Jacqueline quien me miraba extrañada. Me di la vuelta, caminé entre la marea de gente que caminaba en sentido contrario al mío. Los primeros acordes comenzaron a retumbar en el lugar y los gritos del público estallaron. Me alejé lo más rápido que pude.

Anything you need [Segunda parte de BAD HABITS] Where stories live. Discover now